Pilar Pascual: Mesa sobre educación y autismo
4ª Mesa sobre «Educación y autismo»
En estas jornadas de encuentro entre psicoanalistas y educadores, reflexionamos sobre el objeto común; el niño, el síntoma, los trastornos graves del desarrollo, autismo, Asperger y realizar una mirada sobre la infancia, no desde la psicopatología clasificatoria del DSM IV, sino desde el psicoanálisis que tiene en cuenta al sujeto.
Vivimos en una sociedad de la urgencia y las prisas y esto supone mucha exigencia. Todo tiene que ser rápido. Los maestros se sienten presionados por la escuela, las autoridades educativas y los padres. Los niños han de aprender mucho (cantidad) y rápido (tiempo), pero falta un tiempo subjetivo. Si un niño presenta dificultades o funciona de modo distinto tiene que ser modificado con urgencia desde la conducta o desde la medicación.
Las diferencias en los niños no implican patología, sino ritmos distintos. Acallando y tapando el síntoma con medicación o con modificación de conducta deja de molestar.
¿Porqué el niño no atiende en clase? El niño es un sujeto en formación, está en tiempos de cambio y hay que darle un tiempo para hacer ese cambio. Si todos tienen que funcionar igual, borramos lo individual, lo subjetivo.
Con el movimiento, el niño manifiesta la angustia y recibe directamente la angustia de los padres. Se le dice «hazlo ya», tiene presión para actuar y si actúa se les llama hiperactivos. Para el niño el actuar, el movimiento, es efecto de lo pulsional, del síntoma y esto se juega en la escuela y en la familia.
Lacan dice “El niño es el síntoma de los padres», desde el psicoanálisis esta afirmación nos plantea el lugar que ocupa el niño en el deseo de los padres. Son ellos los que hacen la demanda ¿que función tiene el síntoma cuando llega a nuestra consulta?.
Los psicoanalistas como Doltó o Mannoní, hablan de la importancia de la escucha a las tres generaciones que están imbricadas en el síntoma; padres-abuelos-niño. El niño es la prolongación del deseo de los padres y se encuentra en esta triangulación edípica. El bebé al nacer está en una «unidad narcisista» (madre-niño), mas tarde evolucionará a una «separación – individuación» necesaria para su estructuración psíquica y poder entrar en el mundo de las representaciones, donde el deseo del niño está fuera del deseo de la madre. Es el tiempo de la estructuración del sujeto, momento de humanización que le permitirá la subjetivación. Hace falta esta separación – individuación para construirse la represión y los mecanismos de defensa según Freud.
Voy a plantear unos fragmentos de dos casos: En primer lugar «El Caso Pablo». Se trata de un niño que viene a consulta por primera vez cuando tenía 3 años y medio, acude a consulta con los padres porque «no come nada en las vacaciones». Lo derivan del hospital. Desde que era bebé presenta retraso madurativo general con afectación del lenguaje, necesita estimulación precoz y logopedia. Al niño no le gustaban los sólidos, tenia gran dificultad para poder integrarse en educación infantil y relacionarse con otros niños. Me dice su madre que no pone atención a los juguetes y se queda pegado a los videos sobre el espacio.
El padre es un Asperger de altas capacidades, comenta que cuando era niño creían que era retrasado y fue al psicólogo por insuficiencia en la motivación. Me comenta que fue valorado como superdotado. Tiene escasos contactos y tendencia al aislamiento. Contrasta la angustia que trae la madre y la aparente indiferencia paterna que no ve tanto problema en su hijo. La madre fue una disléxica.
Pablo tiene obsesiones, sus temas son los cohetes y el espacio. Está todo el tiempo obsesionado con ese tema. Tras varias consultas el padre dice que en casa ya no hay dramas para comer. Solo hablan de «boca-comida” como punto de fijación pulsional.
La madre ya menos angustiada, comenta que juega solo, no con niños y dice que «los niños son malos». Si alguno quiere jugar con él se enfada, se siente invadido y perturbado en su aislamiento, solo se entretiene con videos de la Nasa y cohetes. Es lento en los aprendizajes le dice el neurólogo, a los padres les preocupa por lo disperso e inquieto que es.
El niño comenta «el cohete sale de la tierra, se hace pequeño, se hace grande, ya vuelve». Me asombra su lógica. A la madre le preocupa que no se sienta a hacer caca y el niño con la plastilina hace un redondel y dice «caca de caracol». Comenta que no quiere lentejas porque es barro, ni lechuga porque es comida de caracoles. Tiene muchas manías que van cambiando, «hace caca de pie» como un cohete me hace pensar. Toca mucho a la madre a la que esta muy pegado «piel con piel», en casa le dice que se tumbe, pone la cabeza en su tripa y le besa solo a ella, no al padre. Esta descubriendo la diferencia sexual y su cuerpo, se toca la colita y quiere ver a la madre.
Desde que viene va mejorando. En vacaciones ha disfrutado con la piscina y campamentos urbanos. Comienza a hacer pipi solo y va sentándose también para hacer caca. La ducha le asustaba, decía «la cascada no», sentía miedo, van cediendo las fobias. A la madre le preocupa que no se socialice, pero está contenta porque pide ir al wc. Ya no se hace caca en el cole y no dice “cole no habla de amiguitos».
Robert Lévy en su libro «Lo Infantil en psicoanálisis «, dice que el niño no tiene un síntoma propiamente dicho, si antes no hay una operación en su psique, la represión. El síntoma es el retorno de lo reprimido (metaforización y fantasma) y el niño está en lo pulsional sexual infantil.
La represión es diferente en el niño, no está construida y en el adulto está fracasada, fallida. En los dos casos es una «represión parcial», en el adulto es un «retorno de lo reprimido» a objetos parciales infantiles. Se tiene que dar un borramiento (represión) es la amnesia infantil necesaria para llegar a ser neurótico y no estar en la psicosis.
¿Que ocurre en el niño? Está en la metonimia, su síntoma no es «un retorno de lo reprimido porque falta la metáfora paterna, no se ha construido el fantasma (fantasias)».
El niño durante su desarrollo madurativo está en lo pulsional parcial esta relacionado con el cuerpo: oral, anal, fálico, son pulsiones sexuales no fijadas a objeto alguno, por eso los síntomas de los niños son siempre cambiantes y desaparecen con facilidad como lo vemos en las consultas.
Freud habla de pulsión de muerte e inhibición del mundo representativo y mental donde falla la libido y los mecanismos de defensa en estos trastornos graves del desarrollo.
Lacan lo plantea en la «alienación – separación». Son dos operaciones necesarias para que se pueda constituir un sujeto. Si hay un discurso subjetivo ya se ha operado la “separación” entre madre-hijo. En el niño autista falla y no ha podido completarse esta operación psíquica. Esta en la «inmovilidad» hay retrasos del lenguaje, socialización falta de interés por los otros.
Hay una falla en la identificación en el «estadio del espejo» (Lacan) donde la imagen corporal no está construida. El niño vé en el espejo su imagen, recibe las palabras que vienen de su madre y la mirada de ese “Otro materno”. El bebé quiere ser como el Otro del espejo esto no acurre en este trastorno.
La identificación imaginaria es la génesis de los celos y agresividad infantil es una operación estructurante necesaria para construirse como un sujeto ,son estos celos la primera identificación mental del niño en el estadio del espejo, es la génesis de la sociabilidad y del despertar al conocimiento del niño.
El Caso MJ tiene 11 años cuando lo veo con la madre. Se extraña que el hijo dé respuestas incoherentes no relacionadas con lo que se habla y lo define como testarudo. Me habla de modo distante, sin importarle si le escuchas, su mirada es rara, de susto, dice estar asustado cuando no conoce, su contacto visual es escaso, no sonríe. En la entrevista re
sulta extraña la comunicación y los contenidos. Me justifica que se distrae, se aburre en clase porque piensa en temas de su interés, son cosas agresivas, violentas, por ejemplo me comenta que «quiere aniquilar a la mitad del mundo, así como disminuir el suministro del petróleo para que se usen otras fuentes de energía en el mundo». Piensa en armas para matar, se construye en casa una con perchas y con lacasitos. Se pregunta como serán los efectos de la explosión y si podría hacer esto de mayor. Me pregunta ¿la gente me perdonará por hacer esto?.
Si le pregunto si juega dice que siempre esta solo en casa, los padres vinieron de Filipinas, él nació aquí, su madre trabaja todo el día y su padre es cocinero. El solo ve TV, ”programas no recomendables” de violencia y documentales reales. No le gusta la ficción, «no la entiende».
Afirma que los compañeros del colegio le caen mal. Al finalizar el curso para pasar al instituto a los 12 años, no entiende porque todos se despiden, lloran, sienten pena de la separación y dice “yo me alegro de haberme librado de mis compañeros odiados”. La madre confirma que no tiene amigos. MJ me cuenta lo que le pasa por su cabeza sin ninguna autocrítica, sin vergüenza, ni culpa, aunque resulte raro para el otro.
En una sesión vino a consulta muy enfadado, con mucha cólera porque no podía ir de excursión ya que tenía sesión conmigo y le dió un golpe con mucha rabia a su madre. Le dije «no, no se pega». Le dí autorización para irse. Me preocupa ver su impulsividad y agresividad incontrolada en la transferencia.
A la madre le extraña que no sea tan inteligente como ella y su familia. Cree que le viene del padre. Comenta que exige satisfacción inmediata, discute y pelea, da gritos por cualquier cosa. Es impredecible. Hace bromas pesadas en casa, coge un cuchillo de cocina grande y asusta a la madre.
MJ vino por tener hiperactividad pero vemos que es otra cosa lo que le pasa.
Su agresividad hacia el otro como rival es la pulsión que domina su afecto. Es el “sadomasoquismo infantil” (Freud), aparece como actuaciones agresivas en el caso MJ. Es necesario que para la subjetivación exista la función paterna, reguladora de la ley y el goce como manera de entrar en la metáfora paterna y en el Edípo. Freud en “Mas allá del principio del placer” dirá que el niño en las actuaciones, en la “repetición del síntoma» no busca placer sino “goce”.
En los dibujos de MJ apare «Una serpiente con fuego con ventosidades que hecha a través del cuello». En otro dibujo: “Una serpiente-ardilla”, es inventada y me escribe su nombre “Esiceld”. dibuja otro dice: “No tiene nombre, no tiene historia”, es “Un tiburón mezclado con serpiente y murciélago con fuego en los laterales”, me hace pensar en la cultura china donde hay dragones de fuego, símbolos mitológicos culturales y me pregunto si MJ no esta en un intento de metaforizar algo de este caos de su pensamiento donde solo hay agresividad, odio y ganas de eliminar al otro.
El autismo es diferente a la psicosis (forclusión). Es una falla en la “Alienación-separación ” es una «soledad autista» vivida como amenaza e intrusión. Hay un déficit originario en la relación especular.
El “estadío del espejo” autista, dirá Lacan es “un espejo plano, sin reflejos”, sin representación de la mirada del Otro materno (Seminario «La Transferencia»).
En el tratamiento trabajamos para suministrar al niño el material cultural que alimente su capacidad de aprender- Hacer un trabajo con el lenguaje, aunque esté fuera del discurso, es nuestro lugar como psicoanalistas.