Nuevas escrituras del fantasma – Buenos Aires

– Mesa redonda Buenos Aires

NUEVAS ESCRITURAS DEL FANTASMA

LA PRENSA DE ANÁLISIS FREUDIANO N° 9

Coordinadora : Mercedes Moresco, psicoanalista, miembro de Analyse

Freudienne (Buenos Aires)

 

 

Participantes : Gloria Feldman, psicoanalista y presidente de Círculo

Psicoanalítico Freudiano (Buenos Aires)

Guillermo Ferreiro, psicoanalista y miembro de Círculo

Psicoanalítico Freudiano (Buenos Aires)

Elena Jabif, psicoanalista y miembro de la Escuela Freudiana de

Buenos Aires

Ana Petros, psicoanalista y presidenta de Seminario Psicoanalítico de Tucumán

Mercedes Moresco:

 

En nombre de Analyse Freudienne les doy la bienvenida y les agradezco que nos acompañen en esta mesa redonda sobre las “Nuevas escrituras del fantasma” que hoy nos reúne. Aunque creo que todos conocen a nuestros invitados que han aceptado la invitación de Analyse Freudienne porque no es un tema sin consecuencias para la practica analítica.

 

A lo largo de nuestra práctica no es ilógico preguntarnos para que sirve la cura analítica, o bien si nos referimos a un fin de análisis, ¿cómo vive la pulsión el sujeto que atraviesa el fantasma?

Sabemos que la represión primordial es sin retorno y que allí se inicia la construcción del fantasma inconsciente. Esta conversión de pulsión en fantasma es el camino que va desde el goce al sostén del deseo. En esta mesa redonda nos preguntamos fundamentalmente por las nuevas escrituras del fantasma y si es que estas son posibles ya que a partir de la represión también el fantasma está escrito, entonces si hablamos de escritura ¿ a que clase de escritura nos referimos? Si los fantasmas son reconstruidos por interpretación los llamamos nuevas escrituras? Y por ultimo, si así fueran; ¿cambian el objeto o modifican la relación con el?. Invitamos a nuestros participantes a discutir estas cuestiones.

 

Gloria Feldman:

 

Voy a tratar de comentarles y hacer un breve recorrido de los interrogantes que me generaron el título de la mesa que hoy nos convoca.

¿Qué diferencia encontramos entre la palabra escrita y la oral?
Una aproximación me acerca a Jorge Semprun en su maravilloso libro “La escritura o la vida”.

Un amigo (escritor) le dice en un momento: “Hace tres meses que ha vuelto (del campo de concentración) jamás me ha dicho usted una palabra de Bichewald. Por lo menos directamente.

Es curioso, excepcional incluso…conozco a otros resistentes que han regresado de la deportación…Todos ellos están afectados por un auténtico vértigo por comunicarse. Por un intento de comunicación, en cualquier caso…Un delirio verbal del testimonio…Ud. en un silencio absoluto”.

A modo de respuesta Semprun dice: “Todo volvería a empezar mientras siguiera vivo, resucitado a la vida, mejor dicho mientras tuviera tentaciones de escribir. La dicha de la escritura, empezaba a saberlo jamás borraría este pesar de la memoria. Todo lo contrario: lo agudizaba, lo ahondaba, lo reavivaba. Lo volvía insoportable.

Insoportable fantasma de la muerte que justamente es lo que permite escribir más allá del testimonio llegando a la creación literaria, cortando el goce de la palabra “delirio verbal del testimonio”

En otro párrafo nos aclara sobre el poder de la escritura: “No es porque la experiencia vivida sea indecible. Ha sido invivible, algo del todo diferente, como se comprende sin dificultad. Algo que no atañe a la forma de un relato posible, sino a su sustancia, no a su articulación sino a su densidad. Solo alcanzarán esta sustancia, esta densidad transparente, aquellos que sepan convertir su testimonio en un objeto artístico, en un espacio de creación”.

Y agrega “Resulta estimulante imaginar que el hecho de envejecer de ahora en adelante, a partir de ese fabuloso día de abril, no iba a acercarme a la muerte, sino por el contrario alejarme de ella”.

La escritura: ¿Produce un cambio en la posición subjetiva del escritor?

¿Podemos llamar nuevas escrituras a esos distintos movimientos, reescrituras del fantasma que se producen en un paciente a lo largo de un análisis, no solamente al finalizar el mismo?

 

Mercedes Moresco:

 

Planteas una cuestión interesante ya que nos obliga a preguntarnos que entendemos por escritura y si es que podríamos decir que hay una nueva escritura, en que términos lo hacemos?

 

Gloria Feldman:

 

Si, y también queremos decir cuando afirmamos que un sujeto comienza su análisis porque se produce una vacilación en el fantasma. ¿Sucede lo mismo cuando alguna cuestión de la vida: quiebre económico, divorcio, etc. le produce un sufrimiento tal que decide consultar con un analista?

 

Mercedes Moresco:

 

No es extraño que pida análisis, que comencé una consulta en que el sujeto ve vacilar sus garantías y que una de las funciones del fantasma es mantener la angustia a un cierto nivel.

 

Gloria Feldman:

 

O cuando llegan al modo del Hombre de las ratas, o de Hamlet, cuyos padres demandan venganza, certeza, mandato del goce superyoico, haz lo mismo que yo. Padres que no se preguntan por su deseo. El hombre de las ratas enferma cuando el padre lo manda a repetir su historia, en verdad la madre cuando le dice que tenía una novia, una prima rica) con la que el podría casarse cuando finalicen sus estudios, en ese detenimiento en el pasaje del ser al tener.

Pero, por otro lado Me parece fundamental situar la resistencia del lado del analista y articular la esencia de ese deseo y no del objeto que lo causa

 

Elena Jabif:

 

Y también Joyce ha provocado por generaciones lectores que se preguntaban si él era loco, sus escritos inspirados por una extraña locura, sus notas, sus cartas de amor impublicadas desnudan los pequeños hilos de una historia donde el arte y el amor imbrican el alma del artista. La escritura le permite modelar lo que él es, él se hace a sí mismo, se construye un redentor, él llega a sustituirse en su lengua a los mitos aprendidos del cristianismo. El escribe y lo real va sucediéndose mientras que este joven artista es Dios mismo, cuando crea.

Lo singular y lo asombroso de la operación joyceana para el psicoanálisis es que reemplaza la carencia paterna por la escritura, estableciendo una identidad de recorrido entre la letra y el objeto.

La psicosis maníaca deja de ser solo una producción de síntomas sino que produce con ella, un nombre propio, apropiándose de la palabra y disolviendo el lenguaje mismo, su inglés puede ser leído en francés, alemán, latín, produciendo una ruptura entre la materialidad de la letra y la estructura fónica de su lengua.

Así es que elige el juego de palabras multibilingüe como un esfuerzo para expresar las formas de lengua, por ejemplo.

De la decepción amorosa con la madre al amor exogámico con su mujer, encontramos pistas que nos dan las cartas de amor a Nora. Ella le ha calzado en su loca vida como un guante, no es por azar que ha aparecido en su vida, ella “ es una mujer” única, idéntica a si misma, siempre cubierta por el mismo modelo, a veces revestida de las mas vivas repugnancias.

Ella sexualmente menospreciada le va como un guante, lo estrecha, lo anuda, lo provee de un sínt
oma que construye el drama de la subjetividad, ella le retorna un cuerpo alguna vez perdido en la pubertad.

 

Mercedes Moresco:

 

¿Dirías que Nora lo estabiliza? ¿Qué es una forma de “escritura” para Joyce? O dicho de otro modo…la locura de amor por Nora es una forma de anudamiento, o la escritura lo es?

 

Elena Jabif:

 

Si, me pregunto ¿cual es el armazón de la dramática amorosa que conducen a que Nora emerja de la pesadilla como el synthome de un hombre loco?

Merajver recupera el comentario que Joyce padre produce cuando se entera de la inamovible elección amorosa hecha por su hijo, y que él, por supuesto desaprobaba. Cito: “las palabras de John Joyce tienen poder profético, mientras que él francamente creía estar ironizado. La frase textual era: “con ese nombre, por lo menos no lo va a dejar nunca”. Joyce padre aludía al apellido de Nora Barnacle, que es el nombre de un molusco que se adhiere firmemente a las rocas. Este es otro de los puntos sobre los que podemos apoyarnos para encontrar a Nora Joyce, aún donde , al igual que el molusco, su forma parece ser inextricable de la roca”

En el mito cristiano, Lacan lee lo mas profundo de la relación amorosa sacrifical del amor al padre, condición estructural de la neurosis, expulsado dicho amor, la posición pasiva ya amante con el padre queda resignada en la psicosis, siendo la locura de amor por Nora la reparación de ese lapsus.

 

Mercedes Moresco:

 

Me parece sumamente interesante que traigas a Joyce porque es en ese seminario, el 23, donde Lacan señala que debe irse mas allá del fantasma , es decir al sinthome. Los tres registros se enlazan con un cuarto, de una manera tal que arrojan un sinthome como producto.( clase del 16 de diciembre del 75), Sinthome que nos dice “saber hacer allí con”:…el síntoma, saber hacer en función de un artificio, que implica una nueva teorización del fin de análisis, ya no centrado en la cuestión del fantasma (que acepta la interversion de sus términos),sino en el vacío del A. ¿Seria una nueva escritura?El nudo es real porque todo comienza a partir de tres. Lo real es tres, al anudarse se tiene una existencia de lo real, pero hay una inexistencia en juego previa al anudamiento.

¿Que te parece Ana lo que estamos señalando?

 

Ana Petros:

 

Me he preguntado qué es un fantasma? Hace tiempo que se supone que dejamos atrás el creer que los fantasmas existen, el esperar que salgan de noche, el imaginarlos etéreos, volátiles, incorpóreos, y espectrales, sobre todo. Esta creencia tomó cuerpo, en todo caso, cuando escuchamos hablar a la locura.

Pero ésos, precisamente, no son el efecto de la constitución fantasmática de la que se espera una escritura.

Empecemos por distinguir que para el inconsciente se trata, por el contrario, de un hecho “feliz” contar con la existencia del fantasma, pues es contar con un Sujeto en el que la castración ha dejado su marca, con un objeto recuperado ilusoriamente, recuperado después de su pérdida, y con un goce fálico normativizante.

 

Una marca de origen al campo del Otro, un límite para gozar, y el marco suficiente para jugar toda la escena que se quisiera sin caerse del escenario, no es poca cosa.

Hablar de nuevas escrituras del fantasma hace suponer que estas condiciones que nombramos no se habrían cumplido o que habrían fracasado; que el goce fálico al cual servía el fantasma no funciona o bien no posibilita la eficacia del anudamiento del objeto en la forma ilusoria esperada; y que su normatividad vía de la castración no se habría producido.

Fallando la operación imaginaria que se esperaría producir, el goce se abre, se expande, dejando al descubierto la pulsión loca que circula sin detenimiento, y sin bordes.

Hace poco tiempo decía, en un trabajo presentado en Río, al que asistimos muchos de los que estamos aquí, que ha falta de estos límites que presta el fantasma y el goce fálico, se carece también de un yo que le preste al cuerpo sus fronteras. De cómo impera la pulsión de muerte, sin enlace a la cadena que agujerea lo real en dirección al registro de lo simbólico. Ante la demanda devoradora del Otro cultural y social que le pide consumir todos los objetos de la oferta capitalista, el yo es consumido bulímicamente por esta demanda.

Recordemos: Lacan ante la pregunta de qué es un padre, se respondía que es aquél que no hable demasiado. ¿Qué nos habría querido decir si no es que en el medio decir está la distancia justa donde alojar un objeto desconocido y que se nos esfuma, o un significante que no está precisamente en el enunciado? .

¿ No es acaso de lo que carecen los enunciados actuales?.

 

Gloria Feldman

 

Les voy a comentar una viñeta. Una paciente cuando se despide me dice: “mi mamá te mandó un paciente, un rabino”.

Al día siguiente llama una señora que me dice: “quiero una entrevista para mi chico, él esta ahora en mi casa pero no le gusta hablar por teléfono por eso llamo yo” pero estaba muy mal porque acaba de separarse.

Le pregunto ¿Qué edad tiene su chico? Me dice 36 años. Decidí combinar el horario de la entrevista a través de la madre.

Llega M, mezcla de fantoche y estrafalaria caricatura de los religiosos que se viste de negro, obeso con un extraño gorro, imagen que captura mi mirada generándome una mezcla de curiosidad y ternura.

 

Se sienta en el borde de una silla y con voz apenas audible comienza “Yo no tengo autoestima”. Relata que su padre vivía gritándole que era un boludo, que no servía para nada. Para salir de su casa a los 17 años empezó a interesarse por la religión. Vivió varios años en Israel, sin su familia y sólo entre hombres se sintió protegido. Es el menor de tres hermanos varones.

A su regreso el rabino de su comunidad le consiguió una chica para casarse. Durante su matrimonio ella por cualquier cosa le gritaba boludo (al igual que su padre).

El rabino y la psicóloga de la comunidad le dieron el mismo consejo ¿Tenéis que aguantar? Hasta que un día en medio de una discusión no aguanto más; “la mataba o me iba y me fui”.

“Además soy un estafador, trabajo en un lugar religioso y yo no lo soy. Si el rabino me descubre me echa y se imagina, ¡qué vergüenza! ¡qué vergüenza!

Hay otra cosa que me atormenta, se que no lo haría porque sería un daño tremendo pero yo me excito con los chicos, principalmente con los varones o algunas nenas de 12 ó 13 años delgaditas, apenas desarrolladas. Me masturbo pensando en algún chico que veo por la calle. En la calle todos me miran y yo me cohibo…

En esta primer entrevista habla sin cesar, enredándose en su decir, en un tono tan bajo que se me pierden palabras de su relato. Voz y mirada se me entrecruzan. Al finalizar me pregunta: ¿Qué opina de todo lo que le conté?

Le digo: vamos a ir por parte, usted ya tiene muchas opiniones.

Mi chico (decir de la madre) boludo (decir del padre) excitación con los chicos – fantasma que completa a la madre -. Objeto gozoso de estos padre-madre que le impide recorrer su propio camino.

Es en el territorio del Otro donde se van a inscribir las letras de las palabras, de los gritos y susurros de las melodías, de los canturreos, de los golpes y caricias y de los silencios en fin, de los odios-enamoramientos de los otros y que implica tanto producción de deseos como enclaves de goce.

El padre de Mario se muestra como privador que tiene derecho, intruso e interdictor en el goce del cuerpo, no lo autoriza a una incertidumbre, coloca allí su certeza de “boludo” dejándolo en el lugar de mi chico a la madre.

 

Elena Jabif

 

La clínica siempre hace su aporte indispensable y la carencia paterna en la estructura subjetiva de James Joyce produce lo que Lacan nomina: lapsus de la estructura, este fracaso de la función paterna retorna en su hija Lucia, esquizofrénica, a quien su padre defendió ferozmente. Ante la sorpresa de los médicos, Joyce no articulaba sino una sola cosa: que su hija era una telépata.

En las cartas que escribió sobre este asunto él formula que ella es mucho más inteligente que todo el mundo, que lo informa de todo lo que sucede a él y otras personas de una forma milagrosa, el mundo para ella no tiene secreto.

Joyce le atribuye esta virtud a partir de un cierto número de signos, de declaraciones que él escucha de una cierta manera. Lucia es la prolongación del síntoma del padre.

 

 

Mercedes Moresco

 

Podemos tomar la viñeta clínica de Gloria y los comentarios de Elena sobre Joyce, como las formas de entrada de la madre en la vida psíquica y la estructura de un sujeto, así como también se mide la carencia paterna,para rastrear que del goce se juega en el fantasma, apuntalando los fracasos en la función.

Cuando Lacan se pregunta para que puede servir un análisis, uno de sus fundamentos consiste en separar el deseo de la necesidad. El deseo lleva en si la característica de peligro amenazante, pero esto se va aclarando en el análisis y si bien la angustia aparece ante la perdida, y es un “buen camino”, no es suficiente, no nos conformamos con ella y vamos al encuentro del deseo.

Siempre suponemos que hay un objeto para el deseo, pero el deseo que nos ocupa es inconsciente y no hay objeto que lo colme. Mantener insatisfecha la demanda es una de las posibilidades para ir mas allá de ella.

Esa incomodidad permite dejar ese lugar vacío para que el analizante lo ocupe con su fantasma. Fantasma que no protege al sujeto, solo frente a lo real, sino también del conocimiento de su propia división, efectuada por la castración simbólica. Es la forma de obturar al sujeto velando a aquello perdido por su castración y es pantalla que muestra como está tomado por el, capturado, y prolongado en aquellas conductas aparentemente adaptadas a la realidad pero que originan fracasos.

¿No te parece Guillermo?

 

Guillermo Ferreiro

 

En la medida que nos planteamos “acompañar” desde la dirección de la cura al analizante en el “atravesamiento del fantasma fundamental”, la posición del analista va articulando su lógica.

No se trata en este aspecto de que el analista sepa lo que hace en cuanto a una posición de “conocimiento”. Lacan suele mostrarnos a lo largo de toda su obra, retomando lo subversorio del descubrimiento freudiano ,el inconsciente, que el analista (como se evidencia en acto en la cura: “analiza con lo que no sabe”. Su saber (el del analista), en todo caso, esta referido a elaboración, a la transformación, a la tramitación que pudo realizar de los goces a lo largo de la cura, cuando en posición analizante, surgió en él , el deseo del analista a partir de innumerables vicisitudes fantasmáticas y sintomáticas transitada.

El deseo de analista propicia desde la dirección de la cura, al maniobrar con la transferencia y la repetición, y al operar con la interpretación ( en la medida que toda interpretación da cuenta del deseo y apunta a una relación con el goce) que se desplieguen las articulaciones lógicas del fantasma fundamental del analizante.

Pero esta lógica del fantasma se sustenta en principio en los matemas inventados por Lacan, y que el permitieron retornar a Freud y reformular muchas cuestiones del psicoanálisis, muchos problemas que este dejo indicado como nudos problemáticos de su obra. Lacan llamo “su escritura “,al Real Simbólico Imaginario como ustedes han señalado.

Lacan se valió para abordar el inconsciente de la teoría de Frege que privilegia el N° cero como el 1 faltante que se desplaza silenciosamente, permitiendo la sucesión de los números naturales, es decir, como la ausencia es generadora de presencia Lacan toma también los aportes de la Teoría de Conjuntos y se valió del conjunto vacío para ilustrar la fugacidad de la aparición y desaparición del sujeto. Acudió a las partes de la geometría “blanda” de la geometría de “goma”, es decir, la topología (Banda de Moebius, Toro, Cross-Cap-8ocho Interior- Botella de Klein), para volver a formalizar el campo conceptual freudiano.

Es desde esta posición que retoma los aportes provenientes de la lógica y a la vez que va reformular el Real Simbólico Imaginario y que se ve llevado a afirmar: “El campo (conceptual) es freudiano, pero, el inconsciente es de Lacan , porque yo invente el real”.

Desde aquí podríamos decir que en una cura, la operatoria desde la posición del analista, desde el deseo de analista, va engendrando esa lógica del fantasma que oscila articulando “el no cesa de escribirse” al “no cesa de no escribirse”. Cuando el analista teoriza esa clínica, presenta su trabajo a otros colegas o a sus discípulos y debate con ellos sobre sus formalizaciones sobre cada “caso”, es allí, para mi que hace una “nueva escritura del fantasma”, ya que esto (particularmente) va a tener efectos para el analizante en cuestión. Tal vez sea importante recordar siempre lo que Lacan nos dice a los analistas “que si él produjera con distintos aspectos de la cura de cada analizante, las producciones escritas que el produce para sus alumnos, cuando hace transmisión de su enseñanza, los efectos en cada cura serían sorprendentes”.

 

Mercedes Moresco:

 

Diría que son reconstrucciones, es decir, volver a construir partiendo del mismo lugar pero conformándose en diferentes combinaciones posibles ya que el fantasma es un mixto con cien lecturas distintas. “Nueva escritura” lo tomaría en relación a que en el análisis, puede escribirse de una manera nueva al fin, y es posible porque es también un acto de lenguaje. Es construcción o reescritura con lo que ya estaba, pero se produce un corte en la fijeza del fantasma y la perdida de un modo de goce cifrado en ella.

 

 

 

Guillermo Ferreiro:

 

Hay una escritura que el deseo de analista hace, cuando al igual que Las Hilanderas de Velázquez, hila, teje, zurce en el Real, Simbólico, Imaginario, anudando los Nombres del Padre, pero esta es escritura de un lógica (La lógica del fantasma de su analizante), caso por caso. El escrito del analista que tiene como paradigma el escrito de Freud o los famosos “Escritos de Lacan” o las transcripciones escritas (no revisadas) de sus Seminarios o Conferencias, muestra el intento de los analistas de formalizar su clínica, de someter a debate, de dejar testimonio, mi modo de ver, de constituir –caso por caso- una “nueva escritura del fantasma” donde se ponen el juego y a prueba los “significantes-amos” de Freud y Lacan.

Pero….? Hasta donde llegaríamos los analistas en estas “nuevas escrituras del fantasma” surgió de las curas de nuestros analizantes neuróticos o perversos? O Inventar nuevos matemas? ¿A inventar nuevos fantasmas? A la vez el termino fantasma ¿Incluiría a las psicosis? ¿Fantasma y fantasmagoría son sinónimos?

¿Podremos los analistas constituir una “nueva escritura del fantasma “que sea un “ significante-amo” (al mejor decir de Lacan) y “que se valide como un nuevo matema que opere sobre lo real?

 

Gloria Feldman

 

¿Lo nuevo se refiere a aquello que ha formalizado Lacan en relación a la resistencia; en su afirmación que la resistencia es la resistencia del analista?

El analista resiste cuando no comprende lo que tiene delante, cuando cree que
interpretar es mostrarle al sujeto que lo que desea es tal objeto sexual.

Por el contrario, de lo que se trata es de propiciar al sujeto a nombrar, articular la existencia de ese deseo.

Al nombrarlo, el sujeto crea, hace surgir una nueva presencia en el mundo. Introduce la presencia como tal y al mismo tiempo cava la ausencia como tal.

 

Mercedes Moresco

 

Lo que sucede es que cuando el fantasma del analista y el fantasma del paciente se recubren, no se preguntan nada, y se sostiene la ilusión (la propia del analista mas que la del paciente), y hasta podríamos plantearnos si no se participa como “voyeur” al escuchar el despliegue fantasmático en los relatos de los analizantes, sin intervenir.

 

Ana Petros:

 

Voy a poner de ej. lo que todos conocemos , y donde en el enunciado mismo me parece que se aloja el fracaso del fantasma: el caso Maradona. Escuchaba en los múltiples opinadores de la vida de este sujeto, que era considerado “el ser más famoso del mundo”. Inmediatamente me disparó una búsqueda comparativa con otros de esta dimensión: Entonces pensé…¿y Cristo?. Inmediatamente advertí que la humanidad vive dividida por su existencia; pero que Maradona, por el contrario, la habría homogeneizado. Negros, blancos y amarillos; occidentales y orientales; pobres y ricos, lo aclaman a viva voz, y advirtamos de que no es letra muerta ni su nombre y ni su existencia. No hay ningún borde de su ser que quede para lo íntimo de su subjetividad, pues todo él se vuelve exterior y objetivo. No hay nada que se sostenga en el enigma del significante porque se lo ha sobre dimensionado como signo. No hay un momento del día que deje de ser- lo que el Otro le pide ser- Maradona.

¿Cuál es la salida que le quedaría para evadirse de un Goce del Otro que no trueca en Goce fálico?. ¿Qué le permite perderse, y recortarse de ser objeto de esa Demanda imperativa, si no es sustraerse en la compulsión a la droga?.

Ser un adicto no sólo es consumir todos los objetos como signo de la oferta circulante, como se tiende a leer; si no más bien, lo observemos, como la única salida que sortearía, que él ahí no es Maradona. Es de este modo, justamente, por lo no pensado por el Otro que lo requiere sólo como Maradona, ídolo inconmensurable, dispuesto Todo para el consumo de ese Goce, que el sujeto que hay en él intentaría su re-inscripción desde un lugar diferente del que lo coagula.

Una prima de goce quedaría recuperada por esta vía para el sujeto, aunque el precio sea el sufrimiento y hasta la muerte.

Cuando el fantasma no logra alojar al objeto a, como resultado de la inscripción de un Otro que le permite caer como objeto de su exigencia de soporte de este goce, y recuperar al menos un objeto elegido entre Todos, el sujeto se deja actuar por la pulsión.

Si algo logrado tiene el fantasma es que lo real cobra la dimensión de la realidad psíquica; y la verdad de material, se torna lógica. El falo habría hecho en ese caso su operación más apreciada.

Pero ¿qué pasa cuando lo real se vuelve hiperrealismo, fallando el semblante imaginario, reenviándonos a la exactitud y a la evidencia de lo Todo visible?, ¿ Y cuándo el objeto no está ausente, para poner en marcha un juego que se articula a partir de esta ausencia central?.

Sabemos que cuando el objeto falta, se lo puede substituír imaginariamente, pero si en lugar de ello el objeto se muestra siempre presente, lo que sobreviene es el máximo de la verdad, de lo evidente, el máximo de lo real.

“Todo lo que está escondido, y goza aún de lo prohibido, será desterrado, devuelto a la palabra….(entonces) lo real crece, lo real se ensancha, un día todo el universo será real y cuando lo real sea universal, (como dice Baudrillard ), será la muerte”.

Disuasión de la realidad por lo real hiperrealizado; disuasión de la verdad lógica por la verdad evidente; disuasión del significante por el signo, nos lleva tal vez a la sugerencia del título de esta mesa:

Nuevas escrituras del fantasma.

La sugerencia está contenida ahí: donde el fantasma ha cesado de escribirse…¿espera una re-escritura?. ¿Una re-escritura que aloje a un objeto capaz de causarla?. ¿Un objeto, para anclar a esa pulsión circulante en la compulsión sin amarras?.

Volviendo a Maradona: cuál sería el analista posible para este sujeto sin demanda, sin deseo de otra cosa, sin fantasma que atravesar. Cómo formular ahí el fantasma?.

Si todos los objetos son consumibles, es que la operación del significante recortando el objeto de la pulsión, no se habría llevado a cabo, entonces la 2º parte de la escritura lógica no se habría escrito.

($ ? a)

Mi propuesta es pensar que para los fenómenos actuales en los que el cuerpo toma todo el protagonismo, presentándose al modo de que, a falta de un objeto para la pulsión que la enlace al significante, el yo se consume como objeto, habría que formular si habría un modo de escritura que represente este accidente.

Robert Levy presentó una formulación en su exposición en Río de Janeiro que a mi me pareció interesante y que creo que se escribía así:

Era así Mercedes?

 

$ ? ( )

 

Mercedes Moresco

 

Robert Levy propone una nueva escritura de la formula del fantasma que permite al analizante colocar allí todos los objetos. Posición del analista en función, y lugar de vacío.

La lógica es ya una escritura, y la escritura matemática esta a nivel de lo real.

La formula de Robert Levy me parece que es esta:

 

$ ? (…)

Creo entender la propuesta de Robert como “nueva escritura”, solo para el deseo de analista y no para cualquier analizante (porque el objeto del fantasma no cambia, lo que puede modificarse es su relación con el). Es el analista quien, al ofrecer ese lugar de vacío en la formula del fantasma puede ser solo puntos suspensivos, pudiendo devenir cualquier objeto, solamente si opera el deseo de analista

Lacan nos recuerda que “el sentido es un pequeño garabato agregado al objeto “a”, el garabato es la mas simple expresión de una incipiente escritura, un esbozo, y tampoco tiene demasiada forma ni esta definido. De este modo la formula del vacío entre paréntesis, y aun mas para mi, los puntos suspensivos, implican las alternativas múltiples de intento de llenado, que el analista permitirá por el deseo de analista puesto en función.

Importa ,por lo tanto, haber planteado si el fantasma espera una reescritura en el análisis.

 

Ana Petros:

 

Si entiendo bien, el vacío que se escribe en el paréntesis, para Robert Levy representaba la posibilidad de alojar allí, diferentes formas de enlace al objeto que inscriben estos fenómenos actuales. Confieso que si fuese así, me vino como anillo al dedo, porque esta forma de escritura me sirve para situar el objeto del cual se trata a mi entender en estos casos. Cuando la operación del fantasma no se habría producido, la pulsión dibuja en su compulsión el efecto del encuentro con el vacío de La Cosa, es decir, cuando el objeto no aparece cómo pérdida dando lugar al fantasma como recuperación, operación que se la debemos al significante fálico, como dijimos. En estos casos, la Cosa estaría ahí: presentificación que nunca fue ausencia, llamaría a esa inscripción como vacío.

Pero, al mismo tiempo se abre una duda: ¿se podría denominar a esto una nueva escritura?.

Recordemos una de las enseñanzas de Lacan, y es que si hablamos de una lógica en el fantasma ella no podría articularse sin una referencia a la escritura. ¿Y qué es una escritura, sino la puesta en acto de una repetición que busca repetir lo que se le escapa?.

Es decir, que la escritura daría cuenta de q
ue el universo del discurso puede funcionar excluyendo algo, que justamente será planteado como no pudiendo sostenerse escrito. Y ese es el marco del fantasma a mi entender y la razón de la letra a que él contiene. Pero también es la razón de la escritura.

Desde esta perspectiva: ¿el accidente del fantasma será remisible a una nueva escritura que no cuente con estas razones?

Una pregunta lanzada al comienzo de esta reunión por Mercedes Moresco, me abre otro enigma difícil de resolver en este momento mediante algún enunciado como respuesta: ella se pregunta, si el fantasma está constituido ya en la represión primaria, para qué sirven en la cura.

¿Podríamos tomar esto como la causa de una próxima reunión sobre el mismo tema?

 

 

Mercedes Moresco

 

Seguramente, y también aquellos interrogantes que fueron planteados por cada uno de los invitados a esta mesa redonda. Podría rápidamente señalar algunos porque creo que es una muy buena manera de concluir.

 

– ¿La escritura produce un cambio de posición subjetiva del escritor?

– ¿Nuevas escrituras, son los movimientos, reescrituras del fantasma que se producen en un paciente a lo largo del análisis y no solamente al finalizar el mismo?

– ¿Que es la vacilación del fantasma?

– ¿”Nuevas escrituras” supone que algo en esa escritura fracasó o que el goce fálico al cual sirve el fantasma no funciona o que no hace posible el anudamiento del objeto ilusoriamente (o que la normatividad vía castración no se ha producido)?

– ¿Los enunciados actuales carecen de esa distancia justa donde se aloja un objeto desconocido y que se esfuma o de un significante que no esta precisamente en el enunciado?

¿Hasta donde llegaríamos en estas nuevas escrituras del fantasma?, ¿a inventar nuevos matemas?, ¿a inventar nuevos fantasmas?, ¿a un significante “amo” que se valide como nuevo matema que opera sobre lo real?

 

– Y por fin

¿El deseo de analista puede efectuar una nueva escritura del fantasma?

 

Agradezco a todos su participación.

  • Superior
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