Discusión del texto de Denise Bret «Contando nubes» por Marcel Rockwell
Gracias Denise Brett por su interesante trabajo, trayecto (ida y vuelta) entre preguntas contemporáneas aliadas a lo numérico tecnológico, chips bloqueados de lo que no se puede corromper (e inhumano) con una memoria sin tiempo y las preguntas que la psicoanálisis intenta explicar, sanación o cura para quien, para que?
Nuestra practica se hace en medio de diferencias individuales, no es trabajar como una maquina, pues necesita adaptarse y encontrar el camino que otros casos han abierto anteriormente y de cierta manera enseñarnos como aprender con nuestros pacientes.
Este tipo de memoria, en relación con la condición y experiencia humana, no se puede reducir a la conciencia pero es una cicatriz, como se dice, de una brecha inconsciente, la inolvidable primera ausencia, ventana abierta en la noche de la perdida, buscando por siempre lograr lo Real con una “unidad” fantasmal, como un nudo que no se puede decidir si se hace o se deshace.
El conocimiento que tenemos de este “algo que el análisis puede hacer” evitarnos argumentar con la supuesta ciencia, de hecho la ciencia ideológica que se vuelve torpe para explicar la contabilidad, administración y los misterios de la vida, una tentación que se encuentra en nuestra actualidad.
Freud, relacionó psicoanálisis con investigación verdadera y ciencia del inconsciente, se encargó en dejar la pregunta abierta, defendiendo la posibilidad a otros fuera de los médicos para volverse psicoanalistas.
Sus nubes “desplazándose fuera de nuestro alcance”, me hicieron ver como la psicoanálisis puede ser como un “cambio” lingüístico en el discurso común, en el discurso científico. El cambio, bautizado por Jacobson, Benveniste y otros, que Lacan usa en su trabajo, indica que la persona que habla toma el lugar del sujeto, en un acto enunciativo S. Morita, hablando con Meschonnic en su seminario (18/9/16), dijo: “el sentido en hacer una lectura critica de un texto consiste en buscar el cambio que aparece en cualquier momento”. Freud, relacionando el sujeto del sueño a la cultura (Edipo, Narciso, el ingenio o la palabra espiritual), síntomas psicopatológicos y comportamientos sexuales, son puertas abiertas al cambio científico. Intenta darle a la psicoanálisis su propia base. Podemos ver en este punto de vista del “Tótem y Tabú” al “Moisés y la religión monoteísta”, con el trágico mito central de matar a su padre, y “civilización y sus descontentos”. Para hacer un irreducible nudo en su camino, no podemos olvidar el segundo tópico y Eros y Tantos relación de conflicto, haciendo imposible volver de la psicoanálisis a un simple tratamiento o psicoterapia, cerrando la puerta de una teoría traumática monolítica.
Lacan introduce aquí su Síntoma. Usted nos recordó que la invención del cuarto nudo para sanar a alguien “prescribe lo que cae fuera del lenguaje”.
No olvidemos también que el mismo Lacan, hacia el final del seminario estaba diciendo “el psicoanalista (en su practica y teoría) es el síntoma del propio psicoanálisis. (13/4/76)
Lo que vuelve explicito para el analista permitirse a si mismo, pero anuda para los demás (el cuarto nudo), en su practica, y muchos le ayudaran en este extraño e innecesario camino humano con sus pacientes. La pregunta que queda, a saber si nuestra practica psicoanalítica puede afrontar, refiriéndose a ella misma como ética humana, con una legitimidad por tratar uno por uno los contratos (incompatibles por ejemplo con la dictadura), en relación al flujo indefinido de números que recibimos todos, “bloqueado”, cubriendo y recubriendo los deseos y enfermedades humanas.
Las expectativas del paciente pueden ayudarnos a tener un mejor conocimiento: ¡sí! …
Marcel Rockwell – octubre 2017