Radjou Soundaramourty: "Los avatares del goce"
Madrid 18/10/14
Buenos días a todos. El miércoles pasado Robert Lévy presentaba su seminario, en el un colega, Serge Sabinus, se lamentaba diciendo en qué gran medida lo sexual era muy complicado en los seres humanos. Y comentaba que en los animales parecía algo mucho más sencillo. Él decía que una, dos veces por año el macho hacía lo que se tiene que hacer y luego ya se queda tranquilo. Quizás Serge vaya a reencarnarse en un animal, pero el problema es que no nos podrá contar si las cosas se desarrollan más fácilmente cuando se es un animal. Tiresias, el personaje mitológico nos podría decir sí verdaderamente es mejor ser una mujer porque las mujeres tanto como los hombres son seres hablantes, entonces todo lo que puede hacer Serge es tener fantasías sobre lo que puede ser follar como un animal. El instinto no es la pulsión. La pulsión con sus destinos, “pulsión y destino de la pulsión” es un artículo de Freud de 1915. Como sabéis, Lacan no traducía “Pulsión y destino de las pulsiones”, Lacan decía “La pulsión y sus vicisitudes” lo cual está ya muy cercano al avatar.
Entonces, la pulsión y sus avatares lo complican todo: la transformación en contrario, la orientación hacia la propia persona, la represión, la sublimación, por no hablar de todo lo relativo a la metonimia y la metáfora. He dibujado el circuito de la pulsión, la pulsión con ese empuje constante, su meta que nunca se alcanza, y su objetivo que es una relajación de la pulsión, pero que hace que contrariamente a lo que pasa con los animales el circuito siempre vuelva a empezar, y veis que la pulsión se efectúa a partir de los bordes, es decir de todos nuestros orificios del cuerpo, donde lo sexual corre por los bordes.
Hay otra figura mítica más allá de la del animal que es la del niño, el niño con su goce perverso polimorfo, es decir que podría gozar mediante todos sus agujeros, mediante todos los bordes del cuerpo ¿acaso es más feliz por ello? Puede ser una representación mítica, pero vemos que por el hecho de su prematuración originaria, constitutiva, es decir de lo que le diferencia de los animales como decía Lacan, las cosas se van complicando progresivamente. Por el hecho de su dependencia están los encuentros con el Otro, el gran otro, el lugar del lenguaje, y los encuentros con los sucesos del cuerpo. Todas estas apariciones de lo sexual que operan de forma efractiva y que marcan duraderamente al niño con la estructura del 1 y de la pérdida. La pérdida y la soledad, el desamparo original, la ‘Hilflosigkeit’, traducido literalmente del alemán sería un estado de no-ayuda, de des-ayuda. No es exactamente ‘detresse’ que en francés se traduce por desamparo, que es más general. Sería más ‘Desaide’ Des-ayuda que sería un neologismo.
Este desamparo original ante un real que es imposible de soportar, se va repitiendo hasta la vida adulta. Finalmente, el rasgo unario del traumatismo, de esta irrupción de lo sexual, transforma el individuo corporal en un sujeto del inconsciente que se genera como una pérdida en lo real. Lo que no deja de escribirse, el automaton, es la no-relación. Dentro de la contingencia del encuentro, lo que deja de no escribirse en cada vuelta del azar, de la ‘tyche’, el sujeto quiere creer en el buen encuentro inédito, eso es lo que quiere creer el niño cuando por ejemplo dice “cuando sea mayor”. Es también lo que quiere creer la persona que va a un psicoanalista, al que se le supone un saber, lo que le va a permitir encontrar el goce puro, absoluto en la relación sexual.
Este término de goce puro, en Lacan sería el goce absoluto, es una referencia a Totem y Tabú del que hablaba anteriormente María Cruz. Es decir, de un tiempo mítico del goce y un sujeto del goce, sujeto hipotético y mítico del goce, así pues un goce pleno más allá de la angustia, de cualquier límite y de toda ley. Éste que sólo podría formularse como perdido en el ‘après-coup’ de la intervención del significante, el cual agujerea cualquier goce que se pretendiera total, o cualquier goce que pretendiera ser absoluto, por la producción del objeto ‘a’ como pérdida. El drama efectivamente en el devenir de este niño, del futuro adulto, es que este goce pasa por el lenguaje, por el corte del lenguaje, figuras del Otro con las que el niño tiene dificultades y labor que hacer.
El problema son también estos sucesos en el cuerpo, es decir la aparición de lo sexual, de lo que se oye mucho hablar, en las curas con estos analizantes que a los tres, cuatro o cinco años pueden describir un momento en el que todo cambia, a partir del cual ya nada es como antes, una especie de pérdida de la inocencia que deja una marca duradera en el niño. Se tiene que entender también como una reconstrucción, un momento mítico singular, pero es algo bastante recurrente en cualquier caso, el momento en el que el goce pasa por el lenguaje, y como veremos, debido a la cuestión del goce fálico. No somos responsables ni de la estructura del lenguaje ni de los accidentes de nuestra historia, por el contrario Lacan en sus escritos en la página 858, insiste en el hecho de que siempre somos responsables de nuestra posición de sujeto. Lacan irá más lejos diciendo que el ser sexual se autoriza a sí mismo.
El psicoanálisis finalmente no actuaría tanto sobre la caída de los semblantes, sobre los límites de la captura del sujeto por el Otro, sino en la posición ética del sujeto con respecto a lo real y a la verdad, eso a pesar del horror de este saber singular y la pasión de la ignorancia que nos mueve a cada uno.
Que el sujeto no es responsable ciertamente de la estructura del lenguaje ni de esos algunos otros con los que se cruza en su vida, que puedan maltratarlo o lo que sea, esto no impide que tenga una responsabilidad como sujeto, una responsabilidad ética que consiste en sostener su posición de sujeto frente a lo real y a la verdad. Y sin duda es esto lo que puede producir una cura analítica. Puede permitir hacer un corte con los padres, que caigan unos semblantes identificatorios, pero esto viene a ser más o menos una psicoterapia. O bien son efectos de la cura por añadidura, pero la posición fundamental que concierne al sujeto en una cura es esa de la responsabilidad frente a lo real y a lo real de lo sexual.
GK: no es responsable de lo que le llega pero una vez lo corporeiza si que es responsable como sujeto
MCE: Es responsable incluso de no inscribirlo, de la forclusión
SO: Sartre dice que el hombre es lo que hace en la vida con las cartas que le han tocado.
RS: No es simplemente responsable de lo que le ha dado la vida, tiene una responsabilidad para ir a buscar la verdad de su deseo aunque sea insostenible, es decir que remite por ejemplo a esta cuestión del traumatismo de la no relación sexual, de la ‘Hilflosigkeit’ y como se inscribe en ello más allá de la queja.
Sobre la cuestión de lo insostenible, de lo que Lacan llama “la realidad sexual”. Es sorprendente este término de la realidad sexual porque normalmente la realidad tiene que ver con todo lo del yo. En la conferencia en Ginebra sobre el síntoma, página 12: “Si Freud ha aportado algo es que los síntomas tienen un sentido y un sentido que no se interpreta correctamente, el término de correctamente queriendo decir que el sujeto suelta un trozo en función de sus primeras experiencias, a saber, en la medida en que encuentre lo que voy a llamar hoy, a falta de poder decir más o mejor, la realidad sexual”.
Sobre la realidad sexual en el seminario 11, página 159, sesión del 29 de mayo del 64, Lacan dice también que la transferencia es lo que manifiesta en la experiencia la puesta en acto de la realidad del inconsciente, en tanto en cuanto es sexualidad. Un poco más adelante, va a decir “vayamos al hecho, la realidad del inconsciente es verdad insostenible, la realidad sexual”. Así que la realidad sexual se encuentra en l
a cura.
Sobre esta realidad sexual Lacan habla de un saber sexual disociado de la ciencia y que es ajeno al sujeto, un saber ajeno al sujeto es el inconsciente y lo sexual extraño ajeno al sujeto es el goce. Veis que desde hace un rato voy a proceder de una forma más precisa, quiero articular, quiero insistir sobre esta relación del goce con lo sexual. Le decía a Eva que no tenía un título para hoy pero podría ser “los avatares del goce”
En este seminario del 64, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Lacan dice que la libido es la presencia efectiva y como tal del deseo, es el punto de anudamiento mediante el cual la pulsación del inconsciente está vinculada con la realidad sexual, así que es el deseo en su presencia efectiva, libidinal el que hace de punto de unión entre el inconsciente y lo sexual. Y es dentro de la transferencia, donde el peso de esta realidad sexual se manifiesta, y ¿cómo se manifiesta esta realidad sexual? Por debajo de lo que sucede en el discurso analítico, bajo los significantes de la demanda, así que es mediante el deseo vinculado con la demanda que el incidente sexual se presenta la cura, por eso he dibujado el ocho interior y lo retomo del seminario de Lacan. En la figura hay una parte que no se ve por detrás que es precisamente esta realidad sexual, esta realidad sexual que está articulada con el inconsciente, ¿como? mediante el deseo, y aquí es donde la cosa se vuelve interesante ¿mediante qué deseo?.
Ya he señalado varias veces que en Análisis Freudiano tenemos varios problemas con la Topología, algunas resistencias. He tenido ocasión de decir varias veces que se puede identificar en cualquier escuela o asociación analítica, que se priorizan una serie de textos de Freud o algunos textos de Lacan o que en cualquier caso puede ser la primera época de Lacan, por ejemplo para la SFP con la escisión del 64 o el 67 / 68 en el cuarto grupo, o quizás más tarde otros. Y creo que en Análisis Freudiano nos quedamos en el periodo antes del 74. Volveré a insistir al final sobre este último Lacan que me parece fundamental.
Vamos a hablar de Topología con el ‘cross cap’ que Lacan llama también la mitra, el sombrero de los obispos, que permite representar el deseo precisamente como lugar de unión, entre las sincopas del inconsciente y la realidad sexual. Y Lacan especifica lo que es este deseo, que asegura el punto de unión entre la pulsación del inconsciente y la realidad sexual. Y lo que defiende es que este deseo es el deseo del analista. No el deseo de analista como decimos en Análisis Freudiano, sino el deseo del analista como persona que desea. Hablaré de esto un poco más. Volviendo al ‘cross cap’ hay una esfera en la primera parte, y en la segunda parte hay dos especies de conos, y en la superficie de estos conos, si las seguís pasa por el medio y vuelve a salir por ahí, es decir que obtienes una banda de Moebius, es decir que esto está en dimensión 2 y es una representación de lo mismo, así que en efecto en la cura la cuestión de la realidad sexual y del inconsciente o, en cualquier caso, lo que está manifiesto en los significantes de la cura, está también presente la vida sexual en su reverso, pero todo está totalmente ligado no es un derecho y un revés, es como la banda de Moebius en la que el frente y el dorso están totalmente anudados, salvo que ni el analizante ni el analista lo perciben siempre y de esto hablaré un poco, que el deseo del analista es lo que hace de unión entre la realidad sexual y el inconsciente.
Me refiero más que a la versión de Miller, a la versión Estefaria (?) que se puede hallar en el sitio de Patrick Valas, en donde figuran todos los seminarios de Lacan de forma totalmente destacada (Su páginahttp://www.valas.fr/)
Bueno y como os dije el año pasado, he leído el seminario ‘L’insu qui sait…..’ y alguno de los demás escuchando y leyendo al tiempo y es totalmente fiel a lo que se oye. Mientras que en la versión de Miller es obvio que hay cosas que se han suprimido y que se han inventado también. Al principio la lección del 29 de abril del 64 Miller ha quitado una frase cuando Lacan dice “¿Por qué es una realidad insostenible?” “precisamente en eso que de la realidad sexual, la sexualidad y es lo menos que se pueda decir es que no sabemos todo de ello”, cuando sabemos la importancia que tiene esta cuestión del ‘no todo’, pues Miller quita totalmente la frase. No es que reorganiza las palabras, sino que quita la frase. Así que esta cuestión de no sabemos todo sobre lo insostenible de la realidad (sexual) pues desaparece.
Con respecto al deseo del analista, en el seminario 11, en la página 144 de la versión de Miller (p. 248 de P. Valas), se trata de Anna O, Berta Pappenheim. Lacan precisa que es por esta persona que se descubrió la transferencia, ya que era una analizante de Breuer, al que Lacan califica como protoanalista, pero analista en cualquier caso. Cuando hacía un año y medio que había comenzado la cura con Berta, madame Breuer le empieza a decir a su marido: “te ocupas de ella un poco demasiado”. Y Breuer lo deja, lo interrumpe todo. Y Berta Pappenheim desarrolla un embarazo histérico.
Y Freud le dice a Breuer “Pero no pasa nada, no te preocupes, total la transferencia es la espontaneidad del inconsciente de Bertha no es el tuyo, no es tu deseo. Y le quita un poco la angustia. Lacan dice que Freud trata a Breuer como a una histérica, es decir le dice “Tu deseo es el deseo del otro”, pero para Lacan está claro que es el deseo del analista y muestra como prueba que Breuer una vez que interrumpe esta cura se va a Italia con su mujer y se ocupa de hacerle un hijo. Y Lacan cita luego a Ernest Jones que hizo la biografía de Freud, y quien precisa que este niño, -son las palabras de Jones que a Lacan le parecen un poco bárbaras- relacionado con estas condiciones de su nacimiento, acaba de suicidarse en Nueva York, así que Jones interpreta así a lo salvaje que para este niño que fue concebido por Breuer y su mujer en Italia, las condiciones de su concepción habrían supuesto algo tan insostenible que habría marcado su vida hasta el punto de suicidarse en el momento en que Jones escribe la biografía de Freud. Realidad del inconsciente y realidad sexual todo esto estaba en una misma banda de Moebius.
MCE: No nació por algo sino para algo. Es decir que el no ha nacido a causa del deseo de los padres sino para algo que tiene que ver con las necesidades de los padres.
RS: Al mismo tiempo, cuando se conciben niños no se sabe con quien se conciben, es mucho más complejo que eso.
MM: Ni quién te lo hace.
Sostener lo sexual en la cura es no ceder ante su deseo de analista, deseo de analista no es deseo del analista. Lacan a veces habla del deseo sexual del analista, porque no, y a veces del deseo de analista, por eso nosotros hemos decidido escribir ‘deseo de analista’ en Análisis Freudiano. Deseo de analista que es este deseo más fuerte que la muerte, dirá Lacan, incluso mas fuerte que el deseo sexual del lado de la sexualidad y que hace que un analista en función sostenga algo de esta tensión deseante, sexual, mortífera. En el seminario 11, Lacan dirá que un analista se ve mil veces tentado de tirar a su analizante por la ventana, o de abrazarlo, pero precisamente este deseo de analista es lo que hace que no ceda a estos deseos y es el que le permite sostener una parte de esta tensión necesaria, de esta distancia, para que se pueda hacer el trabajo del análisis. Dice Dumezil que esto no se sitúa del lado de la sexualidad, o en cualquier caso es más fuerte que la sexualidad.
MM: Hablas de tensión mortífera?
RS: Hablo de la tensión que había en la transferencia de Breuer con Bertha Pappenheim, una tensión muy fuerte por parte de la paciente pero también por parte de Breuer, esto es un punto muy importante. He trabajado durante un tiempo en un Cartel con colegas de la E. de la Cause Freudienne, son amigos, son gente maja, per
o hemos acabado el trabajo en este punto concreto de la cuestión de la transferencia, es decir para estas dos personas, no puedo generalizar, la transferencia estaba del lado del paciente que transfería y al analista, como ya se había analizado, no le afectaba todo esto. Me parece por ejemplo que en el dispositivo de la Marca del Caso por volver a hablar de Dumézil, las condiciones de este dispositivo, es decir esta seguridad que brinda para poder hablar de las cosas y los desplazamientos que pueden llevarse a cabo permiten fácilmente decir en qué medida en nuestra función de analistas nos vemos atrapados en la transferencia obviamente. Esto no es solo una evidencia, Lacan lo dice mil veces en el seminario del 64, seminario 11, que no hay una transferencia y una contratransferencia, hay una sola transferencia, es decir algo que se va repitiendo en acto dentro de la cura y que es un real, un real del lado de la realidad sexual. En ello se ve atrapado el analista evidentemente, se ve casi engañado, se sabe que cuando un analizante va a ver a un analista, hay este engaño del supuesto saber y no únicamente sino que se supone que el analista va a poder responder a todo lo que le falta a esta persona para que haya relación sexual, para que todo lo que falta se vea colmado y sea el goce absoluto.
Al existir este movimiento de engaño, el analizante espera algo del analista que el analista no es, porque el analista es una función para empezar, pero al mismo tiempo es algo necesario para que un trabajo pueda llevarse a cabo y que esta cuestión de la realidad sexual, de su articulación con el inconsciente, esta cuestión de ‘no hay relación sexual’ pueda encontrarse para el sujeto, el analista también claro está, se ve atrapado en la transferencia, porque si no, lo digo claramente, no hay cura. Sin esto hay encuentros de psicoterapia, ahí está la cuestión del deseo del analista, cómo no ceder frente a su deseo, no ceder es no salir huyendo como Breuer ante el horror que se presenta y no acostarse con su paciente.
GK: Cuando Breuer le dice a Anna O que va a interrumpir, ella hace el embarazo …¿no ve Freud entonces a Anna O?… Porque el problema está en que cuando el anuncia que se va ahí es donde se desata el momento de locura, de histeria…
RS: Si, Breuer cede a su deseo, se va huye. La realidad sexual no quiere decir forzosamente acostarse en la realidad con su paciente. Y de todas formas volvemos a esta cuestión de la neurótica ¿los padres se acuestan con las hijas de verdad o es sólo un fantasma? seguro que hay padres que se acuestan de verdad, seguro que hay analistas que se acuestan de verdad con sus pacientes, sí, porque esto existe.
MCE: no hace falta acostarse con la paciente, me estoy acordando de una paciente mía que tenía un analista un poco florido y que ella le declaraba su amor, y el analista muchas veces cuando hacía una buena interpretación le decía bueno “Hoy sales de aquí con la barriguita llena”. Bueno eso es acostarse con la paciente también.
RS: Sí totalmente, literalmente. Para retomar esta cuestión Lacan habla en un seminario del caso del hombre de los sesos frescos, paciente de Kris. El paciente al salir de la sesión se iba a comprar sesos frescos, de hecho es un acting-out que se interpreta en la transferencia y es una realidad sexual, es decir que te puedes llenar la cabeza, como te puedes llenar el estómago como te puedes llenar de muchas cosas
¿Cómo lidiamos con esta cuestión de esta realidad sexual que se podría llamar también goce? Cuando insiste, cuando invade totalmente todo el espacio por el lado del exceso, del demasiado, o en la continuidad del flujo de la palabra que es también un goce a fin de cuentas. Se plantea la cuestión de la interpretación, de la interpretación como corte del goce, yo creo que lo había mencionado hace dos años, por eso os he dibujado un “toro” de nuevo, que es como la cámara de aire, que es la estructura de la neurosis con las vueltas de la demanda, así que puede girar indefinidamente, una estructura que podría parecer esférica con un interior y un exterior de la cámara de aire y en la cura cuando giran en círculo parece no haber una vía de salida, Lacan dice que son las vueltas de la demanda, se pueden contar esas vueltad, pero de lo que el sujeto no se da cuenta es que a cada vuelta de la demanda, da otra vuelta, ahí es donde reside el deseo y el deseo gira en torno al objeto “a”. Lo que Lacan muestra también en particular en el ‘atolondradicho’ o en ‘L’une bevue’, el seminario del 76 es la interpretación por el corte, si cortas con un par de tijeras funciona. Hay que cortar y dar dos vueltas, entonces obtienes una banda con dos torsiones, es decir con un derecho y un revés y remite a lo que Lacan llama “estructura esférica”, no obstante si coges una banda de Moebius y la cortas por la mitad obtienes también una banda con dos torsiones, es decir, con un frente y un dorso, así que si coges una banda con reverso y anverso, si las pegas, si las coses obtienes una banda de Moebius.
Puede parecer complicado pero es para decir que mediante la interpretación, la cuestión del corte, y por las situaciones que se encuentran en la cura analítica, precisamente lo que le ocurre al analizante es poder aprehender algo dentro de su estructura mediante el recorrido dentro de la estructura, sobre este anverso y reverso de la estructura. Es decir lo que corre de la vida sexual en las vueltas de la demanda por ejemplo, este creo que es todo el desafío de la cura. Así que son cortes que se pueden hacer en el significante pero no únicamente. Puede hacerse con una interrupción de una sesión, puede hacerse aumentando el precio de la sesión, puede hacerse mediante una tosecita que en un momento dado puede hacer la función de un corte, en mi cura algo de eso no se hizo por el lado del significante sino por el lado de un signo aparentemente anodino que hizo las veces de corte.
RAL: sobre la interpretación como corte en el goce y el efecto en la estructura de los cortes en el ciclo de la demanda, si hay una manera de representar topológicamente estos cambios estructurales, esos cortes….(inaudible)
RS: Hay una diferencia entre las figuras topológicas esféricas y a-esféricas. La división subjetiva: inconsciente y consciente están en la misma banda, en realidad no hay más que una cara, una figura con un solo borde. Con una banda esférica hay dos bordes pero al hacer la torsión hay solo un borde, si partes de un lado vuelves al mismo punto. Es la cuestión de aprehender algo de esta división subjetiva que tiene que ver con el corte del yo por el significante seguramente pero no solo. Hay interpretaciones que pueden hacerse en lo real o en la sonoridad más que en el significante. Volveré sobre esto.
Seguimos con el seminario sobre la ética y el seminario ‘Aún’ y la cuestión del goce fundamental o goce mortal. Lacan habló de ello como el goce de la Cosa, donde el goce ocupa el lugar de la Cosa, así que de la pulsión de muerte también. Lacan dirá “El goce habita en el cuerpo” y “un cuerpo, eso se goza” es decir este goce fundamental afecta al cuerpo, la relación del ser hablante con el cuerpo, pero conviene aclarar que el goce del cuerpo esta fuera de cualquier consideración de sexo.
Este goce se puede identificar con el tema del fetichismo, yo trabaje este tema sobre todo con un texto de A. Binet, conocido por los tests pero fue el quien introdujo por primera vez la nominación del fetichismo en la psicopatología. Primero ya existía la palabra fetiche en el siglo XVI con las estatuillas africanas, era una palabra portuguesa. Marx habló del fetichismo al principio del XIX. Y Binet habló del fetichismo en 1887 en un texto titulado ‘El fetichismo amoroso’.
Trabajé en esto durante mis estudios de psicología y le dije a mi profesora que quería trabajar sobre la cuestión del goce y me dijo “mire usted el goce yo no sé lo que es eso” y me dejó así sorprendido y al final obtuve una
muy buena nota y me dijo que había comprendido lo que era el goce.
Concretamente Binet trabaja mucho con casos, por ejemplo los que cortan coletas en los supermercados, que coleccionaban, ese es el punto al que quiero llegar. Por ejemplo el fetichismo de los botines, Binet muestra como progresivamente es un tipo de botines concreto y gradualmente ya ni se necesita ver el objeto, basta con oír el ruido de un clavo de botines en el pavimento. Y lo que muestra Binet es que el fetichismo en un primer tiempo permite un goce sexual acompañado de masturbación, pero rápidamente lo que dicen los fetichistas es que les da igual el placer sexual de la masturbación, hay un placer que es mucho más importante que tiene que ver con oír el ruido de un clavo de botín en el pavimento. Es decir que hay algo más allá del objeto, hay un objeto que se ve reducido a un simple ruido a una mera referencia. La cuestión de la sexualidad está ausente de esta cuestión, se trata de goce. Y lo que acabó de convencer a mi profesora es que Binet tenía una doble vida porque escribió obras de teatro de marionetas para adultos a finales del siglo XIX, que enseñaban sangre, sexo, cosas horribles y era algo bastante popular, escribía cosas horribles. Porque Binet en su texto sobre fetichismo se hace preguntas de cómo se puede llegar a prescindir incluso del placer sexual. Y responde a su manera, trata de acercarse de ese goce mediante esta escritura de obras de teatro.
RH: Eso tiene que ver también con la pulsión invocante, el ruido
RS: Sí pero no produce este efecto, el fetichista va muy lejos se pone en un estado que va más allá del goce sexual del que voy a hablaros a continuación. Si inicialmente planteamos que no existe la relación sexual, es decir la imposibilidad del goce en el sentido del goce sexual, del goce del cuerpo del otro sexo, tenemos como resultado la necesidad de una suplencia en el encuentro sexual. Como no hay posibilidad de encontrar realmente al otro sexo, de que exista una complementariedad o de que nos estrechemos suficientemente para convertirnos en uno, retomo imágenes de Lacan, pero seguro que resuenan para mí también, debido a esta imposibilidad, existe esta necesidad de sustituir las cosas dentro del encuentro sexual. Y esta sustitución es el goce que se llama fálico, el goce sexual, esto es el goce fálico para Lacan. El cual sustituye lo que sería el goce sexual si la relación sexual existiese, así que es un semblante. El goce sexual por consiguiente se llama goce fálico porque el goce fundamental se sexualiza. En este goce fundamental se trata precisamente del goce del cuerpo más allá de cualquier consideración de sexo, y este goce fundamental se sexualiza mediante el falo.
Así que, el goce sexual se estructura sobre la base del modelo del goce fundamental mediante la intervención de un límite, porque el goce fundamental o goce mortal también, es un goce excesivo que se dirige hacia el propio cuerpo y que se ve detenido por la barrera del principio del placer. Es mediante este límite como el goce fálico viene a poner un límite a este goce fundamental, es este límite, esta prohibición lo que constituye el punto en el que el goce, es decir el goce fundamental mortal se sexualiza y se articula con la ley y con la castración.
Esto está en el seminario “Aún” (Encore) página 14 de la versión francesa, estamos hablando del Lacan del 72, 73.
Raquel L: Esto es lo que plantea Freud en el ‘Problema económico del masoquismo’ cuando habla de pasar del principio de Nirvana al principio del placer, habla de esto.
RS: Si, pero lo que estoy hablando ahora tiene que ver con las ideas lacanianas sobre el goce y en particular con lo que viene antes del 73. El goce sexual se articula en torno a la función fálica o la castración y la función fálica se pone en juego dentro del lenguaje bajo forma de significación fálica, es decir que este goce fundamental es precisamente porque pasa por el corte del lenguaje, de los significantes, que se puede ordenar algo y que hace que sea posible a su vez.
MCE: Es lo que decía Raquel, es decir que salir de la pulsión de muerte y de la descarga absoluta para hacer un rodeo.
GK: Cuando se instala el goce fálico ya hay un velamiento a través del lenguaje
RS: Y habla ahí Freud del más allá del principio del placer, con el texto de 1920
El goce sexual en cuanto es fálico, está vinculado con el ejercicio de la lengua, en una palabra, en el inconsciente, y se reprime pues este goce, es el goce de la palabra, del blablabla. Y el inconsciente es que el ser al hablar goza y no quiere saber nada de nada.
El goce sexual en cuanto es goce fálico vinculado con el lenguaje y con la palabra, entendéis que no está relacionado con el otro, con el otro como tal, en el sentido del compañero sexual. El otro finalmente sólo se puede encontrar en el fantasma, en la medida en el que un sujeto quiera dejar un lugar dentro de su fantasma para un otro, o como diría Lacan en la Ética, cómo alojar algo de este objeto pequeño “a” en el otro, pero esa no es la cuestión del goce fálico. El goce del Otro es otra forma de goce, porque hay otras. Hay que entender el goce del Otro en el sentido del genitivo objetivo, es decir el goce que puedo obtener del otro cuerpo, de otro cuerpo que no sea el mío. El goce del Otro en la forma del genitivo subjetivo habla del goce del otro, es el otro el que está gozando. Y es verdad que Lacan a veces confunde ambos en la formulación, pero el precisa claramente lo que es el goce del Otro, el goce que puedo obtener del otro cuerpo mediante el fantasma y el goce Otro, que es otra cosa distinta, que es este goce suplementario de la mujer y de los místicos, en donde ahí sí que se trata del cuerpo de ese otro que está gozando. Entonces volvamos a esta cuestión del goce del otro, es decir la pregunta que nos estábamos planteando ¿Acaso se puede gozar del otro?, uno sólo goza de sus propios fantasmas, de la misma manera que nuestros fantasmas gozan de nosotros, es decir haciendo intervenir el objeto “a”.
El goce Otro que he diferenciado, en el seminario Aún se vuelve a ver esta tabla (Tabla con la fórmulas de la sexuación), está la parte izquierda de la tabla donde hay uno al menos que no está sujeto a la castración, esta excepción permite que todos los hombres y mujeres estén sujetos a la castración, y en la parte derecha no hay ninguno/a que no esté sometido a la castración. Lo cual no quiere decir que todas las mujeres estén sujetas a la castración, o que no todo en cada mujer está sometido a la castración. Lo que conlleva que no todas las mujeres están sujetas a la castración, no toda la mujer está sometida a la castración. En la parte inferior de la tabla, en el lado del hombre, por el lado de su deseo se va a fijar en el objeto a, que cae del gran Otro barrado, este es el significante de la falta en el Otro en lo que trae ese objeto a, que trae algo del deseo para el hombre y entonces la mujer que no existe porque no hay ninguna que puede ser excepción y que pueda dar así un estatuto universal a la cuestión de la mujer, lo que la distingue de lo del hombre, ya que al menos hay uno de los hombres que no está sujeto a la castración, lo que permite que todos los hombres estén sujetos a la castración.
KW: Si hay uno que hace excepción, eso hace la regla
RS: La mujer se fija en su deseo, se orienta en su deseo, por estar del lado del deseo de un falo pero también de este otro goce suplementario, que mira hacia el significante de la falta en el Otro como hacen los místicos. En la primera página del seminario “Aún” (Encore) esta la estatua de Santa Teresa, el éxtasis, es muy importante porque este goce suplementario de la mujer es del orden de lo posible, así que entra totalmente en el marco del goce sexual.
MCE: siempre que esté contenido dentro de ciertos parámetros simbólicos, porque si no eso es un agujero. Es justo por este punto por donde la mu
jer se confronta al significante que falta en el Otro.
RS: si, eso puede abrir al delirio. Lacan, con respecto a los términos de goce, porque cuando se habla de goce se mezcla un poco todo, efectivamente están los goces, hay diferentes formas de goce, en el seminario “Aún” (Encore) página 101/109 de la edición francesa, Lacan distingue el goce efectivo y el goce obtenido. Cuando se hace el amor, cuando nos reproducimos esto se basa en un malentendido, es el goce obtenido. El goce efectivo sería la afirmación de la existencia de la relación sexual, donde lo que se busca es el goce efectivo y el goce obtenido no es eso, así que en la página 101 seminario “Aún” (Encore), encontramos: ‘no es esto’, en la fórmula «yo te pido que rechaces lo que te ofrezco porque no es eso”, ese es el grito por el que se distingue el goce obtenido del goce esperado o efectivo.
Los goces que parodian el goce efectivo están vinculados con el discurso y solo proceden del semblante y corresponden al goce fálico, en lo que se refiere al goce efectivo, éste tiene que ver con el Otro del goce, para siempre prohibido. Es decir del lado significante de la falta en el Otro, S de A barrado. Y este goce es ajeno al discurso.
Todas estas formas de hablar del goce son anteriores al seminario “Aún” (Encore), después de este seminario está la Tercera, conferencia que dió Lacan en Roma en el 74, el seminario R.S.I., el del Sinthome, este es el último Lacan en el que hay una relación con la Topología un poco distinta, es ahí donde Lacan hablará del inconsciente real, es decir en donde se va a abordar algo que no tiene ya que ver con el goce fálico en relación con los significantes, sino que es la relación del sujeto con lo real. Una forma de representar esto, son los nudos borromeos. Como veis el objeto ‘a’, que es el paradigma de un plus de goce, Lacan lo escribe con guiones porque podría ser efectivamente un plus de goce pero en francés ‘plus de’ puede ser también ‘nada de’, una falta, puede ser negación o suma. En el nudo central de estos círculos está el objeto ‘a’ en torno al cual el resto de los goces se van articulando.
En el cuerpo no hay un goce, pero éste figura en el círculo de lo imaginario, y el goce del Otro JA, está en la intersección de lo imaginario y de lo real, por consiguiente fuera de lo simbólico.
GK: el goce Otro ¿no?
RS: Ahí es donde está el equívoco, en la tercera, en RSI, es el goce del Otro, y a partir del seminario “Sinthome” es lo que decía antes, Lacan escribe esto y entonces se desliza hacia el lado del Otro goce, dice incluso que no son superficies llenas son círculos, son vueltas de hilo, ahí está el verdadero agujero. Pasa del goce del Otro al goce Otro.
Así que un cuerpo, el cuerpo es imaginario, pero el goce del cuerpo tiene que ver con lo real. El cuerpo finalmente goza con objetos en los que lo real opaco resulta ser el objeto ‘a’, que se reparte en función del catálogo de las pulsiones, el seno, la voz, las heces y la mirada. En cualquier caso no se puede gozar del cuerpo naturalmente, en un estado de desnudez, porque gozar naturalmente quizás sea una característica del cuerpo animal y no del cuerpo del hablaser, para responder a Serge Sabinus. Para el hablaser este real que es el objeto ‘a’, este objeto no es un objeto imaginario del fantasma, es un objeto real, lo que no quiere decir un objeto que podamos ver en la realidad, lo real es lo imposible de decir, el agujero, es aquello en torno a lo cual se gira, todo este sistema de goce, pero no se puede aprehender únicamente a través de un objeto, es lo que Robert Lévy ha afirmado, de la estructura del fantasma, en donde hay un objeto imaginario en este caso y un objeto que se puede reemplazar por otro, y por otro, y por otro. Y que precisamente en una cura cuando se atraviesa algo del fantasma, cuando algo de la estructura del fantasma del deseo se encuentra, poco importa el objeto, tiene que ver con la estructura del objeto. Y esto exige un recorrido importante en la estructura dentro del marco de una cura. Para el habla-ser este real que es el objeto ‘a’, se anuda al cuerpo en lo que se articula de la lengua, lo que nos lleva del lado del goce fálico, pero el goce fálico en la figura de la pizarra, veis que está fuera del cuerpo que es lo que decíamos antes, no está del lado del cuerpo.
Hay algo del goce fálico que tiene que ver con el semblante, que puede colmar el agujero, si puedo hablar así, de la no relación sexual y es lo que Lacan podría llamar también el goce (j-ouis-sens) y es esta relación del sentido con el goce fálico.
El goce fálico, en tanto en cuanto es cifrado, puede descifrarse mediante una interpretación, pero lo que se trata de alcanzar mediante la interpretación, Lacan lo dice ya a partir del seminario 11, es el más allá del sentido, porque el sentido también puede colmar, lo que se trata de alcanzar más allá del sentido mediante la interpretación es algo que tiene con lo real sustentado por la letra. Por ejemplo lo que Lacan llama jaculación, pero claro en francés hay un equívoco con eyaculación, es decir lo que es sonoro, lo real no tiene que ver con lo significante. A mí me parece que en AF algunos colegas insisten mucho en la cuestión del significante, en los cárteles por ejemplo. El significante es muy importante, ha enseñado muchas cosas y a partir de ahí se descifran muchas cosas, pero creo que la cuestión del final de la cura va más allá de la cuestión de los significantes.
MCE: Hay una palabra en español, la “jaculatoria” Sagrado corazón de Jesús en vos confío…
RS: Lacan dice en Televisión, en los otros escritos, en la página 126, “para alcanzar mediante la interpretación este más allá del sentido conviene afeitar el sentido lo más cerca que se pueda, y para ello gozar del desciframiento”
Gozar de este desciframiento remite a este uso del goce de la lengua, en la Tercera por ejemplo, está en francés pero bueno, Lacan parece que delira, con la palabra goce, con las letras. Podría ser poesía pero da a entender como el inconsciente lidia con la lengua y esto dentro de una mostración, es bastante impresionante la forma en que las letras se van deslizando y que más allá del significante algo puede escucharse, que podría provocar otros efectos significantes más adelante, pero exige pasar por lo real de la lengua, hay que leer la Tercera que es totalmente notable. Y gozar del desciframiento, remite a este uso del goce de la lengua del que acabo de hablar, es decir ahí donde se juega el goce de la lengua, se trata de hacer vibrar la cuerda de ese goce de la lengua, pero Lacan aclara además que si ocurre que el analista goce durante el ejercicio de sus funciones, en ese momento ya no está en su función, hay algo de una relación con ese goce, de este goce del desciframiento, de dejarse llevar por este real de la lengua, lo que no quiere decir gozar por ello.
Hay un libro en el que me he inspirado mucho que se llama ‘el goce al hilo de la enseñanza de Lacan’, es un libro muy gordo de la editorial Eres, un libro colectivo, Es verdad que este tema de las formas de goce es un poco enrevesado, permite tener una serie de orientaciones para hablar de todos estos avatares de lo sexual, estas nuevas formas de sexualidad o de la forma en lo que lo sexual se manifiesta en las curas, por ejemplo. Dentro de una serie de manifestaciones de las evoluciones sociales, también sabiendo que estas cosas del goce así como de lo sexual son muy singulares. Me parece muy importante no hacer generalizaciones, tener siempre presente lo que un sujeto dice singularmente y en especial en una cura, así que desconfío como vosotros sin duda, de estos analistas que tienen discursos generales sobre los homosexuales, la procreación para otro, etc. Hay un cierto número que va hacia una posición fálica, que diría la verdad de la cura en un periodo en que todo sale volando ¿no? y el discurso de una serie de analistas sería la única garantí
a contra una degeneración, una evolución catastrófica de la civilización, entonces se sitúan en una posición de nuevos curas erigiendo un nuevo saber, un pseudosaber que generaliza, que sería una nueva moral.
MM: Porque creo que se desliza la dificultad de la relación con el otro sexo y primera relación con el goce… A ver cómo se organiza o no en el partenaire la presencia de ciertos rasgos relacionados con la genética, la dificultad del goce Otro.
RS: Lacan por ejemplo, ya se situó en la parte derecha de la tabla dejando entender que una parte de la función de analista sólo puede ocuparse desde el lado derecho de la tabla, iba más lejos de las identificaciones de hombre/mujer.
MM: Se parte de dos posiciones imaginarias, la tabla nos organiza pero lo fálico no es lo masculino.
MCE: El pene no es el falo, el lado de la derecha no es el lado de las mujeres. El lado izquierdo es el lado de la humanidad, del género humano.
RS.- En este esquema lo que se llama la mujer, su deseo se dirige hacia el falo, lo que no se indica aquí es que sea fálica, cuando puede haber mujeres que se pueden situar en el lado izquierdo.
MCE: Es que las mujeres están obligadas a situarse en el lado izquierdo, desde el momento en que hablan, que tienen un fantasma, que tienen que sostenerse en un trabajo, tener una autoridad, tienen que poder sostenerse ahí. Y luego que bien si algo en ellas puede escapar a eso. Creo que hay ahí una gran cantidad de prejuicios.
Hay una cosa que no sé cómo plantear. La cuestión está entre el deseo de analista y estos lados de las fórmulas. Estamos diciendo que entonces el deseo analista tampoco lo podemos colocar totalmente en el lado femenino, porque es un deseo.
RS: No es sólo un deseo, voy a acabar con lo que decía Lacan sobre el goce y el desciframiento, lo cual no es un goce sexual, de la misma manera que el deseo de analista no es un deseo sexual a pesar de que tenga que ver con lo sexual.
MCE: pero el deseo del desciframiento yo lo pongo en el lado de lo fálico
RS: No cuando se lee la tercera Y cuando se ve como Lacan se presta a este juego, del deslizamiento y escapa las convenciones fálicas del lenguaje….
MCE: claro, para poder escapar tienen que existir las convenciones si no estamos en lo delirante.
SO: Hay una diferencia entre deconstruir y descifrar, descifrar puede ir más hacia el sentido y la deconstrucción toca más lo real.
MCE: en el descifrado hay un objetivo y en la deconstrucción nos encontramos con el significante que falta en el Otro.
RS: En la deconstrucción Partimos igualmente de algo que hay que deconstruir él lo que demuestra, lo que demuestra Lacan no es ni desciframiento ni deconstrucción, sólo busca las letra, son los juegos con las letras. Es como la letra al deslizarse.
RH: La cifra no es el significante
MCE: Mientras que el analista pueda pararse en la cifra y no seguir gozando.
Raquel L: Radjou dijo antes que el goce fálico es un semblante para defenderse (inaudible), como del lado femenino, las mujeres estamos castradas de un modo más evidente que los hombres podemos quizás tener otra relación con la cuestión del semblante. Y poder entrar y salir de otra manera más flexible en la cuestión de lo fálico y que el hombre por su estructura corporal, eso le permita mantener más la fantasía de lo que es el falo.
MCE: si, yo hablaba de combinar eso con el deseo de analista.
LM: Es una tensión, la tensión entre el deseo de analista y ese goce del desciframiento de la letra, es una cuestión compleja evidentemente pero han de estar los dos presentes.
RS: Si, pero no debemos caer tampoco en la reivindicación fálica y lo que dices me parece muy acertado, el falo es lo que puede aparecer pero también es el significante de la falta, es en esta alternancia, y efectivamente lidiar con la castración o con la falta, que se significa desde el inicio, abre a una serie de posibilidades más interesantes quizás que la ceguera de los semblantes fálicos, revindicar el hecho de estar del lado del falo, por qué no? Pero …
MCE: partiendo de esa base, estoy de acuerdo con Raquel y contigo, pero como planteamos el deseo de analista teniendo en cuenta estas cuestiones. Si nos quedamos en el goce del desciframiento, puede haber un goce fantasmatíco, en el mira que juego de palabras tan interesante he hecho. Cuando nosotros éramos jovenes estábamos muy pendientes de hacer juegos de palabras porque era lo que había que hacer, no era el deseo de analista. Cuando dices que el deseo de analizar es un deseo más fuerte que el de muerte yo no lo entiendo por el lado de la muerte sino por el lado del agujero que se presenta cuando un significante le falta al Otro y no sabemos donde vamos porque estamos fuera de lo simbólico.
RS: Más fuerte que la muerte y más fuerte que el deseo sexual. Más fuerte que la muerte es una referencia a Antígona en donde Antígona acaba gozando en la muerte, no se trata de dejarse morir y gozar al dejarse emparedar. Mucho más fuerte que la muerte es (incluso) no ceder a ese deseo de morir, es decir no morir. De la misma manera un deseo más fuerte al de esa sexualidad que nos podría llamar es situarse en otro registro. Entonces ni del lado derecho ni del izquierdo, quizás está mal planteado.
MCE: Sobre los últimos momentos de la clínica de Lacan. Como podríamos colocar lo de hoy ahí?
RS: Es verdad que en la Jornada e incluso el Congreso donde se trataba de la última enseñanza de Lacan y algunos se reían de que Lacan hablaba muy lentamente que se equivocaba en los esquemas, y que ya no tenía vigor, que no era fálico, el maestro soñado por todos, que probablemente sí que abofeteó a algunos pacientes, pero la gente se burlaba en la sala y creo que era algo defensivo, es decir para lanzar a Lacan con el agua del baño, pero precisamente porque quizás había algo que se soltaba del lado del semblante de la apariencia de lo fálico Hay cosas totalmente notorias que se han producido en este último periodo de la vida de Lacan y atacar la vida o los comportamientos de Lacan, era una forma de no considerar lo que había producido en ese tiempo, es decir era una resistencia, resistencia de los analistas acerca precisamente de lo que produjo en ese tiempo, es decir la cuestión de lo real, prefieren quedarse con toda la dimensión de lo simbólico y lo imaginario de los primeros tiempos de la enseñanza de Lacan, cuando hay algo nuevo que aparece es tan desestabilizante porque es más difícil apoyarse en elementos poco conocidos y da miedo.
LM: ¿Tendría algo que ver la resistencia a la Topología, de la que hablaste, con la estructura, algo estructural del ser hablante?
RS: No lo sé. Tampoco tengo muchos conocimientos de Topología, cuando leía el seminario 11, a menudo el cross-cap me lo pasaba así rápido, era para chulearse un poco, lo más importante son los significantes, las frases que se dicen. Creo que nos perdemos algo porque la Topología es una forma de demostrar, de estar en la mostración de este real sin pasar por los significantes, es lo que decía antes sobre la cuestión del fin del análisis y tampoco lo sé pero quizás tenga que ver con el corte que va más allá de la cuestión de los significantes, pero quizás haya que pasar por todos estos significantes para que algo pueda hacer el corte porque no se decide por anticipado, por adelantado.
RH: Es interesante esta complejidad de la Topología que me parece que hay que ponerla en relación directa con un concepto freudiano por el cual pasamos muy rápido y que sigue siendo subversivo, el concepto de pulsión y el esquema de la pulsión. ¿No se trata, a fin de cuentas, en el fin de análisis, de poder estar ahí en tanto analista para que el analizante de algún a manera pueda aproximarse a la cuestión de como ha cifrado singularmente esto que se llama la frontera entre lo psíquico y lo somático?, esa frontera es
un vacío, es una distancia, es que no hay relación sexual ¿no? Es que no va a haber nadie que venga a dar cuenta de esa frontera, pero será singularmente como en un análisis, cada uno se podrá aproximar a su propio ciframiento, que tiene que ver con toda esta cuestión que dice Lacan, que si el inconsciente hablara lalaría
RS:La Lalación
SO: ¿no iría por ahí el desciframiento que hablábamos antes? Es lo mas cercano de la letra con lo real
RH: desciframiento que no ha de hacer el analista
MM: mi experiencia con la Topología es precisamente que el problema que tenemos es cuando se nos transmite aplanada. Se tiene que hacer con las manos que no es muy difícil. Por la mano y por el ojo. Se tiene que manipular.
RS: Exactamente, es un recorrido por la estructura, esto es una cura y es un recorrido de la estructura, pero sino no se entiende nada.
Transcripción: Marian Lora y Lola Monleón