El Síntoma VI-Construcción y deconstrucción – R. Lévy
El síntoma-construcción y deconstrucción, SEMINARIO 6, Robert Lévy, 26 Junio 2010, Síntoma y Sinthome
La diferencia entre síntoma y sinthome es tan importante que implica un cambio en la práctica clínica del psicoanálisis. Si antes se trataba con Freud de interpretar el inconsciente, con la enseñanza de Lacan y particularmente con la introducción de la noción de sinthome se trata más bien de tocar los pedazos de lo real. Ahí hay una diferencia grande en los efectos de la cuestión del sinthome, lo cual no da una mayor claridad ya que en su seminario sobre Joyce, Lacan habla permanentemente de las dos escrituras de manera muy mezclada y confusa, así que no es fácil diferenciarlos. Tenemos entonces que proponer nosotros una diferencia.
Sinthome es un término que viene del francés del S XVII, y era la palabra antigua para decir síntoma. Para entrar la cuestión del sinthome tenemos que retomar la de la forclusión, es importante, no hay manera de entender la cuestión del sinthome sin la de la forclusión. Forclusión es una palabra que viene de la Verwerfung freudiana, que en un principio era una temática retomada por Damourette y Pichon, lingüistas muy famosos que se preocuparon de la cuestión forclusiva. Forclusión y cuestión forclusiva tienen que ver y es interesante porque ésta no se encuentra solo en la psicosis, sino en la lengua misma. D. y Pichon lo iniciaron en torno a la temática de la forclusión en la lengua, por ejemplo: “Il est peu probable que j’opere jamais plus”: “Es poco probable que yo opere nunca más”, la cuestión es no usar la negación. En este ejemplos (y en otros muchos) se toca la idea del nunca más, son palabras expulsadas del campo de las posibilidades. Esta formulación forcluye el mundo probable, el mundo posible en su formulación misma, sin pasar por la negación. No es decir “No opero más” sino “Jamas será posible”, es una exclusión, la formulación lingüística permite expulsar la ocurrencia de un posible, su exclusión definitiva sin pasar por la negación. Es una exclusión de lo posible y la forclusión es al fn y al cabo una exclusión particular.
Hay distintas modalidades de exclusión que no son sólo la exclusión o la forclusión del significante del Nombre del Padre, ésto es fundamental ya que al hablar de forclusión en la psicosis eso nos lleva a pensar no solo que la psicosis como tal es algo definitivo sino que también excluye de nuestro pensamiento las otras ocurrencias forclusivas. Volveremos sobre ellas.
La Verwerfung en Freud tampoco ocurre sólo en la psicosis, sino que es un elemento de rechazo. Trata de rechazos particulares que no son exclusivos de la psicosis, casi no tratan aún de la psicosis. Lacan sacó la Verwerfung de Freud para darle a este término una exclusividad en la psicosis, diciendo que la Verwerfung es la exclusión o forclusión de un significante primordial que es el del Nombre del Padre. Esta exclusión primordial también nos lleva a pensar la temática en Freud para diferenciar la forclusión de la temática del rechazo.
M.C. Estada: Lacan habla también de la forclusión de la castración en el Hombre de los Lobos, lo que no da como resultado psicosis, la forclusión no la adscribe solamente a la psicosis.
R. Lévy: Hay una discusión sobre esto, volveremos a ello. Hay que pensarlo también con respecto a la Urverdragung (Represión primordial) porque en ella también hay una exclusión. En la Represión primordial se plantea que algo de lo simbólico fue rechazado y nunca reaparecerá, a diferencia de la Verwerfung en que algo fue excluido de lo simbólico pero reaparece en lo real. Distinción con una cercanía grande. Lo que reaparece en lo real en la forclusión reaparece en las modalidades de la construcción psicótica como defensa.
Finalmente Lacan deja la forclusión en el lado de la psicosis, no tenia que ver con la modalidad de construcción de la represión y del rechazo en la neurosis. En el Hombre de los Lobos se origina una discusión porque el corte en el dedo toca la cuestión edípica, toca la metáfora. La discusión es: si planteamos (con Lacan) que hay forclusión de un significante primordial, el del Nombre del Padre, eso tiene consecuencias con respecto a la construcción misma de la metáfora y de la metaforización en el sujeto. Es decir, que no sólo es una cuestión de exclusión de un significante sino que altera como proceso a todo lo que concierne a la construcción metafórica en el sujeto. Por eso y como consecuencia, Lacan decía que no hay psicosis sin modificación de la lengua. Y la modificación de la lengua no tiene por qué consistir solo en neologismos, sino que hay otras posibles, y si el inconsciente está estructurado como un lenguaje, es coherente decir que cuando hay una exclusión de un significante primordial que toca a la construcción metafórica del sujeto, de la función paterna, altera la construcción misma de la metaforización en el sujeto y también modifica, según la lógica del inconsciente, este lenguaje que en la psicosis tiene sus propias alteraciones, que tocan la construcción de todos los procesos de metaforización.
Los psicóticos viven en otro mundo, en un mundo en el cual como la metaforización funciona diferentemente, la construcción de la realidad del sujeto, de la realidad psíquica, es distinta de la realidad psíquica que el neurótico puede tener por tener más desarrollada la temática metonímica.
Por ejemplo, cuando uno puede decir a un psicótico: tienes que cortar con tu pareja, se corta el brazo. Relación directa entre la palabra cortar como metáfora y cortar como literal. Otro ejemplo del Jazzman de alto nivel y también esquizofrénico quien ante la frase “si no te portas mejor te cortaré las orejas” reacciona cortándoselas realmente a la mañana siguiente. Relación entre palabra y acto, la relación entre ambos se hace cercana, al no disponer de la metáfora no hay distancia entre palabra y acto. Si lo entienden literalmente, de modo metonímico, el acto también es una literalización de la palabra.
M.C:Estada: Es un signo lingüístico, un paréntesis que hace una relación unívoca entre la palabra y a que corresponde. Un significante remite a un solo significado.
R. Lévy: Exactamente. Por eso las técnicas que intentan descubrir la verdad al psicótico no sirven para nada, impidiéndole decir cosas que si no son la verdad -porque el psicótico practica su propia lengua- no son mentiras sino invenciones que necesita como tal, y además es pensar la psicosis erróneamente, ya que no se trata de decir la verdad, la alteración de la metáfora no es cuestión de verdad, como tratan de hacer algunas técnicas psiquiátricas y psicológicas actuales.
Lacan usó la teoría de Damourete y Pichon para trabajar lo discordancial (discordante?) y lo forclusivo.
La forclusión plantea la existencia de una falta central e irreductible. Sería la definición general de lo forclusivo. La forclusión nos lleva a pensar que esta falta central irreductible tiene que ver con un punto particular que es la forclusión del significante del Nombre del Padre. Es una modalidad particular de falta central irreductible, pero hay otras. Entonces no se anuda el RSI. Cuando un significante central, primario falta, no se puede anudar el nudo borromeo RSI porque es la función del Nombre del Padre la que anuda los tres registros. De ahí sale para Lacan la idea de que o bien nunca se puede anudar el nudo para un psicótico y se queda psicótico para siempre, o bien hay una posibilidad de anudar de otro modo los tres registros. Con esa idea, Lacan entra en la obra de Joyce para mostrar que con su obra, Joyce inventó (y la palabra es importante) otra manera de anudar para sí mismo el nudo borromeo, es decir, inventar otra modalidad distinta del significante del Nombre del Padre para poder vivir más o menos bien. De ahí sale la palabra sinthome, para nombrar la invención de otra modalidad para anudar lo que no se
anuda por razón de la falta del significante del Nombre del Padre.
Podemos decir para distinguir que:
el síntoma corresponde a lo que el sujeto construye de manera significante.
el sinthome ya no está del lado de la construcción sino de la invención. Inventar otra manera de hacer con el padre, saber servirse del padre, pero sin el padre. El sinthome es siempre una invención del sujeto.
Esto muestra por un lado que la psicosis es la psicosis, pero también que se puede vivir en ella con modalidades distintas que no hacen que el psicótico no sea psicótico, sino que el psicótico pueda vivir con suplencias del Nombre del Padre.
J. Liaño: ¿Joyce inventó un padre?.
R. Lévy: Invento un nombre no un padre. Joyce hizo una obra, pero su sinthome ¿es la escritura, o es hacerse un nombre? Es una discusión, hacerse un nombre, que sea nombrado ahí donde falta el nombre es la modalidad sintomática ¿Se anuda o se suple? Hay modalidades distintas de suplencias que sirven a veces por más o menos tiempo, pero una invención no tiene porque servir para siempre.
Por ejemplo las personas que salieron de los campos de exterminio. Hubo en ellos una forclusión aunque no eran psicóticos antes de esta experiencia. Sin embargo esta experiencia tocó el punto de metáfora del sujeto.
M.C. Estada: Es el encuentro con algo que siempre fue imposible gracias a lo simbólico, pero por efecto de una situación particular como los campos, se hace posible. Para superarlo es necesaria una metaforización muy fuerte. Un encuentro con un imposible que de pronto es posible, con un real infranqueable cuando no hay suficiente metaforización.
R. Lévy: Estoy de acuerdo y es una aclaración importante.
J. Liaño: Pero eso, ¿tiene que ver más con el rechazo que por ejemplo con la idea de la paradoja que es estructural? Si nos planteamos la idea de que lo que realmente aquí hace agujero esta dentro del lenguaje, la idea que me planteo es si en la psicosis un imposible que se formula como posible en la paradoja no va convirtiéndose en una tautología, en la fórmula del silencio. La paradoja permite la idea de la ficción, de la repetición, uno sabe que es imposible pero puede seguir formulándolo y seguir viviendo en esa ficción. Del lado de la psicosis lo que aparece es precisamente la paradoja en acto, tal cual, con varias vías posibles, una el silencio a través de la tautologia, el acto mismo, y eso estaría dentro de la estructura del lenguaje, como sujeto somos una estructura de significantes. A partir de ahí se podría plantear el tema del paso de la paradoja a la tautología como figura lingüística.
R. Lévy: Esto abre a la cuestión de los puntos forclusivos, que existen fuera de la cuestión psicótica, dentro del lenguaje mismo hay un punto forclusivo fundamental, un vacío que es que nunca podremos decir de manera completa lo que queremos decir, eso es un punto de forclusión, represión primordial pero que funciona como forclusión. A veces vuelve en lo real. En la poesía por ejemplo vuelve algo en una construcción de lo reprimido primordial.
M.C. Estada: Pienso y es una hipótesis, que las personas que forcluyen en estas situaciones extremas, son las que mantienen más su Ideal del Yo.
R. Lévy: Es otra manera de decirlo, lo que dices y también la cuestión de la temporalidad del anudamiento con otro sinthome, me sirve para seguir. Primo Levi pensaba que tenía que testimoniar y no dejar de hacerlo, y escribió mucho de su experiencia en los campos. Podemos decir que mientras podía creer que su testimonio podía servir para transmitir este real de la muerte, de la violencia, podía hacer suplencia con la escritura a lo forcluido de su metáfora de sujeto. Había una suplencia de su Ideal del Yo, machacado en la forclusión anterior, y la suplencia de eso fue la invención misma de la escritura del testimonio. Mientras pudo seguir creyendo que eso servía (para los demás, pero sobre todo servía para él), estuvo bien. Hasta el momento en el que en su último libro escribe que ya no cree más que sirva lo que escribe para transmitir nada. Entonces se suicidó a las tres semanas de terminar ese libro.
Esto para decir que el anudamiento sintomático de otra modalidad de Nombre del Padre sirve por un tiempo, no para siempre. Esto se encuentra también en el ámbito de la psicosis. Sabemos que algunos psicóticos pueden vivir sin demasiados problemas, pero en algunos momentos las cosas se desanudan porque su suplencia, su sinthome no funciona más.
Esto nos permite pensar no solo en el hecho psicótico sino también en otras suplencias que anudamos porque lo simbólico no se anuda tan fácilmente ni se construye tan fácilmente incluso en los neuróticos.
M. Moreno: Rassial lo llama los malos encuentros en los neuróticos, en los que incluye: el psicoanálisis, el trauma y el amor.
R. Lévy: Encuentros con lo real, con el trauma, cuando a uno se le toca su metáfora, su último punto de construcción metafórica se psicotiza. No se psicotiza porque antes era frágil, sino porque de pronto se forcluye algo que no estaba forcluido. Tiene que ver con la capacidad de uno para mantener una metáfora, es decir un punto de creencia cualquiera que sea. En los ejemplos de P. Levi y E. Wiesel, son momentos límites de lo humano, en los que se toca algo casi como en la psicosis, se forcluye algo que no estaba forcluido. Un ejemplo interesante que cuenta E.Wiesel de personas en los campos que creían que alguien de su familia estaba vivo, al enterarse de su muerte, al poco tiempo la persona muere. Lo que cuenta E. Wiesel sin saberlo es que cuando uno muere, muere de la palabra, de la creencia, porque se le ha tocado su último punto de sinthome, su última metáfora gracias a la cual podía mantener su metaforización. Muere de la cabeza. Y al revés, cuando P.Levi escribe “Si esto es un hombre” dice, cada día en el bloque me levantaba y sin tener jabón, etc. yo hacía como que me lavaba. Pudo mantener un nivel de metaforización para sobrevivir. La diferencia a igualdad de condiciones inhumanas es esta cuestión del sinthome, de la suplencia.
M. Moreno: ¿Cual sería la relación entre creencia y ficción?
R. Lévy: Para mi es lo mismo. Las dos producen metáfora. Pero los que tenían creencia en Dios no sobrevivían, porque eso no permite inventar nada; si ¨Dios lo quiere eso es así”, no mantenía la metaforización. Los que tenían creencia política sí que sabían por qué estaban ahí reducidos a nada (metáfora), tenían algo para poder pensar lo imposible y además podían inventar. Los judíos no podían, estar ahí por la raza no les permitía metaforizar, esa no es una razón para morir.
M.C. Estada: La razón de la raza afecta a la metáfora paterna, el linaje, algo que te han transmitido en la sangre eso afecta directamente a la metáfora paterna. Lo leí en un libro de Janine Altounian.
G. Kozameh: En muchos ejemplos se ve la diferente fragilidad de la construcción simbólica de las personas que sufrieron esta experiencia. Pero muchos sobrevivieron gracias a su fe religiosa.
R. Lévy: No tantos. La fe no fue suficiente para metaforizar este tipo de imposible, fue la fe, sí, pero la política, ahí había una lucha posible, una invención posible de modalidades de sinthome, en la religión no. Esto da para pensar en lo despolitizada que está la juventud y la sociedad, que no da nada para inventar, por eso asistimos a la vuelta a la religión.
Lacan dice con respecto a Freud, y me parece importante precisar de dónde saca Lacan estás cosas, en el Seminario a propósito del Hombre de los Lobos dice lo siguiente:“A propósito de la Verwerfung, Freud dice que el sujeto no quería saber nada de la castración, ni siquiera en el sentido de la represión. En efecto, en el sentido de la represión sabemos todavía algo de lo que uno no quiere, de una cierta manera, no saber; y eso es el análisis como tal, que nos demuestra que sabemos muy bien las cosas. Si hay cosas d
e las cuales el paciente no quiere saber nada, incluso en el sentido de la represión, eso supone otro mecanismo”. Lacan sigue de la manera siguiente:“Y tal como la palabra Verwerfung aparece con conexiones directas con esta frase, y también en algunas páginas anteriores, yo tomo la palabra como tal; no tengo que especialmente tomar este término, Verwerfung, sino que a mí me interesa el sentido de la palabra Verwerfung, y creo que Freud quería decir eso”- Es decir, que la cuestión lingüística de lo discordancial, de lo cual yo hablaba inicialmente a propósito de Damourette y Pichon, la discordancia interviene entre dos objetos, aunque la forclusión opera sobre un objeto único. Es la diferencia entre lo forclusivo y lo discordancial.
Lacan se diferencia de Freud con la idea de exclusión: “Freud admite un fenómeno de exclusión con lo que la palabra Verwerfung parece coherente, y él distingue la Verwerfung de la Verneinung, última palabra, la cual se produce en un momento ulterior con respecto a la Verwerfung. La exclusión es primaria”. Y Lacan ahí, con su estilo, especifica la Ververfung freudiana como una exclusividad representante de lo que fue excluido de lo simbólico en la psicosis para hacer de la forclusión un proceso primordial de exclusión. Precisara en este mismo texto: “De que se trata cuando hablo de Ververfung, del rechazo de un significante primordial en las tinieblas exteriores, significante que faltará para siempre a este nivel. Se trata de un proceso primordial de exclusión de un interior primitivo que tampoco es lo interior del cuerpo sino lo interior de un cuerpo primario de significantes”. Esto produce el límite interior mismo de un sujeto. Límite que no es del cuerpo, sino del cuerpo significante, para construir un interior y un exterior del cuerpo. Se necesita un limite de un cuerpo significante para construir un interior y un exterior del cuerpo. Es fundamental porque permite teorizar sobre los ejemplos de los que hablábamos en los que uno se muere de su significante que no del cuerpo.
M.C. Estada: Porque está pegado anacliticamente a un objeto y este límite interno tiene que ver con quedarse pegado a un objeto.
R. Lévy: Podemos decir también que el objeto sometido a la Verwerfung es el objeto que fue puesto fuera de la simbolización general estructurando al sujeto.
M.C. Estada: Pero no es un objeto, sino un significante.
R. Lévy: Pero hay algo que liga íntimamente el significante al objeto.
M. Moreno: Tiene que ver con La Cosa, muy a nivel primario. Estamos en los inicios de la separación entre R y S.
G. Kozameh: ¿No hay S1?
R. Lévy: Es la retroacción del S2 lo que produce el S1, ahí no hay. El significante que representa al sujeto para otro significante es lo que resulta de la retroacción de S2 que crea S1. S1 es el efecto de la retroacción del S2. El inconsciente está estructurado como un lenguaje y no es el lenguaje el que estructura el inconsciente.
Los puntos forclusivos, no serían algo que surge después de la forclusión como tal, y ahí hay que distinguirlos de la Verneinung que es un proceso posterior. La forclusión tiene que ver con una exclusión de estructura, tal que lo que se excluye conlleva un real irresoluble. Por eso conviene la palabra exclusión, en la medida en que podemos decir que es lo real lo que forcluye el sentido. En otros términos conviene llamar a esta forclusión de sentido también exclusión o punto de forclusión para diferenciarlo de la forclusión en la psicosis. Para pensar en la carencia del “hablaser” y en la cuestión de la no relación sexual, puntos ambos que constituyen puntos forclusivos de estructura, porque justamente se encuentra en ambos un punto de exclusión de lo simbólico. Es decir que en la lengua no todo puede decirse: punto de exclusión estructural que podríamos pensar como represión primordial, pero la cuestión es saber si la represión primordial no produce en la lengua misma un punto forclusivo ya que sus efectos hacen que nunca será posible decirlo todo. El decir todo tiene que ver con la cuestión de la verdad. No se puede decir la verdad solamente como en un medio decir porque no existe un decir todo. Decir la verdad supondría que existiera un decir todo de algo.
M. Moreno: Tu dices que la forclusión es una exclusión de algo simbólico de la estructura, estructuralmente la lengua tiene una forma de funcionar donde no se puede decir todo.
R. Lévy: Por eso podemos inventar suplencias siempre para decir lo que no podemos decir. Por eso inventamos todo el tiempo para decir lo que no se puede, por ejemplo la poesía.
M.J. Palma: Lo femenino, ¿no sería una forclusión en la teoría lacaniana? Se puede partir de que las mujeres tienen una relación conflictiva con la lengua? Partiendo de ahí; ¿cómo se confrontan las mujeres con la lengua? Algo de lo no dicho está marcado por la diferencia sexual.
R. Lévy: En efecto La mujer es un punto forclusivo. Es una propuesta para pensar eso en la medida en que no hay La mujer, la mujer no es toda sujeto de la castración por eso…no es decir que no existe la mujer sino que no existe porque hay un punto forclusivo. ¿Es la diferencia sexual, o es la diferencia entre el lado femenino y masculino? Es distinto. Lacan lo plantea más como lo segundo, el “pas tout”, el no-todo sujeto de la castración y la relación directa de lo masculino con el falo, la femineidad no la tiene como exclusiva, no está toda sometida a la cuestión del falo. Es lo interesante y también tiene sus efectos en el sentido de una exclusión estructural.
M.J. Palma: El lado femenino que tiene Joyce en el Ulises y la relación de eso femenino con la psicosis en el sentido de tan imposible de leer, es la letra, es la superficie del significante. Se puede hacer otra lectura de la posición de Joyce.
R. Lévy: Sí, es un punto muy complicado e interesante. No se puede pensar esta cuestión de La Mujer (a barrado) sin introducir la cuestión del goce, del goce Otro, cuando alguna de las feministas habla de Lacan como yendo en contra de las mujeres no me parece justo porque es todo lo contrario. Introdujo algo jamas dicho antes sobre la singularidad de la mujer como detentando un goce Otro del cual el lado masculino está excluido. Ahí introduce Lacan lo femenino en una posición particular que tiene una estructuración distinta por la cuestión del padre, eso la introduce en un goce que el lado masculino nunca tendrá como posible. La exclusión es del lado masculino, es lo masculino lo que está excluido del goce que la mujer conoce. Lacan excluye a la cuestión fálica, a la relación fálica directa de poder tener nunca idea alguna de este goce Otro que solo puede conocer el lado femenino.
Lacan siguió la pista de la relación con el significante del lado femenino con Marguerite Duras. Siguió la pista de la relación entre lo femenino y el lenguaje. Lacan pensaba que por esas razones que hablamos antes, había una modalidad particular de escritura y de la lengua desde el lado femenino, de la cual buscaba pruebas y modalidades de expresión.
Y en su ambito cultural del momento, los franceses de mi generación le dieron un lugar importante a M. Duras como autora de una escritura nueva en cuanto relación con la escritura. Y también plantea la cuestión del sinthome, si es otra escritura, la cuestión es si es una suplencia o un sinthome.
También el trauma, el síndrome postraumático muestra, en relación con la fragilidad de la construcción simbólica que comentaba Guillermo, lo contrario que cuando se toca la metáfora del sujeto en un mal encuentro, es decir, un encuentro con lo real traumático, muestra que se desanuda el nudo hasta el punto de que en el momento del desanudamiento no se puede reprimir ya. Y aparecen a veces delirios y alucinaciones, lo que demuestra que no es cuestión de psicosis o no. Se puede desanudar en encuentros con lo real cuando se toca la metáfora del sujeto. No es psicosis sino un momento psicótico.
R. He
rnandez: Es un punto forclusivo.
R. Lévy: Exactamente
M.Moreno: Lacan dice que la psicosis es estructural, no se puede corregir. Pero los kleinianos dicen que si hay una posible corrección de la psicosis.
R. Lévy: Los kleinianos proponen que hay una neurosis con momentos psicóticos, lo que no es lo mismo.
M. Moreno: Hay un núcleo psicótico pero no estructura psicótica. Si se plantea como un núcleo y no como una estructura, esto permite explicar fenómenos de la clínica como un neurótico que delira en un momento dado, o alucina frente a situaciones de estrés vital. Es interesante el planteamiento que estamos trabajando porque sin anular la psicosis como estructura permite dar cabida a estas situaciones de desanudamiento.
G. Kozameh: ¿se les podría llamar forclusiones parciales?
R. Lévy: Es otra discusión. Forclusiones parciales no me convence. Eso nos lleva a otro caso, a mi trabajo sobre la falta de represión. Lo que se llama forclusión parcial creo que es represión no lograda. Se ve en la clínica que cuando la represión no está lograda, tampoco la construcción metafórica se puede hacer. En el niño se ve muy bien como la construcción metafórica no está hecha y sus efectos son una supremacía de la metonimia como construcción. Una falta de construcción metafórica tal como se encuentra en la psicosis pero por otras razones.
G. Kozameh: Es la confusión de M. Klein, para ella un niño es un psicótico.
R. Lévy: Exactamente esa es la confusión. Mi trabajo aclara la confusión de M. Klein
G. Kozameh: Klein plantea que en un adulto sería la parte más regresiva infantil, y no, los niños no son psicóticos están construyendo la represión.
R. Lévy:Te agradezco porque nunca había pensado la cuestión así. Tienes razón, su confusión es que ella plantea al niño como psicótico y tiene razón en parte porque el pensamiento y la estructuración del niño tiene que ver con el psicótico pero por razones que no tienen que ver con la psicosis. Los efectos son iguales y normales pero por razones que no tienen que ver con la razón de la forclusión de un significante primordial sino con una falta de represión en ese momento. Y claro la deducción de su planteamiento es que el neurótico tiene núcleos psicóticos porque es su núcleo infantil. Pero se equivoca.
M.C. Estada: Y en el Hombre de los lobos cuando Lacan habla de la forclusión del significante de la castración, en ese momento podemos decir que todavía no ha logrado bien la represión?
R. Lévy: Si claro
M.C. Estada: ¿Podríamos hablar de punto de forclusión o no?, o si hablamos de punto de forclusión ¿estamos hablando de represión no lograda?.
R. Lévy: Esta es la discusión. Hay que separar la idea de puntos forclusivos estructurales en el ámbito de lo que Lacan llama: los “no hay”. No hay la mujer, no hay relación sexual, no hay metalenguaje, no hay Otro del Otro, estos “no hay” cada vez se plantean a propósito de un punto forclusivo estructural, tal como no hay relación sexual quiere decir que no hay una mitad de hombre y una mitad de mujer que pueden hacer un uno entero. Punto forclusivo estructural que hace de estas dos partes el que nunca podrán hacer un entero. Hay que diferenciar eso que se encuentra en estos puntos forclusivos por razones estructurales de lo que se puede plantear de un punto forclusivo, por ejemplo una alucinación como en el Hombre de los Lobos.
E. Van Morlegan: Lacan dice que el hombre de los lobos no tiene un mundo simbólico estructurado, escena del dedo cortado.
R. Lévy: No sería una forclusión parcial sino un punto de falta de represión, una represión no lograda.
J. Liaño: En un comienzo la vinculación del niño al mundo, la palabra que le vincula al mundo no se diferencia del cuerpo, es real.
R. Lévy: Claro, es la palabra la que construye el cuerpo
J. Liaño: Parece que la psicosis es la enfermedad y la neurosis la normalidad, creo que el transito sería de la psicosis a la neurosis y luego a momentos psicóticos. Hay algo inicial sin construcción simbólica posible, solo un real, a partir de ahí en el momento que aparece la falta aparece la idea de la represión, ya el ser está desligado de la palabra y del cuerpo, de la palabra que nombre al cuerpo, aparece ahí la idea ontológica de la falta, momento de la construcción de la neurosis.
R. Lévy: Hay que distinguir el ser del sujeto, el sujeto es lo que aparece entre dos significantes, el ser es una ontologia, no sé de que se trata el ser en el psicoanálisis. La cuestión del sujeto: allá donde pienso no soy y donde soy no pienso, el ser es una entidad muy filosófica. Lo que nos interesa en el psicoanálisis es el sujeto como sujeto del inconsciente y no la cuestión ontológica del ser.
Cada vez que hablamos producimos imaginario y con él no tocamos lo real ni lo simbólico. Para dar cuenta de lo simbólico y lo real es necesario sustraernos a lo imaginario, y como con la lengua producimos imaginario, eso no sirve para demostrar la cuestión del sujeto. La topología interviene en este punto, para deshacer imaginario y ya no demostrar sino mostrar. Ahí se aleja Lacan del tema del ser y más con la topología.
G. Kozameh: Lacan toma al ser como falta en ser, punto de vista de Kierkegard, pero no como unidad ontológica.
R. Hernandez: Recuerdo el caso de una mujer que pudo rescatar, en el segundo tramo de análisis, a través de los sueños un evento totalmente borrado, una violación no recordada, ella decía que no había existido porque era impensable. Para mi no se produjo una represión sino una desorganización corporal, algo muy fuerte, muy de muerte, cuando pudo hablar cambio todo eso, y ahí pudo completar la represión. Creo que se produjo un punto forclusivo, un punto de desamarre que no encontró lugar en lo simbólico hasta que lo pudo hablar.
R. Lévy: Se encuentran brotes en esta vuelta de… la cuestión es: ¿es vuelta de lo reprimido, o vuelta de un significante excluido de lo simbólico que viene a aparecer en lo real del brote?
Pienso en el caso de una paciente que hizo sus estudios militares de alto nivel y cuando obtuvo una graduación alta y tuvo que tomar su posición de jefatura, se brotó a causa de una novatada muy pesada, y fue hospitalizada con un delirio persecutorio, acusó a sus compañeros de violación, violación que no existió por otro lado. Y poco a poco le fueron viniendo olores, visiones, etc. en lo real aparece lo que fue reprimido en lo simbólico. Aparece el abuelo en las visiones, se plantea el abuso del abuelo entre los 6 y los 13 años, fue olvidado o forcluído, poco a poco fueron apareciendo los trocitos significantes para reconstruir la historia, eso no podía aparecer en la construcción delirante.