Lo político como im-un-posible. Radjou Soundaramourty

Madrid 30 noviembre 2013

En el capitulo 7 de ‘Análisis terminable e interminable’, de 1937, Freud escribe : «Parece casi como si la de psicoanalista fuera la tercera de las profesiones ‘imposibles’ en las cuales se está de antemano seguro que los resultados serán insatisfactorios. Las otras dos, conocidas desde hace mucho más tiempo, son la de la educación y del gobierno». También hace referencia a esta profesión imposible, en un texto de 1925, en el preámbulo del texto de Aison ‘juventud abandonada’. Al hablar hoy de imposible, pienso en la presentación de Margarita de ayer sobre la cuestión de lo real, lo imposible de decir, etc.

Sobre la cuestión de lo político : si el inconsciente es el discurso del Otro, eso es lo que lleva a Lacan a decir : ‘El inconsciente es la política’, (sesión del 10 de mayo de 1967) Que el inconsciente es la política no implica que el psicoanálisis sea la política. La Política trata de lo social, de la forma de gobernar, de las relaciones entre las gentes, de lo público. El psicoanálisis trata de lo singular, aunque hay tensión entre lo singular y lo colectivo, basta con ver lo que ocurre en las asociaciones psicoanalíticas con el tema de la intensión y la extensión. Lo que se manifiesta en el exterior de lo que puede verse en una cura por ejemplo.

Algunos analistas consideran que habría que acantonarse en la cura misma, que los psicoanalistas no tienen nada que hacer discutiendo en los platós de TV y que más valdría que escucharan y acompañaran a sus analizantes, incluido en las evoluciones sociales. Esto es complejo. ¿debería renunciar el psicoanálisis a cualquier pretensión universal? También vemos cómo el psicoanálisis ha influenciado al arte, la literatura, al cine, a la cultura .. El psicoanálisis permite poner de relieve las manifestaciones del inconsciente en el campo de lo social.

Hay grandes preguntas hoy sobre la homoparentalidad, el autismo y otros temas que cuestionan por ejemplo a AF pero también a otras asociaciones y a los analistas en general. ¿Cómo situarse frente a estas cuestiones de actualidad? ¿Hay que firmar peticiones? Personalmente tengo mucha resistencia a firmar peticiones on- line. Tengo pacientes que me hablan con connivencia como si yo tuviese las mismas ideas políticas que ellos. Lo importante es que puedan hablar, incluido en la transferencia, de esas articulaciones, más allá de que me atribuyan las mismas ideas que a ellos o no. Los analizantes nos buscan por Google. No es fácil, firmar como asociación analítica. Es el problema, como analistas, de comprometerse en una ideología sostenida por un ideal. Cuando hablo de resistencia, una resistencia es aquella contra un orden totalitario pero también existe aquella en el sentido psicoanalítico. la del neurótico, el asunto yo no lo tengo claro.
En «El hombre sin gravedad», de Melman y Lebrun, libro de entrevistas, Melman avanza que ‘el inconsciente es lo social’. Él dice que es una frase de Lacan, lo que no es cierto, está admitido que es una frase de Melman. Dicen que las modificaciones en lo social y las nuevas tecnologías, la disminución según ellos de la importancia paterna, tienen consecuencias sobre el psiquismo del sujeto y que por lo tanto lo social influiría sobre los sujetos. Llega hasta decir que en esas sociedades de satisfacciones y placer inmediato, ya no hay represión, y por lo tanto no hay ya sujeto del inconsciente, y por eso habla de una nueva economía psíquica (él utiliza estas siglas : NEP), ya no son sujetos sino neo-sujetos que se irían produciendo por la sociedad cambiante. Esto fue un shock.

Esto sedujo a mucha gente, tanto más cuanto que ellos dos (Lebrun y Melman) afirman que frente a la degradación de la sociedad y de la humanidad, los analistas y el psicoanálisis serian los últimos garantes contra la decadencia. Entonces preconizan que hay que apoyar un cierto orden fálico -cosa que Melman, que es alguien inteligente, critica también- Dice: es un progreso inestimable que los hombres descubrieran que el cielo estaba vacío. Tras la Shoah y otros horrores de las guerras se planteaba en lo social la cuestión de Dios, la pregunta de si Dios ha muerto y, si no, ¿cómo pudo permitir eso?

Que el cielo esté vacío, dice Melman, es al mismo tiempo lamentable y un progreso. Lo dice casi tal cual. Es triste porque al menos el orden patriarcal, fálico, organizado en torno a la religión, permite que algo se mantenga unido. Es evidente que la familia, para retomar el texto de Lacan, muestra que el anudamiento RSI, en ciertas pruebas tiene ahora problemas. Melman tiene razón en eso. La familia, un partido político, lo social, cualquiera de estas cosas puede hacer de cuarto nudo y permitir mantener todo esto unido. Y que hoy con la evolución de las técnicas, la evolución de la estructura familiar, sociedad, etc., comprendida la cuestión de Dios como referente, este sistema se sostiene peor y eso puede dejar al sujeto con una gran desazón.

En cualquier caso, que el inconsciente singular, individual, se manifiesta en lo social, es un hecho. Pero que lo social modifique radicalmente el psiquismo de un sujeto, es un tema controvertido.

Freud se interesó mucho por estos temas, desde el Moisés, pasando por Totem y Tabú, Psicología de las masas, el Porvenir de una ilusión, el Malestar en la cultura. Por ejemplo en ‘el Malestar..’ dice que no hay que ceder a la avidez de identificar analogías, aunque él lo hace: el inconsciente funciona mucho por analogías, aunque éstas tienen que ver con un rasgo, marca. Pero no es lo mismo, ya que la analogía es un sujeto quien la enuncia. Dice Freud en Malestar (p 102) : «el superyó de una época cultural tiene un origen similar al del superyó del individuo», es decir, habla de similitud, no que lo social intervenga en lo individual y menos aún en el inconsciente.

¿Qué pasa con el malestar de hoy en la cultura? Freud, preguntándose hacia qué tienden los hombres, respondía: la felicidad, por un lado evitando el dolor y la privación de alegría y por otro buscando fuertes goces. El problema es que lo social exige precisamente que ciertos goces o pulsiones se repriman. Hay otros medios de buscar la felicidad, pero Freud denuncia firmemente la religión como quimera delirante, infantilizante e incluso estúpida para acceder a la felicidad. Escribe : «las necesidades religiosas están ligadas al estadio infantil de dependencia absoluta, así como con la nostalgia del padre que suscita este estado…no sabría encontrar otra necesidad de origen infantil tan fuerte como la de la protección por parte del padre». Freud entra también a criticar el marxismo y a través de él a toda ideología, diciendo que llegan a hacer promesas para consolar a los seres humanos.

En la p. 5 del ‘Malestar’ dice algo muy importante : «Independientemente de las modificaciones de las instancias sociales, las instancias intrapsíquicas son indestructibles». Y dice también (p. 29) que la felicidad es un tema de economía libidinal individual. En las Nuevas Conferencias insiste en el hecho de que el psicoanálisis no ofrece una nueva « weltanschauung » (representación del mundo), así que no promete un futuro maravilloso, ni sostiene ningún orden social.

Yo me he planteado si el psicoanálisis se inscribe en una modernidad o no, ya que la modernidad incluye una idea de progreso. En todo caso, en cuanto a la evolución del mundo, un analista ¿no sería a-moderno? El riesgo reside en lo que pasó por ejemplo con el post freudismo. Los analistas judíos que se fueron a América huyendo de los nazis, se adaptaron a ese mundo, hasta el punto de que desarrollaron, a partir de ahí, conceptos freudianos en torno a la ego-psicología que apuntaba a la adaptación del sujeto a un orden social en el que ellos mismos habían sido acogidos. Esto iba en el sentido opuesto a lo que Freud había dicho al lleg
ar a USA en 1909: « …y no saben que les traemos la peste ». Porque el psicoanálisis no es una promesa de felicidad ni una ética de los bienes en la cual cada uno estaría en su lugar y donde todo funcionaria perfectamente sino que, es otra ética que es la del deseo, y al mismo tiempo el psicoanálisis no es ni una ética ni una moral.

Pregunta: Si bien el psicoanálisis no propugna una moral nueva, por otro lado si uno quiere estar un poco en paz en su vida si que ha de limitar las pulsiones…y es el caso con el psicoanálisis ¿no ?

R. Soundaramourty : el psicoanálisis contempla como se articula el sujeto frente al deseo, pero la ética del deseo puede ser una vía personal que se emancipa de las leyes de la ciudad, como en Antígona, ésta rechaza la prohibición de su tío y hay algo más fuerte que hace que se emancipe, con riesgo y con goce, eso es seguro, pero es su vía, es su camino. Si Antigona hubiese hecho un análisis quizás se hubiera cuestionado sobre el goce que estaba en juego en esta voluntad de su deseo más fuerte que la ley de la ciudad y sobre su relación con la castración…

Intervención : Y sobre como consagrarse a su familia de origen y no a su deseo de mujer, siempre que no hagamos del deseo de mujer una nueva religión….

R.Soundaramourty :  Si y al mismo tiempo, ¿quienes son los analistas para decretar que hay que ser una mujer y que una mujer es así?….es un tema que no es nada evidente..es un imposible…

Al final de ‘El Malestar’, Freud dice «sé una cosa cierta, que los juicios de valor que hacen los hombres les son indiscutiblemente inspirados por su deseo de felicidad y éstos constituyen así un intento de defender con argumentos sus ilusiones ». Y añade : « No tengo el valor de erigirme en profeta de mis iguales y me inclino ante los reproches de no ser capaz de aportarles ningún consuelo, pues esto es lo que todos desean, hasta los revolucionarios más salvajes y, no menos que estos, los más bravos quietistas».

Los pacientes creen que tenemos la solución para ser felices y Marga decía ayer que ella no le hacía a la analizante ninguna promesa de consuelo y aceptó en cierto sentido los reproches que la paciente podía hacerte de ser mala o impotente por no dárselo….. etc. Es como la historia del cielo que está vacío: no se trata de taponarlo con una ideología, una religión, o con el psicoanálisis como religión. Hay un texto de R. Lévy en la web sobre la laicidad del psicoanálisis: habitualmente se habla de la laicidad con respecto a los que no son médicos ni psicólogos, pero Lévy habla de analistas que no mantienen ninguna creencia, ni siquiera en el psicoanálisis. En la función que ocupamos eso es fundamental, hablamos del deseo de analista y su función. Se trata de mantener la distancia más grande entre el objeto ‘a’ y la identificación y mantener el hecho de que el cielo está vacío. Es precisamente esto lo que permite un deseo de palabra y de invención. Es muy importante que el analista tenga esto claro, ya que los pacientes cuando llegan están en una relación de engaño, y esta engañifa es una dimensión esencial en el psicoanálisis porque es la base de la transferencia.

Para Dumézil hay cuatro categorías de ‘leurre’ (engañifa, señuelo, cebo): el semblante, (la apariencia, extensión de lo imaginario), la ilusión (extensión de lo real), y la ficción (como extensión de lo simbólico) En el amor también hay engaño.

Para retomar el tema del deseo de analista y su función que tiene que sostener algo de este imposible, en el seminario Ou pire, sesión del 1 de junio 1972, Lacan decía : «es totalmente anormal (lo escribe: a-normal), -objeto a-normal- que alguien que ha hecho un psicoanálisis quiera ser psicoanalista. Hace falta una especie de aberración para que a alguien le merezca la pena ofrecerse para todo lo que pudiera recogerse como testimonio». Está hablando del pase : « He instituido provisionalmente este intento de selección, es para saber porque, alguien que sabe, por su didáctica, lo que es el psicoanálisis puede aún querer ser analista »

Esta anomalía (aberración) es lo que permite, en el horror del acto, no ceder ante la pasión del desconocimiento (que no es lo mismo que la ignorancia) El desconocimiento es : No quiero saber nada porque esto me expone a que se abra una hiancia y hace que no sirva lo que taponaba el agujero, así que me tengo que enfrentar a ese real, es este agujero en la estructura, esa falta que hace que el deseo advenga, lo que es horrible. Es lo inverso de lo que cada sujeto busca como un-im-posible. El sujeto busca algo posible, que acabe el malestar. Pero, el horror del acto analítico consiste en ver lo que pasa cuando ese agujero queda abierto, es decir, contrariar radicalmente el deseo: «el deseo contrariado», como decía en el título de su libro R. Lévy, esa es la función de analista. Sin embargo, el movimiento de los políticos, ideólogos, religiones, es el de consolar, calmar, dar el objeto. En una cura pasa lo mismo, el analizante puede tener la impresión que es comprendido. El amor de transferencia es eso : por fin encontré a ese que me aportará lo que me falta.

Pregunta : sobre la diferencia entre ignorancia y desconocimiento.

R. Soundaramourty : El desconocimiento es el movimiento contrario a ir hacía el conocimiento.

Intervención: Lacan dice que hay desconocimiento cuando existe inconscientemente el conocimiento de lo que hay que desconocer.

R. Soundaramourty : El inicio de la transferencia es cuando el analista es situado en el lugar del síntoma, en un culto del al-menos-uno mítico, fundamento de toda petición de análisis: que haya al menos uno que pueda taponar lo real de nuestra condición lenguajera que reenvía al hecho que no existe Otro del Otro.

Quiero centrarme ahora en el que no hay Otro del Otro. No hay verdad final, no hay última palabra de la historia (fin mot) ; la apuesta de Descartes es que si que hay Dios al final. Hubo un coloquio sobre F. Dolto hace unos años, y recuerdo que R. Lévy -quien trabajó mucho con ella- decía que ella había aportado mucho a las prácticas educativas y sociales y al psicoanálisis y que había supuesto un cambio radical: que el niño sea una persona y que el bebe incluso dentro del vientre de su madre esté ya en un baño significante y se le suponga sujeto, es básico. Eso se transmitió por radio, etc, lo que no impide pensar que ¿qué podría permitirle a esta señora interpretar tan directamente lo que veía? Para ella el Otro no era un lugar vacío. Y esto no es lo mismo que un Otro barrado.

Pregunta : sobre el deseo de analista y el objeto a. No hay Otro del Otro, ni palabra final, ¿no se hace ahí referencia a ese objeto a ?

R. Soundaramourty : Si, Lacan, para hacernos entender lo que era el objeto ‘a’, decía que podía ser el pecho, las heces, la voz y la mirada, pero esto es complicado, es radical porque el objeto ‘a’ no es un objeto especularizable ya que no hay objeto. En el amor puede situarse el objeto en el otro y pensar que ese otro es nuestro objeto ‘a’, es un engaño, porque «a» no es especularizable. Es la paradoja de llamarle objeto a algo que es una ausencia, un vacío, pero que se puede localizar por sus contornos, por sus bordes, o porque alrededor de ello gira la pulsión. Pero cuando hacemos consistir el objeto, lo especularizamos, ya no va a ser el objeto ‘a’.

El deseo de analista sería mantener la distancia mayor entre objeto ‘a’ e identificación, entre ‘a’, e ‘i(a)’. Se sitúa en torno a estos temas forclusivos (porque socavan, abren, y recuerdan en torno a qué sucede la cosa), y que se vinculan directamente con la cuestión de lo real.

(Dibujo del nudo borromeo) Entre lo simbólico y lo imaginario está el sentido, entre lo simbólico y lo real está el goce fálico y el goce del O
tro, que aparece en el nudo entre lo I y lo R. Hasta 1976 en el Seminario “El síntoma” en el goce del Otro, el Otro aparecía sin barrar, pero a partir de 1976 el Otro aparece barrado. S (Abarrado) que remite al significante de la falta en el Otro (S del gran Otro barrado). Ese lugar para Lacan, en el seminario del Sinthome, es el verdadero agujero, ahí hay el ‘a’, algo muy abierto que tendría que ver con la represión originaria. La caída de la significación fálica. Todo esto para decir que es en torno a estos agujeros que gira el sujeto, donde el sentido puede producirse en este anudamiento imaginario-simbólico, donde el goce fálico, el falo que precisamente permite anudar lo real y lo simbólico, pero hay algo que escapa radicalmente y que se podría tratar de rellenar con la ideología, con cierta forma de política y que en psicoanálisis se trata de mantener abierto y de identificar el contorno. Que la experiencia psicoanalítica sea una forma de tener en cuenta esta historia del verdadero agujero y del goce del O barrado.

Pregunta : Efectivamente, para que eso tenga que ver con el agujero de la represión primordial, tiene que estar el Otro barrado, en el sentido de la caída de la significación fálica.

R. Soundaramourty : No estamos en ese registro. Estos puntos forclusivos, por ejemplo La mujer, con el La (barrado), que permiten acceder a otra cosa, esta otra cosa a la que Lacan se acerca con los textos de los místicos, esta historia del agujero verdadero, este real, este imposible que tiene que ver también con ‘no hay relación sexual’, ‘no hay metalenguaje’. Cuando se habla, forzosamente, la palabra no dice la cosa, y por eso hablo desde hace tanto rato. Son estos desfases los que permiten que se inicie la cura a partir de un «no es esto». Si no fuera así, estaríamos en la mayor felicidad. Es lo que Melman supone cuando dice que en lo social se puede tener satisfacciones muy inmediatas (como las drogas) y ya no hay lugar para el deseo.

La pregunta para el analista es ¿acaso no se trata de llegar a estar ahí sin razón de ser? No hay un ser de analista, sino una función analista. En ese sentido R. Lévy hablaba del fantasma del analista con el paréntesis -del a- vacío. No estoy del todo de acuerdo, ya que para mí el objeto ‘a’ ya es en sí un paréntesis vacío, aunque es didáctico escribirlo así, porque muestra que en el tiempo de un análisis, al principio un paciente puede pensar que hay objeto ‘a’ y el analista va a dárselo, igual que el fetichista piensa que el falo existe, que está en el fetiche y eso le permite no descompensarse al encontrarse con la castración materna y la suya.

Ciertos analistas de la IPA creen que se trata de identificarse con el yo fuerte del analista, o que el analista apruebe cosas, dé permiso, valide una decisión. La sugestión hipnótica es eso, viene a traer objeto, objeto que viene a través de un gran Otro no barrado. La división subjetiva también tiene que ver con estos puntos forclusivos, un sujeto no se puede atrapar porque está entre dos significantes. Si un significante representa al sujeto para otro significante, nunca un significante vendrá a representar a un sujeto, que en realidad está en la cadena asociativa en la que se pueden producir efectos subjetivos, pero que sigue escapando.

Pienso que podría escribirse El Psicoanálisis, con un ‘El’ barrado. Si el psicoanálisis se apoya radicalmente sobre esos puntos forclusivos…voy a retomar dos elementos aportados por Lacan que espero permitan percibir la articulación entre psicoanálisis y política. De entrada las fórmulas de la sexuación y después los cuatro discursos más uno, el discurso capitalista.

La lógica del deseo inconsciente de un sujeto, se apoya sobre la función simbólica y universal del falo simbólico, tanto para hombres como para mujeres. Este falo equivale al deseo y al significante de la castración. El falo no es únicamente uno, sino también menos uno, fi de x (función de x), función de la castración. Son las fórmulas de la sexuación que hacen que todo ser humano se inscriba en uno de los dos lados, pero Lacan dice que como analista se inscribía claramente en el lado derecho de del tablero, por eso decía antes lo de La mujer (con el La barrado) y también El psicoanálisis (con el El barrado)

En el lado izquierdo, la universalidad es la regla a condición de que haya uno, al menos uno que no esté sometido a la castración, el padre mítico, padre de la horda. Es esta excepción la que permite que todos los demás estén sometidos a la castración. Es lo que hace que el Hombre, con una gran H -se escribe así en su dimensión universal- pero al mismo tiempo subordina a los que están inscritos en el lado izquierdo al goce fálico únicamente. Para los que están al lado derecho, identificación sexuada femenina, ninguna de las dos fórmulas traduce ninguna universalidad posible, ya que tienen el símbolo-barra del No Hay. En el lado derecho no hay ninguno que no esté sometido a la castración, no hay excepción, mientras que en la parte izquierda hay al menos uno, y se dice no toda -y no todo- están sometidos a la función fálica, a la castración.

¿Por qué no existe la mujer? Porque no se puede decir ‘La’ en el sentido de lo universal. Está bajo el yugo del goce fálico pero también de otro goce, goce suplementario, que Lacan caracteriza como el del cuerpo y que puso de relieve basándose en los escritos de místicos, hombres y mujeres.

Todo esto para decir que no hay relación sexual que sea inscribible. Lo real de la diferencia de las posiciones sexuadas masculina y femenina, se puede identificar por su disimetría y su no complementariedad. Es decir que la manera en que se goza, en el lado izquierdo o derecho, no es simétrica ni complementaria, como podía decirlo Platón con las esferas.

Por el lado masculino, el sujeto dividido no alcanza a su partenaire sexual -que es el Otro- sino a través del objeto ‘a’, pero no alcanza a la mujer. Solo alcanza el objeto ‘a’

Intervención : y por eso ataca a la mujer

R. Soundaramourty : el objeto ‘a’ que causa este deseo y que va a residir en la persona del otro, no es al otro al que encuentra sino al objeto que se ha localizado en esta persona. Dicho de otro modo, el hombre sólo puede lidiar con su fantasma: ($ ◊ a ) el sujeto no puede encontrarse nunca con su objeto, nunca hace uno con el objeto, siempre hay una distancia, sólo que en momentos de éxito se cree uno haberlo encontrado, en la cura, en la cama…. El losange/punzón es importante por el agujero que implica.

Trabajé mucho con mendigos y en cierto momento estaban tan identificados con el objeto ‘a’ mierda, que no hacían sino uno con ese objeto y en cierto sentido desaparecían como sujeto, por no haber ya ese agujero entre sujeto y objeto de su deseo, no había ese desfase, esa distancia.

En cuanto a la posición sexuada femenina, que la mujer no exista lleva a la dualidad de los goces, por tanto, el significante de la falta en el Otro marca el agujero en el Otro por falta de significante, no hay ese significante: no hay ese significante falo que localizar ahí y que creemos que podemos encontrar. Otro modo de goce que iría hacia el falo, pero la mujer no se encuentra con el sujeto. Goza por aquí, por allá, pero no se encuentran.

Intervención : Por eso es necesario apoyarse en el lado izquierdo de las fórmulas….la mujer se tiene que poder sostener en el lado fálico y esto lo evidencia.

 

R. Soundaramourty : Totalmente de acuerdo, la división de estas fórmulas no corresponde a la división hombre-mujer basada en el hecho de tener un pene o no…

Intervención: Y uno puede estar oscilando entre un lado y otro a lo largo incluso de un mismo día.

R. Soundaramourty: En cualquier caso, sólo se enfrenta la mujer con el falo simbólico y no con el hombre.

Entonces, el encuentro entre dos
seres sexuados siempre falla, todo encuentro sexual falla por ser asimétrico y no complementario, lo que tiene que ver con ‘no hay relación sexual’. Evidentemente no es que no haya relaciones sexuales, lo que no hay es relación sexual, no es lo mismo (diferencia entre ‘rapport’ y ‘relation’ en francés) La disparidad de lógicas y de goces es la regla, suscitando en retorno una dialéctica entre amor y deseo que no cesa de no escribirse y que nos entrega a un perpetuo malentendido, a un imposible, a un irremediable. Un imposible entre hombre y mujer, del lado de la inscripción, la divergencia de las lógicas y de sus goces, no hay proporción sexual desde ese punto de vista. Y ese imposible se ve también en lo social, aunque intentemos establecer satisfacciones.

Quiero pasar ahora a la cuestión de los cuatro discursos. Lacan lo habla en el Seminario el ‘Reverso del Psicoanálisis’ y también en la conferencia en Milán: «Los discursos», de 1962, donde añade un quinto: el discurso capitalista.

Qué es un sujeto sino lo que dice Foucault: el producto de un discurso. Es en la cadena de significantes que se produce un sujeto. Lo que hace Lacan es identificar unos lugares: el del AGENTE, que es el que habla y que hace actuar, no es forzosamente el que ejecuta, es el que produce acción. EL OTRO, aquel a quien se dirige el agente. LA VERDAD, desconocida para el agente porque está bajo la barra, y LA PRODUCCIÓN. El agente se dirige al otro en una circularidad, la verdad es desconocida por el agente pero tiene que ver con el otro…hay una circularidad incompleta, esto es esencial para la cuestión del imposible. No gira en redondo, no es un glu glu de goce (como sería si girara todo perfectamente) Circularidad incompleta entonces, donde La verdad no recibe ningún flujo, ninguna flecha se dirige a ella, porque habla pero sólo se dice a medias.

Hay cuatro lugares y también cuatro símbolos: S1, significante amo que representa al sujeto para los demás significantes, podría llamarse rasgo unario. Es el que va a representar al sujeto para los demás significantes, el significante en torno al cual se organiza todo. S2, el saber, lo que se intercambia como sentido entre los ‘parlêtre’, los hablaseres. Es lo que da sentido après-coup a S1. Este S2, en el discurso de la universidad, está en posición de agente y es el significante que hace que actué el conjunto. El ‘a’ pequeño es el objeto causa del deseo, puede llamarse también plus de goce y representa al objeto perdido, la falta, el resto, la memoria a recuperar a través del dispositivo psíquico de la ficción analítica. Nunca hay un discurso único, un discurso solo puede funcionar porque existen otros discursos. Y efectivamente si giráis un cuarto de vuelta, lo que está abajo pasa arriba y gira.

Efectivamente, el discurso del analista es el reverso del discurso del amo. El discurso de la histérica se dirige al discurso del amo.

El discurso del amo corresponde a una de esas 3 profesiones imposibles: gobernar, la cuestión política. Un significante S1 se define como representando a un sujeto, para otro significante S2, y produce ese plus de goce, objeto a. En efecto puede ser dialectizado con la cuestión del amo y el esclavo, de lo que S2 va a ser producido como plus de goce que va a ser recuperado por S1.

En el discurso del analista, que concierne este tercer imposible freudiano, el objeto ‘a’, causa de deseo, está en el lugar de agente, lo que va a hacer que se produzca una acción en el discurso. En el lugar de la verdad viene el saber desconocido, bajo la barra, saber inconsciente del sujeto. En el dispositivo analítico, el sujeto supone al agente el saber que le daría la respuesta sobre el enigma de su deseo, supone que el agente conoce su saber inconsciente.

En esa transferencia al sujeto supuesto saber, el análisis responde mediante una ausencia. Este agenciamiento subjetivo del discurso facilita la producción por parte del sujeto de significantes que están producidos aquí, los significantes amo que estructuran su deseo. El significante amo no se dirige al Otro para que produzca algo que tiene que ver con el propio goce del que va a recuperar la producción, como la dialéctica del amo y del esclavo, sino que se trata al contrario, de que el agente esté en posición de objeto ‘a’ , que no responda nada, pero se deja suponer por el sujeto como poseedor de un saber sobre su deseo. Ese tipo de discurso produce los significantes amo del deseo, desconocidos hasta ahora por el sujeto.

Para enlazar con lo político, hay ese otro discurso, el capitalista. Éste no entra en esa ley del cuarto de vuelta, no gira. Los cuatro discursos giran, hay diferentes momentos en el día donde se pueden producir distintos discursos. Insistí en que la circularidad era incompleta, es la cuestión de lo imposible. Por ejemplo, no hay flujo que vaya hacia la verdad. Es la verdad que se produce, que se medio dice, que tiene efectos. ¿Por qué digo que el discurso capitalista no entra en esta posibilidad de cambio de cuarto de vuelta? Con este discurso capitalista hay muchas cosas distintas, entre otras las flechas de circulación que ya no son las mismas. Invierte al agente y la verdad y al mismo tiempo el sentido de las flechas interrumpe el recorrido del agente hacia el otro. Ya no hay flecha aquí. En el discurso del capitalista, la circularidad entre los lugares se convierte en completa, e infinita, va girando hacia S1, luego de S1 a S2, luego a objeto a, ahí no falta nada, no hay real. Todos los lugares están en lugar de recepción.

En los demás discursos había falta, no proporción sexual. En el discurso capitalista objeto y sujeto no están separados, por lo que el fantasma podría realizarse, fantasma de naturaleza sadiana, (Burn-out) hablando de fetichización de la mercancía, es decir, este elemento que nos falta, yo puedo obtenerlo.

Intervención: Pero esto es muy importante porque es lo que está pasando ahora en las empresas. Se hace trabajar al trabajador hasta que se quema, hasta que se muera, hasta el agotamiento y entonces se le envía “fuera”. Esto que hablábamos antes de la limitación de las pulsiones es muy importante, porque es hacia eso que estamos yendo ahora.

R. Soundaramourty: Lacan ha escrito poco sobre el discurso capitalista y los analistas no siempre hablan de ese discurso, ahí se vacila un poco, no se sabe hacia dónde te puede arrastrar, porque al igual que el capitalismo, este discurso funciona muy bien. Basta con aplicarlo en el campo social y hay una relación entre este tipo de discurso y una descripción de la realidad. En cualquier caso hoy día existe una homología entre el discurso del amo y la política que apunta a convertir la identificación, el amor, el temor, la confianza, en obediencia y sujeción. Un sometimiento con fines de captación, rapto, expolio, del plus de goce. Es decir de lo que se produce ahí con el discurso del amo.

Ahí entra también la ciencia, y tendríamos que distinguir entre ciencia antigua (episteme), y la moderna (Galileo, Descartes) que es más bien una tecnociencia. Creo que hoy el discurso del amo está amalgamado con el de la ciencia como cientifismo. Ya no es la ciencia como búsqueda, sino la ciencia como S1 que va a decir todo sobre todo: en el campo de las empresas, de la educación, todo funciona con evaluaciones, tablas, con técnicas y metodologías científicas que intentan dar un valor científico al discurso del amo, ya que se trata con todo esto de regular los goces. Hoy aparece esto como evidente: es científico, hay estudios, hay una metodología que parece científica y entonces se considera verdadero. Es la ciencia al servicio del discurso del amo. Y Lacan lo dice claramente, puesto que el discurso del amo es el reverso del discurso del analista, y el discurso del analista es también el reverso del discurso de esa ciencia.

En el Seminario «El momento de concluir», 20/12/1977, se lee: «la ciencia no es otra cosa que un fantasma, un núcleo fantasmático por
su proyecto de conocimiento integral de lo real de la naturaleza». Ese es el proyecto de la ciencia, esto es el progreso a través de la ciencia, controlarlo todo, saberlo todo, incluido lo que se nos escapa de la naturaleza.

En el fantasma que es la ciencia hay una voluntad de control del universo. Hay nuevos significantes donde innovar, medir, evaluar, calcular, son mecanismos positivistas donde todo ha de ser medible, que tratan de controlar las relaciones y los problemas del vínculo social con un fondo de forclusión del sujeto y de las contingencias: nada se nos debe escapar.

Es una cierta concepción de la ciencia. La física cuántica, o la matemática están próximas al mecanismo del inconsciente. Cuando decimos que el inconsciente ignora el tiempo, o el principio de no contradicción, la ciencia de Galileo no puede aceptar que este principio fundamental de no contradicción no se respete.

Hoy, muchos problemas se presentan porque existen esos sistemas de evaluación lógico cientifistas y los principios del psicoanálisis en su práctica se oponen totalmente a la lógica positivista, que es la que se pide.

Algunos dicen que el psicoanálisis está en peligro y yo pienso que si está amenazado es porque en sí mismo es un peligro. Si el discurso psicoanalítico es el reverso del discurso de la ciencia-amo, entonces ¿no es el signo de que la dimensión subversiva de su discurso es actual? No sería dramático que como aparece en las películas de Woody Allen, el psicoanalista estuviera por todos lados?

Trabajo en una asociación formada por analistas que trabajan en privado, que se llama Asociación Telemite (abadía de Telem en Rabalet). En ella, se trabaja con personas entre 16 y 21 años, se les da dinero para vivir y van a ver a un analista en lo privado. En este momento la asociación anda mal porque ha sido pillada por el discurso dominante y es más difícil recibir dinero. Si el discurso del amo es cada vez más gestionario y apunta a la uniformidad y la estandarización de las prácticas, basándose en una supuesta racionalidad positivista y científica, de control, del mínimo riesgo, de la medida, de la contabilidad, de la transparencia, de la evaluación sobre todo, del colmamiento de cualquier falla, espacio que podría escapar a la mirada panóptica en nombre del bien soberano, Orwelliano. Esto es lo que está presente en las leyes actuales y en las preconizaciones que si no se siguen no te dan dinero. Es un discurso que se presenta con evidencias naturales y racionales. Pretende ser como el DSM an-ideológico, an-histórico y apunta a la transparencia gestionaria. Si se cuestiona, dicen que es que no queremos ser claros. Pasa por formalizaciones de apariencia pseudocientífica. Si lo miramos de cerca, parece indigente, con una lógica binaria como los ordenadores, lo que caracteriza a las tablas de evaluación.

En el ‘Malestar en la cultura’, Freud recordaba el golpe dado al narcisismo humano con Copérnico y el hecho esencial de que el universo no girara en torno a la tierra; con Darwin y el principio de la selección natural, el no descender de Dios sino que existe la evolución, que el hombre no existe como tal desde siempre. Que el yo no era el amo en su casa. El inconsciente procede de una lógica que se acomoda mal a las prácticas cientificistas. El cientificismo es una práctica imperialista que considera que el conocimiento sólo puede adquirirse con conocimientos científicos de laboratorio y que esto basta para resolver cualquier problema social o filosófico. Por ejemplo la sociobiología quiere aplicar principios de la selección natural a lo social. Un ejemplo: 1985 en un libro : «la campana de Gauss», se mostraba que el cociente de inteligencia 100 era lo normal para los americanos, pero los ricos y blancos 110 y a los pobres y negros… etc. Científicamente ya está demostrado que los pobres lo son porque son menos inteligentes. En ningún momento se cuestiona que es lo que mide este CI.

En esta lógica cientifista, siguiendo el silogismo: cuanto más en riesgo estén los adolescentes, más habrá que protegerlos, enmarcarlos, acompañarlos, para impedir que pasen al acto. Eso dice la sociedad, así que en Telemite si están en riesgo tendríamos que proponerles acompañamiento. Sin embargo ellos están solos en su hotel, van a su analista y ven a poca gente para vigilarlos, y la paradoja es que no hay intentos de suicidio, ni pasajes al acto y no hay casi problemas. Defendemos que lo que hacemos está captado en una transferencia. Hasta ahora esos adolescentes dirigían lo que no funcionaba al foro, pero ahora tiene un ‘adresse’ (a quien dirigirse) y por lo tanto están captados en una transferencia, por lo que pueden ser tratados de otro modo. Es la lógica del ‘no todo’ y por eso hay sujeto que puede advenir, sin presiones. Así sostenidos por transferencia, obtenemos cosas maravillosas y eso le extraña mucho a la gente que nos da dinero, y nos dan dinero, pero eso no casa con las tablas de evaluación.

 

Trasncripción: María-Cruz Estada y Lola Monleón

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