Mañana de trabajo institucional del 22 de marzo de 2014
“COMPROMISOS ÉTICOS ACTUALES DEL PSICOANALISIS CON LA CURA, EL LAZO SOCIAL Y LO POLÍTICO”
textos de Mercedes Baudes de Moresco, María Cristina Bacchetta, Isabel Cerdán de Frías y Marian Lora Toro
Mercedes Baudes de Moresco
Psicoanálisis hoy
“La sociedad no se apresurara a concedernos autoridad.No puede menos que ofrecernos resistencia,pues nuestra conducta es critica hacia ella,le demostramos que contribuye en mucho a la causación de las neurosis.Asi como hacemos del individuo nuestro enemigo descubriéndole lo reprimido en el,la sociedad no puede responder con solicitud simpatica al intransigente desnudamiento de sus perjuicios e insuficiencias;puesto que destruimos ilusiones,se nos reprocha poner en peligro los ideales”
Sigmund Freud Obras Completas”Las perspectivas futuras de la terapia psicoanalítica”1910,libroXI (pag 131Amorrortu editores)
También allí habla de la depresión(de los psicoanalistas), ocasionada ante la magnitud de las dificultades que salen al paso de nuestros empeños,a pesar de los logros obtenidos (y de lo satisfactorio de las comprobaciones ,agregaría yo )
Del futuro para mejorar las posibilidades del psicoan considera tres lugares
1)un progreso interno (en nuestro saber analítico y en nuestra técnica)
2)un aumento de autoridad( la comparación con el ginecólogo en Turquia,tomar el pulso a una mujer a través de un agujero,y asi diagnosticar y curar su padecer…hace muy complicado el éxito de la operación ante tales dificultades,por lo tanto nadie cree,ni en los diagnosticos ni en la terapeutica a desarrollar)
3)el efecto universal de nuestro trabajo(insiste en que debe ser posible para ello acceder a la masa y allí alcanzar sus efectos.)Ya que ,el sentido de los síntomas es para todos los individuos,y los fenómenos patológicos y la angustia también.
Aconseja no enfrentar las dificultades como un higienista ni como un terapeuta fanatico,porque no hay que olvidar la ganancia de enfermedad.
Dos premisas
Destacaría dos premisas fundamentales
1)compromiso con la comunidad
Que implica que ,la situación socioeconómica no sea un obstáculo para solicitar una consulta analística
2)compromiso con el psicoanálisis
Este punto incluye tanto a los que cuentan con un recorrido clínico intenso,como a los que transitan los primeros tramos de su formación.
Antecedentes
Dirigimos con Pacho O’Donnell grupos donde participaban filosofos. psiciologos ,etc que les interesaban nuestros seminarios
Fruto, de ello y luego de varios años de funcionamiento sostenido y con demandas crecientes (estoy hablando de 300 inscripciones por año)esa la Escuela tenia una revista “Lacantata”…de la cual conservamos ejemplares y por fin un libro”Grupos operativos” ,editado por Nueva Vision ,que lleva mi nombre como autora ,y el de los colaboradores.Testimonio de las experiencias vividas en esos tiempos .
Esos tiempos requerían 4 años de “formación”y cumplimentaban requisitos de asistencia a Seminarios ,practicas semanales,escritos,monografías ,talleres ,etc.
EXPERIENCIA ALPHA
Empieza antes de mi inclusión en AF(o sea hace 22 años)La idea de armar una institucion que albergara de otra forma a los psi del futuro ,fue la creación de la Fundacion Universitaria Alpha,(también con Pacho O’Donnell hasta 1995 por su nombramiento como Secretario de Cultura de la Nacion).Alpha sigue vigente hoy dia . Integra a psicólogos , psicoanalistas y psiquiatras,y orientada a la atención de pacientes ,es decir con la clínica psicológica de la medicina prepaga, que es un seguro medico que se abona mensualmente y asegura al afiliado que será atendido cuando lo solicite,por nuestro equipo. Y de eso nos encargamos para dos importantes seguros; Medicus y Swiss Medical Group,que nuclean miles de personas.
Estos potenciales pacientes, se comunican por te,y las prepagas aseguran el dinero que los psicólogos (psicoanalistas),cobraran luego. En una de ellas somos libres de cobrar los honorarios que establezcamos como consenso entre nosotros,aunque sin obligatoriedad,es decir que pueden ser modificados en relación a las posibilidades del consultante. (y por los avatares de nuestro país siempre en crisis)
En otra nos atenemos a los planes de salud que corresponden a cada contratación .La numerosa demanda de pacientes de efectuar una consulta psicológica ,esta sostenida por las medicinas prepagas que me solicitaron dirigiera estos equipos bajo mi responsabilidad.La aceptación de este espacio de dirección que no fue nunca remunerado,o sea pago ,significo y significa una afluencia de consultantes fuera de lo común para ser derivados al equipo de trabajo analítico.El beneficio es estar dentro de Instituciones consolidadas,necesarias y confiables.Confianza que se traslada a nosotros y eso basta para una primera consulta ,claro que lo demás,corre por nuestra cuenta.
Alpha se inicia en base a la transferencia de trabajo surgida de propuestas de formación permanente con dos seminarios semanales ,ateneos mensuales ,jornadas publicas y publicaciones periodicas del equipo.Los aspirantes presentan un curriculum y manifiestan su interés de integrar este equipo.Por su inclusión ,no pagan ,pero si por los seminarios y la deconstrucción clínica.
La condición primordial es el interés por la obra de Freud y Lacan,presente en nuestra teoría como en la practica clínica ,a la que se accedera ,luego de un conocimiento previo de el pensamiento ,razonamiento y ideario que surgen de sus aportes a los lugares de formación.
Dentro de Alpha,la deconstruccion clinica es un aspecto de la formación (en general llamada supervisión). Se instrumento desde sus principios ,y no es obligatoria sino obligada ,porque no hay analista que pueda nombrarse tal si no pone su castración en juego de diversas manera y esta es una. (estamos atentos a ello,para la derivación de futuros pacientes )Hay quienes prefieren supervisar con otros psicoanalistas de otras instituciones,son libres de ello,se verán los efectos en su clínica.Tambien cada uno,en su individualidad,es miembro de la Institucion Psicoanalitica que ha escogido libremente en su carrera profesional,es asi como cpmo nos integran representantes de EFA,EFBA,AEPA,MAYEUTICA,HOSPITAL AMEGUINO;facultades BUENOS AIRES;BELGRANO;etc
Ninguna dificultad hemos tenido ante la diversidad y yo soy miembro de AF,de este modo también estoy conectada con otras instituciones psicoanalíticas.
No estaria enmarcada dentro del psicoanálisis nuestra practica,sin algunas precisiones.
Se solicita a quien se dirige la trasferencia ,para que se interrogue sobre su clínica,pero no se hace con todos los pacientes ya que seria imposible por el numero.
Tampoco desde la dirección que tengo de Alpha,no creo en la fiscalización ni el seguimiento,que facilitaria la “paranoia del equipo”,sino es la responsabilidad de cada uno frente a su practica.
Me reservo un lugar para los seminarios anuales que comparto con algunos colegas que se ofrecen y ateneos en los veranos cuando parte de ellos esta de vacaciones .Continuo con la deconstrucción clinica como de costumbre y el trabajo teorico compartido .
Del monto del dinero de las sesiones hay un porcentaje pautado que ingresa para el pago del secretario ,limpieza,y atención telefónica por psicoanalistas.
Tenemos una sede central en Palermo con varios consultorios,y además cada profesional puede optar por atender en otros espacios en diferentes ubicaciones,para comodidad del paciente ,horarios etc.
Tal vez Argentina, es un fenómeno poco común,podemos concluir variadas impresiones ,pero lo cierto es que sin saber exactamente porque ocurre ,el psicoanálisis no solo es aceptado,buscado,sino respetado.
Sin embargo ,las nuevas propuestas ,mas cortas en tiempos pautados con antelación ,el conductismo el neurocognitivismo y los otros
“ismos “ hace rato que nos visitan
Pero hemos comprobado que las personas que nos consultan no saben en que se basan para pedir esta o aquella orientación ,a veces por recomendaciones de algún pariente o conocido que puede o no pertenecer al mundo psi.
Por consiguiente nuestra respuesta ante el pedido es “Haga Ud esta primera entrevista y comente al psicólogo la atención que ha elegido”.
Lo mismo pasa con las consultas para niños.En las escuelas recomiendan psicopedagogos para primeras consultas y nosotros le damos una entrevista psicológica.No hemos tenido ninguna dificultad.Claro que tiene importancia el como maneja el psicoanalista esa primera aproximación.
Actualmente somos veinte psicoanalistas,en trabajo clínico constante y renovado de consultas ,intercambiamos y discutimos conceptos donde cada uno muestra frente a los otros su posición como analista.Conforman el equipo personas con muchos años de profesión ,otras que median en el tiempo y algunos que recién se integran.Los intereses no son los mismos,ni los tiempos ni la inclusión en los diferentes espacios de producción teorico clínica,escritos etc,junto con la exposición que implica. Darle a cada uno su espacio y su tiempo ,es importante para qué cada cual se acomode,sin presiones.
Pertenencia,inserción institucional,son espacios que sostienen al analista,o al futuro psicoanalista,para se soporte de su función.
El intercambio entre colegas y la transferencia de trabajo se unen y hacen lazo social entre los integrantes del grupo y otras instituciones psicoanalíticas.
La asistencia y la formación permanente van unidas.
Tal vez por este y otros motivos Alpha persiste en el tiempo.
María Cristina Bacchetta
El dispositivo de la Guardia
AEPA: es una institución psicoanalítica de Bs. As. Que junto con un grupo de colegas, fundamos en 1981, éramos en aquel momento alrededor de 30, algunos con mayor recorrido, otros comenzando su formación. Considerábamos el estudio y la supervisión como espacios fundamentales en la formación. Estábamos aun bajo la dictadura militar y las distintas instituciones psicoanalíticas representaron también espacios donde poder hablar, discutir, intercambiar, especie de “bolsones de resistencia”. Para los psicólogos que queríamos ejercer el psicoanálisis, estaba aun prohibida la práctica en forma autónoma del médico, cosa que se modificó dos años después con el advenimiento de la democracia. Por un lado ampliábamos la experiencia psicoanalítica a sectores de la población que no hubieran podido acceder de otro modo, y esto al mismo tiempo nos permitía una práctica. La estructura organizativa era semejante a la de muchas instituciones: miembros Fundadores, Titulares y Adherentes. Conformación de equipos clínicos, presentación de Ateneos, Jornadas, etc. Teníamos claro que el analista se autorizaba a sí mismo y con los otros. Considerábamos y consideramos estas actividades la oportunidad obligada donde poder dar cuenta de nuestro trabajo. Respecto a la difusión del psicoanálisis, lo considerábamos una parte importante de nuestra tarea: realizábamos charlas en colegios, en sindicatos, en programas radiales, en hogares. Coordinamos grupos de todo tipo de temas relacionados con el psicoanálisis y las distintas problemáticas sociales que se iban presentando, etc. etc. Económicamente la institución se sostenía con una cuota fija por cada miembro, que no era mucho, y el aporte del 20% del ingreso por honorarios cobrados.
En los años 90 se desataba en Argentina una fuerte crisis económica y social, que culminó en el 2001 con el mayor fracaso del neoliberalismo a nivel mundial. En este contexto es que nos encontramos con un “invento”, que denominamos el dispositivo de la Guardia.
Veníamos de una dictadura que había dejado casi ningún margen a la expresión social, y a eso se agregaba ahora una política económica ultraneoliberal que implicó privatizaciones del sector público, quite de los beneficios sociales, reducción de servicios en los hospitales, cierre de fabricas, y talleres, mucha gente sin trabajo y con su futuro destruido, gente de clase media que pasaba a pertenecer a sectores bajos, de barrios acomodados a villas miserias, se vieron afectados tanto los sectores más humildes como los medios, desde empleados a gerentes de pronto quedaban en la calle, sin salida, junto a sus sueños e ideales de estatus y progreso. Todo este estado generaba en gran parte de la población cambios fuertes en sus costumbres y modos de vida. Recuerdo que un tema paradigmático había sido el hecho de que en algunos casos quien lograba mantener su empleo era la mujer, y el hombre se quedaba en la casa, esto causaba estados de depresión porque lo sentían como un fracaso personal, con lo cual tampoco lograban ocuparse de lo que hacía falta en la casa. Angustia e incertidumbre eran el eje de las consultas.
Notábamos que muchas veces desde el dispositivo analitico «clasico» no lográbamos dar cabida a estas consultas, no era tanto la gravedad de la estructura, como la gravedad desatada desde una situación traumática y de cambios que de algún modo hacía entrar al sujeto en una sensación de “locura”. Urgencia a la cual pensábamos había que dar algún tipo de respuesta, para que pudiera transformarse en demanda. Padecimiento que en primera instancia se presentaba desgarrador y sin salida.
Por otro lado eran pacientes que no llegaban al consultorio privado del analista, en general necesitaban previamente el arribo a una Institución, por distintas razones. Parecía que la urgencia, el desborde angustioso llevaba a buscar más el ámbito institucional que el consultorio «privado»1. De ahí que, a pesar de que nuestro modo de trabajo era que luego de las primeras entrevistas, los pacientes se dirigían al consultorio de cada terapeuta, con algunos pacientes debíamos prolongar las sesiones en la sede de la Institución. Actualmente sigue presentándose algún caso que requiere de este dispositivo, pero en mucha menor medida. En general esta disposición es directamente proporcional a la gravedad. Como si se tratara de la necesidad de “la presencia” de un tercero, a través de lo edilicio, o de una secretaria, para que pudiera fundarse alguna transferencia.
Así comenzamos a implementar esto que denominamos “la Guardia”, tomando prestado el termino al Hospital, pero conservando a su vez, los servicios de una atención privada.
El paciente llegaba a la Institución y era atendido en forma inmediata. Para ello cada uno de los terapeutas ponía a disposición un horario en la semana de dos horas aproximadamente, y en cada horario tratábamos que hubiera al menos dos terapeutas. Consideramos que la persona que llega solicitando una consulta en las condiciones mencionadas, de urgencia personal en un contexto de anomia social, no está aún en condiciones de pensarse como un «paciente», se trata de alguien que consulta hoy y mañana no sabe si podrá volver al mismo lugar. Es necesario previamente, un trabajo que permita efectuar un pasaje desde el llamado angustioso, de la necesidad, a la demanda de análisis. Esto podía llevar más o menos tiempo, desde algunas entrevistas o meses y en algunos casos, un año, o a veces no ir mas allá de una primera consulta.
Durante ese proceso la estrategia era acotar el desborde de angustia, organizar los actos intentando que predomine la reflexión, en síntesis, buscábamos poner un tope al goce. Se trataba de preparar el camino hacia la posibilidad de que el deseo, formulado y articulado en la demanda, pudiera desplegarse y encontrar la posibilidad del inicio de un análisis.
Luego de algunas entrevistas se establecía un honorario que era acorde a las posibilidades del paciente, en general eran montos muy bajos, pero considerábamos importante que hubiera algún pago, explicitábamos que en la medida que las condiciones mejoraran, el honorario podría ir modificándose.
En relación a n
uestras intervenciones, en general durante este tiempo, no era muy posible hacerlas desde la interpretación, sino más bien lo que utilizábamos era la construcción, intentando, junto con el consultante, poner palabras a lo que le ocurría y el por qué. No utilizábamos el diván. La intervención a veces resultaba indicativa. Trabajábamos fundamentalmente con el Yo, para que algo del sujeto pudiera presentarse, pensábamos que lo que en esos momentos se trataba era de sostener y rearmar un Yo, que llegaba desbordado, o al borde de su desestructuración. Era el desconcierto, el sujeto había sido arrasado, y aparecía en un estado de pavor.
Decimos que durante ese tiempo se trataba de fundar una transferencia de análisis. Lo que hasta allí anudaba al consultante era una expectativa puesta sólo en el otro, algo debía «restarse» para que la demanda pudiera producirse.
También se trataba del recorte del síntoma en análisis, de comenzar a transformar esa primera consulta masiva en síntoma, generar una pregunta.
No siempre esto salía bien, muchas veces al disminuir o desaparecer la angustia, el paciente se iba. Abandonaba la posibilidad de iniciar un análisis o sencillamente no estaba dispuesto.
Muchas veces el terapeuta de la Guardia se posicionaba como admisor y luego de algunas entrevistas podía derivar al paciente a otro terapeuta, que era con quien haría su análisis. Otras veces era el mismo terapeuta de la Guardia el que continuaba con ese paciente en tratamiento.
Considerábamos que los que podían sostener fundamentalmente ese dispositivo eran los terapeutas de mayor experiencia, también existía para cada día un «Responsable» de la Guardia. Era necesaria una formación previa que se canalizaba a través de los Equipos clínicos y supervisiones.
El terapeuta que estaba en la guardia debía poder hacer un rápido diagnostico de deslinde entre Neurosis y Psicosis, esto era esencial ya que muchas veces para el que consultaba o su familia lo que estaba en riesgo era la vida; tener una disponibilidad en tiempo que le permitiera dar respuesta a los requerimientos que la consulta le planteaba, que en un primer momento podía ser diaria, recurrir a la interconsulta con el psiquiatra y trabajar en equipo, de ser necesario acompañar al paciente y a su familiar a la internación, etc.. O sea, el trabajo implicaba estar dispuesto a salir del dispositivo «del diván y el sillón».
Todo esto tuvo que ver también con una intervención sobre nosotros mismos. La oferta que habíamos lanzado, la respuesta que dábamos, implicaba abandonar el cómodo apoltronamiento del sillón, en la espera de una «Madre-Institución» dadora, para generar con el propio trabajo la posibilidad de ocupar el lugar del analista, que no está por fuera del trabajo.
Quisiera comentarles, como modo de ilustrar un poco lo que hacíamos, acerca de una consulta que llegó un par de años después del inicio de la Guardia a mi horario de guardia. Se trataba de una mujer de 54 años, casada, madre de un joven de 24 quien recientemente se había ido del hogar que compartían porque había comenzado a convivir con su pareja, cosa que tanto a ella como a su esposo les sorprendió muchísimo, al mismo tiempo su marido estaba sin trabajo y ella había logrado conseguir uno, pero tenía mucho miedo de que la echaran.
La (ahora) paciente era hipoacusica. Fue perdiendo la capacidad de audición paulatinamente a partir de los 11-12 años, con cambios sucesivos de audífonos, hasta que el sonido desapareció totalmente para ella alrededor de los 30 años, después de dar a luz a su hijo. Con algún esfuerzo hablaba fluidamente, con buen vocabulario y, para saber lo que el otro decía, leeía los labios. Así fue como nos comunicábamos.
A ella no se le ocurrió ir a un centro especializado en sordo-mudos, buscó una Institucion Psicoanalitica, es lo que dice nuestro cartel en la puerta, asi llegó. Dijo en su primera entrevista «quiero hacer un tratamiento, me siento muy mal, muy perdida, no se manejar mis cosas» y planteó luego lo que representaban sus urgencias: una gran tensión en su lugar de trabajo, ideas y preocupaciones casi paranoides en torno a sus compañeros y jefes, miedo a que su hijo fuera «envuelto» por su mujer en alguna secta y se alejara de ellos, mucho enojo con su marido, con quien no estaba dispuesta a volver a tener relaciones sexuales, se había sentido maltratada por él, y se había puesto a pensar en todo lo que su marido no fue o no hizo en los últimos 25 años, pero negaba la posibilidad de una separación, porque él le daba “mucha pena”.
Cuando llegó a la primera entrevista, hacía un año que había comenzado su primer trabajo profesional, como Editora en una Editorial muy conocida, simultáneamente su esposo había quedado sin empleo y la situación económica de ambos era calamitosa. Por otro lado sentía cierta culpa de ser quien sostuviera el hogar económicamente y al mismo tiempo, esto el marido no lo toleraba mucho, a punto de que si había un poco más de dinero, de ningún modo él permitía que se gastara en algún tipo de gusto como ir a comer afuera o vacaciones, dado que él no estaba aportando. También hacia un par de años que se le había retirado el periodo menstrual.
Habían pasado 6 meses de la primera consulta. Ella venía todas las semanas puntualmente a su entrevista. Aun no salíamos de la urgencia, pero ya no planteaba las cosas del mismo modo. Ya no se trataba tanto de la «urgencia» y el «dígame que hago», sino mas del futuro, de un proyecto para el futuro. No sin antes haber pasado por algunos recuerdos de su infancia, su relación paterna y materna, su relación con los hermanos, la vivencia de cuando empezó a darse cuenta de que no escuchaba, su angustia y lo que la contención y cuidados de su madre no lograron cubrir.
En verdad la paciente llegaba en el punto justo de un nuevo atravesamiento por la castración. Volvía a encontrarse con el límite. Castración que intentaba poner en aquello de lo que estaba privada, la falta de oído. Sin embargo al poco de andar esto no lo justificaba todo, ni siquiera algo, había concluido dos carreras universitarias (Filosofía y Editora), se movilizaba sola a todos lados, había hecho su vida, en apariencia, en forma independiente. Al mismo tiempo, en sus pretensiones, en sus exigencias para consigo misma, parecía operar una suerte de omnipotencia. Respecto al marido, que pasaba el día en la casa, y comenzó un curso de piano para “distraerse”, siempre se refería como “pobre Juan”, cuando se despedía de mí en las sesiones decía “pobre, qué esfuerzo tenés que hacer!”
Lo más curioso era que la paciente volvía a quejarse de su sordera como si recién empezara, en una suerte de negación de la historia, cosa en la que yo y ella reparamos. Decía que era el no poder escuchar, lo que la alejaba del mundo y le hacía perder noción de quien era ella, sin embargo esto no era la primera vez que le pasaba y debía reconocer que antes de perder la audición esta pregunta ya estaba. Recordó que de chica se sentía no querida, que ella era muy traviesa «siempre estaba con una sola trenza, porque la otra se despeinaba, era un torbellino, me gustaba andar por las cornisas, siempre en pantalones, me subía a todos lados…», sus hermanos varones en cambio eran mas tranquilos. Ella sentía que a ellos los querían más. De adolescente, como la situación económica en su casa se había vuelto muy difícil, el padre “pobre”, había entrado en quiebra, la fortaleza de la madre ayudó a seguir, pero hubo muchas privaciones. Poco tiempo después de a quiebra, se produce la muerte del padre, ella tenía 18 años. Se trataba de una familia de clase media judía, con un nivel económico alto, que cae ante la depresión del padre. Ella pedía algún vestido mas caro y no se lo compraban, «cosas que a las chicas les gusta a esa edad» y no podía tenerlas. Buscó los libros como refugio y sentía que no había podido vivir su ser mujer como hubiera querido, siempre
fue muy tímida, «algo del hombre me daba miedo”2. En síntesis, la paciente comenzó a interrogarse acerca de su feminidad, acerca de qué es una mujer. Para que esta vía articulada quedara a la vista, fue necesario que la paciente pudiera disipar el estado paranoide en el que había llegado.
Me pregunté, y ella también se preguntaba de algún modo, si sería posible un análisis. También me preguntaba por ejemplo: cuales eran las palabras que mas circulaban en nuestra sociedad, en una familia de clase media, hacía mas de 34 años?, porque eran las que ella efectivamente había escuchado. Por momentos pensaba que no podría hacer nada allí, me llevó un tiempo mover los labios de tal forma que la paciente pudiera leerlos. En algunas circunstancias recurrí a la lapicera y el papel, noté que a ella parecía no agradarle esto, aunque no decía nada. Contratransferencialmente pasé por sensaciones de mucha incomodidad, y suponía un fracaso rotundo, pero la paciente no retrocedía. Luego de un tiempo comentó que quería acordarse de sus sueños y le costaba, estaba preocupada, me preguntó cómo haríamos con eso. De a poco fui viendo que había efectos, que las cosas cambiaban, que la paciente iba modificando su posición inicial.
Luego de las vacaciones, el siguiente acto fué proponerle el pasaje al consultorio.
Isabel Cerdán de Frías
COMPROMISOS ÉTICOS ACTUALES DEL PSICOANALISIS CON LA CURA, EL LAZO SOCIAL Y LA POLÍTICA.
El hecho de que tomara la palabra en octubre sobre la experiencia que estamos llevando a cabo en Alicante a través de la RED Psicoanalítica, me hace pensar que me voy a “repetir”, que incluso hay ideas que expuse que de nuevo incidiré en ellas, aunque espero poder atisbar, con algunas preguntas que han surgido en nuestras reuniones del cártel y con unos meses más de experiencia, algo nuevo. Cuando escribí aquellas palabras las hice desde la RED para AF.
Iniciaba mis palabras con SER PSICOANALISTA HOY… EN ESPAÑA, contextualizando el surgimiento de la RED: por un lado desde lo social, por el contexto socio-político y económico de mi país, pero hoy tomo la palabra bajo el paraguas de un Cártel de AF, un encuentro con colegas que me ha ayudado a conocer la hª de otras experiencias similares, cercanas y lejanas a la vez, como veréis por sus presentaciones, ya que el entorno cultural, hco, político, económico y del devenir psicoanalítico es otro.
En primer lugar me surgía que esta es otra oportunidad más para repensar la posición de AF como se está haciendo también en otros dispositivos de trabajo respecto al tema del año, como el mismo seminario impartido por Katherine sobre el dinero en la cura y como otros que hacemos en Madrid; decía que es una oportunidad más de cómo se posiciona nuestra asociación respecto a los compromisos éticos actuales del psicoanálisis con la cura, el lazo social y la política.
Todos sabéis que soy un miembro joven, no en edad, pero si en historicidad en AF, y este Cártel me ha llevado a releer los estatutos de la asociación, nuestros orígenes.
El primer principio con el que me encuentro es… LA INSTITUCIÓN ANALÍTICA, SI EXISTE, NO ES OTRA QUE LA CURA MISMA. Lacan en La dirección de la cura nos dirá: “la táctica, incluso la estrategia puede cambiar, pero no la política”. No sé si es muy literal,…
Como dice Domenico Cosenza:
Y es que… mientras haya alguien en función de analista y que algún otro vaya a su encuentro periódicamente bajo el empuje, regido por la relación de Transferencia, de dos imperativos fundamentales, sin los cuales no se dan las condiciones necesarias para el análisis. El imperativo ¡VEN! (ir regularmente a la sesión) y el imperativo ¡HABLA! (ligado a la asociación libre))
Considero que
No es casual que está experiencia haya surgido hoy en España y apareciera en Argentina hace ya más de 30 años y que se plantee en otros lugares del mundo, dígase Francia. Y digo que no es casual porque personas en situación de “vulnerabilidad económica” han habido siempre y considero que son los cambios en las grandes corrientes del pensamiento y sus consecuencias sociales y económicas las que están movilizando a las propias instituciones analíticas. Todo ello al margen de lo particular de cada uno, conectado con su deseo de analista, con el deseo de participar de la idea de trabajar con otros, de generar demanda de análisis y transmisión del mismo.
Retomando mi presentación de octubre me gustaría retomar la poesía de
Poesía de Pessoa
….
Hay sólo una ventana cerrada, y todo el mundo fuera;
y un sueño de lo que podría ser si la ventana se abriese,
que nunca es lo que ve cuando se abre la ventana.
¿Cómo hacer para que el ideal tenga la separación máxima con el objeto?
Y en ello estamos en Alicante, intentando funcionar desde un compromiso ético, con la cura misma, con el lazo social y con lo político, pero intentando que esa operación nos permita trabajar y pensar.
Según los estatutos de AF, el trabajo sobre los dispositivos sobre la práctica, da cuenta de su existencia y se encarga de explicar lo que los constituye como tales, es decir, el permitir la puesta a prueba de lo que instituye a un psicoanalista como función (cuestión del deseo de analista, su lugar en la estructura, su origen, su lazo con el síntoma)
Hablar de la RED de psicoanalistas de Alicante, es hablar de una institución, de un colectivo? Es difícil para mí delimitar con justeza, aunque se acerque más a este último lo que constituimos en nuestra ciudad. Esto me lleva a establecer un paralelismo con AF, si nosotros trabajamos en torno a este cártel a propuesta del bureau, es porque hay algo de la experiencia iniciada en Alicante que resuena en nuestra asociación y yo me pregunto, en calidad de qué se puede articular estas experiencias, la nuestra y las de nuestras colegas argentinas, en nuestra asociación?: cómo un dispositivo dentro de AF o como un colectivo que permita entrecruzarse con otros, abriendo el campo de nuestro trabajo? Son preguntas que me surgían y que os hago extensivas.
En Alicante queríamos unirnos en base a una praxis: la experiencia analítica, la cura, a la luz de la teoría lacaniana. … y creo que liga con que LA INSTITUCIÓN ANALÍTICA, SI EXISTE, NO ES OTRA QUE LA CURA MISMA.
Estos son los deseos, pero creo que hay que estar muy atentos para que esa pérdida de servicios públicos que habíamos conquistado con la joven democracia española, sustituyendo a la caridad cristiana y a la beneficiencia, no nos hagan ocupar ese espacio a nosotros, ya que es a donde pretenden hacer retornar al pueblo español.
El contexto en España y en Argentina es muy diferente, la idea bisagra es la crisis, la crisis económica, en España además se le une la pujanza de terapias, cuyo norte, cuyo objetivo es aplastar el síntoma, producir un efecto calmante que no implique al Sujeto, al Sujeto dividido sustentado por Lacan. Pensando en Francia me siento bastante desconocedora de vuestra realidad a estos niveles, pero de forma anecdótica os diré el jueves hablando con una joven española, PCTC gratuito, no sé cómo está el panorama aquí, yo presumía, que teníais una asistencia pública o de acuerdos con las consultas privadas algunos, conciertos. No sé.
En España como os decía el discurso que funciona es que lo único importante es el dinero, que lo público no funciona y que con lo privado se ahorra, es más económico. Conforme se van desmantelando estos servicios van siendo nuevas instancias, incluso públicas que nos están empezando a derivar pacientes a nuestro colectivo, a la RED. También nosotros estamos intentando formalizar encuentros con servicios proclives a nuestra oferta de generar demanda.
Cada vez más hay un gran número de personas en situación de vulnerabilidad, este sería el caldo de cultivo que se une a otros aspectos que nos ha movido a actuar como una red y a tomar
una presencia fuera de nuestros consultorios: el avance de una política sanitaria apoyada en un pensamiento psiquiátrico, con un uso y abuso de la medicación, enajenando al sujeto de su propia experiencia vital. Un avance de la corriente cognitivo-conductual en casi todos los sectores en que se pueden impregnar, con el DSM4 como paradigma para realizar diagnósticos encapsuladores y ajenos al psicoanálisis, a la teoría del sujeto, sustentada por nosotros.
Lo económico es lo que manda, ya lo decía Marx, y el desarrollo del capitalismo, la salida de la producción manufacturera, la entrada a la economía de las finanzas no invita a cuidar al ciudadano, ya no es necesario, ahora su vida, su salud sólo es importante como fuente de ingresos para unos pocos y no sabemos cómo va a ser considerado el ciudadano en este nuevo panorama económico y social.
Es en este panorama que aparecemos un grupo de analistas, con nuestro deseo de analistas y con las consultas, por qué no decirlo, cada vez más vacías, de ahí también nace esta propuesta, pues es difícil ser analista sin pacientes, nace del deseo de trabajar con más pacientes, con un deseo de generar demanda de análisis.
Resumiendo, la RED cubre diferentes aspectos:
El deseo de analista.
Generar demanda de análisis
Ofrecer un dispositivo alternativo al vacío generado por los servicios actuales.
Generar un espacio de investigación entre algunos en torno a la clínica en unas circunstancias de aplicación del psicoanálisis, fuera del campo puro de la experiencia analítica. Donde sea la misma experiencia la que vaya desarrollando una determinada técnica.
Crear en un entorno próximo un encuentro entre analistas donde sólo hay una categoría de miembros. Todas las decisiones que vamos tomando necesitan hacer con la castración de cada uno.
Establecer un dialogo con otras instancias: “Encuentros con…” 15 M, Universidad, etc Buscar otros lugares de transmisión en espacios más abiertos que nuestras propias instituciones analíticas. Como puede ser el espacio de cine y psicoanálisis que se desarrolla en Burgos o en Alicante mismo.
Nos hemos dado un marco base de funcionamiento:
Teléfono centralizado e itinerante, tb recogemos demandas en otros tfs.
Máximo seis meses, ampliables a otros 6 dentro de la RED.
Precio máximo 15 euros.
Regularidad de una sesión por semana
Criterios de derivación: transferenciado en particular, la territorialidad, preferencia, lista.
Estos puntos no se sostienen como certezas, sino como puntos de arranque que la propia experiencia y particularidad nos hará ir revisando. Lo cual nos lleva a mantener un encuentro quincenal: organizativos, presentación de los casos clínicos- hay una responsable de estas reuniones por el momento. Poco a poco vamos formalizando nuestras reuniones de trabajo.
Hemos variado algunos aspectos, anteriormente la primera entrevista, la de admisión, era tb la 1ª entrevista y estaba centralizada, hoy se realiza directamente con el analista que atiende al paciente.
Los inicios no son fáciles, estamos haciendo camino, y cada día hay más instancias que piensan en nosotros como vía para su demanda, incluso los propios “pacientes”, derivan a otros.
El número de pacientes aumenta, no con una progresión geométrica como nos gustaría, pero va en aumento, y en algunos casos pasando de pacientes a analizantes y en algún caso demandando pasar a una experiencia de análisis, ajeno a la RED por cambiar su situación económica.
Todo este tramo caminado nos ha llevado a pensar en diferentes cuestiones: ¿Cómo afecta el dinero y el tiempo acotado en la experiencia clínica? ¿Afecta al deseo de analista? ¿Se transforma en una psicoterapia?
En su conjunto en nuestra discusión retomamos a Lacan en esta afirmación de que donde hay un analista, hay análisis.
Para los integrantes de la RED el trabajo sobre los pacientes en el grupo y la nueva propuesta de investigación, intentando ligar teoría y praxis, creemos que nos puede ayudar a ser mejor analistas y en ello estamos
Marian Lora Toro
MATINAL DEL 22-03-14 PARÍS
Buenos días, quisiera en primer lugar agradecer a mis compañeras de cartel las fructíferas reuniones que hemos tenido, a pesar de que estas transcurrían en continentes diferentes y en consecuencia, en horarios muy dispares. Sin embargo, esto no ha sido motivo para que no acudiéramos todas a cada una de las citas, con gran interés y con múltiples preguntas, desarrollándose una transferencia de trabajo de la que esta mañana, antes ustedes, daremos cuenta.
Este cartel se originó en una de las reuniones del Buró, tras nuestro último Congreso, después de la presentación de Isabel Cerdán del dispositivo clínico que ella, junto con Roque Hernández y otros psicoanalistas de Alicante, habían comenzado recientemente en su localidad. Se formuló entonces la pregunta de si un dispositivo clínico de esas características sería posible dentro de nuestra Asociación, y para ello se nos propuso tanto a Mercedes Moresco como a mi misma, invitar a Isabel y otras personas a participar en un cartel para tal fin, fue entonces cuando Mercedes invitó a nuestra 4 participante, Cristina Bacchetta, psicoanalista, con un recorrido de más de 20 años de trabajo en este tipo de dispositivo clínico.
Durante las reuniones preparatorias para esta matinal al escuchar a mis compañeras, me he dado cuenta del trabajo de filigrana que han hecho a lo largo de los años, hasta llegar al dispositivo actual al que cada una pertenece.
Dispositivos que fueron tomando cuerpo y que no comenzaron como un todo cerrado, sino más bien como un proyecto a construir con todo lo que esto conlleva en torno a las dudas que asaltan a cada paso.
Estos dispositivos, están creados para la atención de personas en situación de vulnerabilidad social, que presentan un alto grado de angustia. Y que dada su precaria situación económica, les hubiera hecho imposible acceder a un tratamiento analítico.
Pues bien, gracias a estos dispositivos se hace realidad el pensamiento que Freud desarrolla en su artículo “Los caminos de la terapia psicoanalítica” de 1918/19, en que Freud considera esta experiencia como algo del orden de lo fantástico y en todo caso solo posible en el futuro.
Freud dice en este artículo que debido a la “enorme miseria neurótica que existe en el mundo”, y dado que sólo podemos atender a unos pocos debido a que sólo las clases pudientes logran costearse nuestros honorarios, y aún más…. que dentro de estos sólo unos pocos eligen el psicoanálisis a causa de los más diversos perjuicios.
Por consiguiente y sólo en el futuro dice Freud, y cito: “se crearán entonces sanatorios o lugares de consulta a los que se asignarán médicos de formación psicoanalítica, quienes, aplicando el análisis, volverán más capaces de resistencia y más productivos a hombres que de otro modo se entregarían a la bebida, a mujeres que corren peligro de caer quebrantadas bajo la carga de las privaciones, a niños a quienes sólo les aguarda la opción entre el embrutecimiento o la neurosis. Estos tratamientos serán gratuitos. Puede pasar mucho tiempo antes de que el Estado sienta como obligatorios estos deberes. Y las circunstancias del presente acaso difieran todavía más ese momento; así, es probable que sea la beneficencia privada la que inicie tales institutos. De todos modos, alguna vez ocurrirá”
Pues bien, ahí estamos en ese futuro, en la construcción de un dispositivo clínico, que si bien no es gratuito, sí asequible. Este es nuestro compromiso. Compromiso que como ven aparece en el título de nuestro cartel:
“Compromisos éticos actuales del psicoanálisis con la cura, el lazo social y lo político”.
Pienso que el primer compromiso ético del psicoanálisis es el que este tiene con el sujeto del inconsciente. Sin embargo, este no es un ente abstracto, co
mo bien sabemos todos, sino que esta comprometido en una estructura, estructura construida desde las influencias parentales, familiares, culturales y sociales, costumbres e ideales a las que no podemos sustraernos.
Freud en “Psicología de las masas y análisis del yo” (1921), dice: “En la vida anímica del individuo, el otro cuenta, con total regularidad, como modelo, como objeto, como auxiliar y como enemigo, y por eso desde el comienzo mismo la psicología individual es simultáneamente psicología social en este sentido más lato, pero enteramente legítimo.”
El sujeto no está solo con sus diversas instancias psíquicas, no vive en un autismo, está antes, ahora y siempre en el campo del Otro y esto tiene que ver con el lazo social, aunque este no sea equivalente a sociedad.
Lacan al final del seminario 24, dice: “A pesar de todo hay que ser sensato, y darse cuenta de que la neurosis se sostiene en las relaciones sociales”
Es en el ámbito del lazo social donde se desarrolla una política de la cura y donde se regula el trabajo del analista, dirigiendo la cura hacia lo Real. Es por que existe esta política por lo que el analista no es libre en su hacer.
Volviendo a las palabras de Freud: “Pero cualquiera que sea la forma futura de esta psicoterapia para el pueblo, y no importa qué elementos la constituyan finalmente, no cabe ninguna duda de que sus ingredientes más eficaces e importantes seguirán siendo los que ella tome del psicoanálisis riguroso, ajeno a todo partidismo.”
Mis compañeras hablaran, sobre diferentes dispositivo clínico, yo puedo hablarles de mi experiencia clínica en relación a estas palabras de Freud.
Durante estos más de 20 años, he trabajado en hospitales y clínicas, y en estos últimos tiempos también para una aseguradora médica, y es en este terreno donde mayores dificultades he encontrado, puesto que no se permite el trabajo psicoanalítico, y donde la normativa no te permite dar las citas, ni cobrar las sesiones, ni tener control sobre el tiempo de cada paciente, etc, etc.
Sin embargo, fiel a las palabras de Freud me he valido de “sus ingredientes más eficaces e importantes”, para realizar mí trabajo. Este posicionamiento como analista, esta escucha particular, tiene efecto en la recepción de pacientes, ya que las dos psicólogas-psicoanalista del centro, mi compañera y yo, somos las dos profesionales con mayor demanda de pacientes. Así que efectivamente, el psicoanálisis sigue estando vigente, aunque su nombre esté proscrito.
En nuestras reuniones del cartel, hemos hablado largo y tendido a cerca de estos dispositivos clínicos que dan cobijo a aquellos pacientes con dificultades económicas, sabiendo que para el psicoanálisis la única economía que interesa es la del deseo.
Ahora bien, me pregunto quién da cobertura, cobijo, a los psicoanalistas.
Freud pensó que el Estado tardaría mucho en darse cuenta de “la urgencia de esta obligación suya” y que seria la beneficencia privada quienes fundarían las primeras instituciones psicoanalíticas. Pero a pesar de que cada día, a través de mi trabajo, me reafirmo en la vigencia del psicoanálisis, también cada día veo cómo tenemos que lidiar con reducciones de honorarios, con aceptar trabajos con peores sueldos, con tener que ver como otras disciplinas acceden a las instituciones con mejor suerte.
Por consiguiente, me parece que somos nosotros, ya sea a través de nuestras asociaciones, o como agrupaciones de psicoanalistas, los que tendremos que ir construyendo estos dispositivos clínicos de atención a personas en difícil situación económicas, habremos de ser nosotros los que deberemos asumir la tarea de sacar adelante este futuro del que nos hablaba Freud.
Muchas gracias, paso el testigo a mi compañera Isabel Cerdán, psicoanalista y miembro de AF