Discusión del texto de Serge Granier de Cassagnac «Cura y saber inconsciente»

Congreso París, octubre 2017

Esta intervención es la ultima de este congreso sobre la cura. Estamos todos cansados así que seré breve (para que entiendan como este trabajo fue una lección para mi).

Serge, te agradezco por tu presentación, y también agradezco a los coordinadores que me invitaron a dialogar contigo. Me permitió reflexionar, sobre una cuestión en particular, relativa al estatus del síntoma, que hasta ahora no había considerado bajo esta perspectiva.

Tras haber notado que Freud calificó el síntoma de beneficio primario, es decir como modo de satisfacción de la pulsión, desarrollas la cuestión de los síntomas : “que deben ser considerados como solución de compromiso y como tentativa de cura”. Es sobre este aspecto, los síntomas como tentativas de sanación, que casi no hemos tratado en este año de trabajo sobre sanación, que quisiera enfocar la discusión.

Dices que “los síntomas neuróticos son medios para intentar restablecer un cierto equilibrio”, y que finalmente “son a la vez tentativas de sanación y patógenos, fuentes de fijaciones repetitivas”. Se puede decir la misma cosa, en la psicosis, de los delirios, que por una producción imaginaria intentan rellenar una rotura en lo simbólico y son entonces, a la vez tentativa de sanación y un síntoma, cuya desaparición es considerada por los psiquiatras como el equivalente de una sanación. Este pequeño trabajo sobre el estatus del síntoma que me llevaste a hacer muestra que para nosotros, psicoanalistas, la desaparición del síntoma no puede ser considerada como sanación en si.

Planteas que la sanación es al mismo tiempo el objeto de la demanda y su expresión, lo que tiene como consecuencia, y lo notas muy correctamente : “Para que haya psicoanálisis, es necesario que en algún momento, la demanda original de sanación esté cruzada, mezclada, con una demanda de saber”. Es una manera emocionante de interrogarse acerca de la conducta de entrevistas preliminares, atendiendo al pedido del analizante. No se trata de hacer un censo de los síntomas, sino de permitir que el sujeto se cuestione sobre el estatus de su o sus síntomas. Esto invita el sujeto a referirse a la función del síntoma como parte constituyente de él mismo como sujeto.

En efecto, tu ejemplo de caso clínico muestra con claridad que el dispositivo transferencial, como lo llamas, al crear la neurosis de transferencia, permite a estos síntomas, en su aspecto patógeno (fuente de fijaciones repetitivas), de desplazarse en otro lugar, en otra escena, donde son utilizables. Al reponerlos en su lugar de significantes, pueden ser usados en un contexto significante. Esta tentativa de sanación puede entonces, ser transformada en un discurso del sujeto. La repetición, que se desarrolla en la reproducción de sesiones, lleva a hablar, lleva los síntomas a expresarse. La sanación puede también consistir en la producción de un discurso del sujeto. De esta manera, el síntoma neurótico es una tentativa de sanación que puede ser exitosa si el síntoma logra revelarse como constitutivo del sujeto.

Lacan, en el seminario VII “La ética del psicoanálisis”, lo afirma de esta manera: “El síntoma, es el regreso mediante la substitución significante de lo que está al extremo del Trieb, de la pulsión como finalidad.”1 El síntoma, por un lado, aparece como un modo de satisfacción de la pulsión, y por otro lado, como un significante, es el regreso de lo reprimido. Lacan nos dice, conforme como lo entiendo, que solamente esta función de significante permite distinguir el regreso de lo reprimido de la satisfacción de la pulsión. Esta doble pertenencia es un arreglo entre la pulsión, satisfecha, y, para seguir en una perspectiva freudiana, el principio de realidad con el yo que busca unificar; lo que remite a una manera de describir la división subjetiva.

En el seminario X “La angustia”, Lacan precisa que el síntoma es el resultado de la constitución del sujeto: “Esto quiere decir que la causa, implicada en la cuestión del síntoma, es literalmente, si quieren, una cuestión, pero cuyo síntoma no es el efecto sino el resultado. El efecto es el deseo.”2 Así, si un sujeto es barrado [$], dividido; el síntoma neurótico es lo que resulta de esta división. Querer que desaparezca este síntoma es una tentativa de negar la división subjetiva; para decirlo de otra manera, de callar el sujeto.

Dices que “el descubrimiento de Freud reposa en el hecho de que somos duales, y que lo que debe ser hablado, es del otro en nosotros.” No solo estoy totalmente de acuerdo con eso, sino que además muestras que el síntoma es “dual”, es decir que representa la división del sujeto, y que este “otro ignorado, reprimido, o incluso excluido” es aquel acerca del cual no queremos saber nada, aquel que odiamos, el del inconsciente, el que nos hace seres de lenguaje, habl-entes.

Si el síntoma es una tentativa de sanación, es que está implicado en la constitución del sujeto. Su doble función: patógena y tentativa de sanación, es la proyección de la división subjetiva. Si buscamos erradicarla, erradicamos la sanación misma.

Philippe Woloszko

Paris, 8 de octubre de 2017.

1 J. Lacan. La ética del psicoanálisis. Seminario VII. Versión Valas. P 224.

2 J. Lacan. La angustia. Seminario X. Versión Valas. P531/2 (y 562)

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