Nuevo tema del año 2018- 2019- Más allá del odio…¿Violencias inéditas? -Argumento
MÁS ALLÁ DEL ODIO… ¿VIOLENCIAS INÉDITAS?
ARGUMENTO
« … Nuestros colegas teóricos, esbozan sin cesar la cuestión de la naturaleza metapsicológica de las tendencias mortíferas no sin contradicciones y hay que decir que, a menudo, con cierto formalismo ».
Por un lado, en « Más allá del principio del placer », Freud postula que el placer podrá constituir una barrera al goce negativo. Por otro, Lacan en «Los complejos familiares» señala que la cría de ser humano, a través de la invidia, encuentra su primera relación con el otro en lo que constituye una forma particular de odio, y que se trata ya de las primicias de lo que más tarde será el lazo social.
Lo que es tanto como decir que todo discurso sobre la bondad, no es más que una cortina de humo ante lo que constituye la sistemática eliminación del otro que el inconsciente fabrica desde las primicias de su aparición. Frente a esto, Freud imagina que la KULTUR podría ser lo que pacificara las pulsiones agresivas de la humanidad a través de una especie de sublimación social.
¿En qué punto estamos en relación con estos conceptos? Y ¿es sólo el odio lo que puede dar cuenta de las violencias que encontramos? ¿No existe acaso un « más allá » en que el odio hacia el otro no esté siquiera presente y permita la pura, simple y fría eliminación de éste sin que una forma cualquiera de identificación asegure lo humano? Los últimos excesos a los que asistimos en lo que se llama « terrorismo », parecen indicar una pista en este sentido.
Por otro lado, sabemos que el sadismo y el masoquismo son las dos caras inseparables de una misma moneda. A partir de ahí, ¿se puede desear sin dominar?
En efecto, el odio modela su objeto y éste, en cierto modo, es fabricado a medida. Es siempre la categoría del Otro la que oprime y amenaza al sí-mismo. Las agresiones y destrucciones futuras, serán así disculpadas y valoradas como actos necesarios y excusables. Las mayores masacres recientes dan testimonio de ello. En esta categoría pondremos la xenofobia, el antisemitismo, la violencia de género, etc…
De todos modos, examinar las diferentes fuentes que alimentan el odio y la violencia, permite deconstruir el mito según el cual, el odio sería algo natural, dado a priori. Entonces, lo que se plantea es la cuestión de « qué es otro para el sujeto » y cómo se constituye desde la más tierna infancia un espacio psíquico que pueda llevar a suponer que haya alguien diferente de uno mismo.
Sobre esto último, encontraremos las distintas formas de violencia de los grandes delirios psicóticos, pero también los grandes retraimientos de las neurosis obsesivas, esclavas de un Otro superyoico del deseo.
Encontraremos también la pregunta del porqué la histérica tiene necesidad de un amo para poder apropiárselo, pero también las violencias ligadas a las formas de goce perverso.
Más allá, existe un lazo entre el odio y una ternura particular indiferenciada, un odiamoramiento pues, que es una de las aportaciones revolucionarias de Winnicott y Lacan; manifestación de una violencia discreta y sorda que enloquece y no se manifiesta ni brutal ni ruidosamente.
La dialéctica del amo y el esclavo, así como el concepto de servidumbre voluntaria, serán puntos de apoyo interesantes. Podremos preguntarnos también por qué ciertas formas de autoridad no funcionan en los niños y cómo el « no » que pone un límite no está dado de entrada y constituye una operación lógica.
Evidentemente, lo real se encuentra a la entrada de todas estas problemáticas y nos fuerza a reflexionar sobre cómo la cuestión de la ley simbólica puede llevarnos a interrogar lo real de la muerte.