Paloma Azpilicueta -El tema trans en niños y adolescentes: una perspectiva psicosocial

Presentado en la media jornada del 25 de marzo de 2023

El tema trans en niños y adolescentes: una perspectiva psicosocial

Paloma Azpilicueta Aguilar

Psicóloga clínica y psicoterapeuta

palomaazpilicuetaaguilar@gmail.com

__________________________________________

En este artículo trataré de abordar el tema trans en niños y adolescentes, centrándome mayormente en la dimensión psíquica de esta problemática y también en la respuesta que los demandantes de transición reciben de parte de padres y la sociedad en general, especialmente desde los ámbitos sanitario, educativo y de los medios de comunicación y las plataformas sociales. Previamente, haré una breve descripción del contexto social en que aparece el fenómeno trans.

De manera inevitable, pero también intencionada, me repetiré un poco: es decir, retomaré ciertas realidades como el papel del porno y el de los llamados influencers, por ejemplo, desde varios de estos aspectos.

Mencionaré de pasada los cambios que se están produciendo en este campo a nivel público e institucional y también los intereses económicos que hay detrás de esta temática.

El contexto social

En un breve espacio de tiempo se ha producido un incremento exponencial de la demanda de transición de un sexo a otro. Hablamos de un 4.000 o un 5.000 %, que, en el caso de Trànsit, el servicio especializado de la Generalitat catalana, llega a superar el 7.000 %.

¿Qué está pasando? Creemos que existe un profundo malestar con la rigidez de los estereotipos de género, que se manifiesta en un acusado rechazo de su cuerpo sexuado y con el género que nuestra sociedad adjudica a niños/as y adolescentes. Todo ello acarrea en muchos casos un enorme sufrimiento. La transición es vivida como la solución a estos diversos malestares.

El feminismo ha hecho avances importantes en nuestra sociedad y ha penetrado en capas bastante profundas, modificando la situación de las mujeres y, obviamente, también la de los varones. El fenómeno de las nuevas masculinidades (la reflexión de muchos varones sobre su función y perfil en la sociedad) muestra la actitud reflexiva y creativa de estos. Al mismo tiempo, la inseguridad que dichos cambios provocan en muchos sectores ha supuesto un aumento de la contrarréplica patriarcal en forma de un incremento de la agresividad hacia las mujeres, en un intento de volver a tiempos pasados.

La nuestra es lo que podríamos llamar una sociedad líquida, con referentes poco claros también en este tema. No sólo los niños y adolescentes están desorientados, sino también sus padres y los adultos en general. Nos hallamos en una sociedad muy polarizada (no únicamente en este tema), una sociedad también muy «censuradora», poco reflexiva. El pensamiento woke en la izquierda y las ideas ultraderechistas serían dos ejemplos.

Impera un individualismo a ultranza, como si mucha gente diera la razón a la afirmación de Margaret Thatcher: la sociedad no existe, sólo existe el individuo.

Las luchas colectivas, portadoras de transformaciones sociales y de esperanza, son cada vez menos presentes y menos globales.

El individuo queda abandonado a su suerte. Su vida depende sólo de su deseo y de su esfuerzo, como si las desigualdades no existieran. Impossible is nothing.

Los aspectos psíquicos

Los que desean transicionar lo hacen desde un fuerte sufrimiento por su cuerpo sexuado y por el género que se les atribuye. Sienten una enorme impaciencia y prisa por encontrar la solución a estos malestares.

Se proclama la idea del cuerpo equivocado, como si la identidad fuera un alma, algo innato que «aterriza» en él por error. Si hay contradicciones entre el cuerpo y el género sentido, se opta por modificar el cuerpo.

Se difunde un pensamiento mágico, negando lo biológico. El deseo lo puede todo. El sexo se puede cambiar: una falacia, un engaño.

Se defiende la despatologización de la transición, pero se convierte a los que transicionan en pacientes de por vida de hormonas y cirugías.

Las redes sociales tienen un impacto enorme en los adolescentes. Los influencers «predican» las bondades de la transición (ocultando sus inconvenientes), como si se tratara de la salvación. Se produce un contagio social, que no es el único elemento en juego pero sí uno esencial.

Intentaré trazar unas pinceladas diferenciadas para el caso de los niños y los adolescentes.

El ámbito de los niños

Sin entrar en viñetas clínicas, que son un terreno delicado, me centraré en un caso que es bien conocido: el documental Petite fille (2020), de Sébastien Lifshitz, ampliamente difundido en televisión en Francia. En España puede verse en alguna plataforma con el título de Una niña.

El tema de las identificaciones y el de los deseos de los padres es central en esta problemática, pero en el caso de este documental creo que es paradigmático. En la entrevista entre el director y la madre de Sasha (el niño protagonista) queda meridianamente claro que es el deseo de la madre el que ha espoleado en el niño el supuesto deseo de ser una niña. Un deseo del que la madre parece ser consciente en alguna medida, pero que proyecta totalmente en su hijo, justificando así una auténtica «cruzada» familiar contra aquellos que se oponen, principalmente la escuela y la academia de ballet a la que el niño acude, y condicionando de forma decisiva la vida de su hijo.

A lo largo de una gran parte de la película, Sasha muestra una expresión de profunda tristeza. Más allá de los inconvenientes que le puedan suponer las actitudes antes mencionadas de la escuela y de la academia de ballet, creo que es porque él sabe que nunca podrá satisfacer el deseo de su madre. Podrá llevar falda, vestidos o bikini, el pelo largo, zapatos de princesa, etcétera, pero nunca podrá ser una niña porque el sexo no se puede cambiar.

El caso de los adolescentes

Los adolescentes son, por definición, personas en transición hacia la edad adulta, inmersos en cambios muy profundos tanto a nivel corporal como psicológico y, también por definición, desconcertados y desorientados.

Ya hemos mencionado el impacto de las redes sociales y el tema del contagio social.

Los influencers publicitan su propia transición, y se les atribuye una autoridad tanto más grande cuanto más hayan avanzado en este proceso. Presentan la transición como un acto de valentía, y la hormonación y la cirugía como una solución mágica a cualquier tipo de malestar. Asimismo «aconsejan» (yo diría «adoctrinan») a sus seguidores sobre cómo plantear sus demandas a los profesionales, cómo intentar manipularles, y también en todo lo relativo a la relación con sus padres.

De ahí la considerable dificultad que encuentran los profesionales para llevar a cabo una intervención reflexiva y prudente, una intervención que no actúe, que no se precipite y que no se rinda frente a «lección aprendida» que muchos jóvenes se limitan a recitar. Es un comentario repetido por los clínicos: argumentaciones y narrativas que se repiten a menudo casi literalmente.

Lo que los influencers y los profesionales que se rigen por la teoría afirmativa les ofrecen son certezas, que resultan totalmente bienvenidas en el contexto de desorientación vital que mencionaba antes.

Las chicas

Se constata la aparición de un malestar profundo con el propio cuerpo sexuado, que aparece de golpe en la adolescencia, sin antecedentes en la infancia. El fenómeno y su nombre (DGIR) fue descrito por la doctora Lisa Littman en 2018. Creo que no se trata tanto de un fenómeno específico como de un matiz diferenciador de una misma problemática.

Se presenta con muchísima más frecuencia en chicas que en chicos. Todos los servicios han constatado este aumento diferenciado.

La directora india Vaishnavi Sundar tituló así un documental suyo sobre el tema: Disforia. Escapando de la femineidad como de una casa en llamas (2021), y creo que es una definición muy acertada de este rechazo de las chicas a lo que la sociedad prescribe como género femenino: ser guapa, joven, delgada, siempre perfectamente arreglada, siempre dispuesta a un encuentro sexual, y colocada socialmente en una posición de sometimiento, ejemplificada por las relaciones sexuales que aparecen en las películas porno. Muchas de ellas, más que desear ser hombre, como he dicho antes, huyen de ser mujeres. 

¿Qué les ofrecen los padres?

Con frecuencia son personas desorientadas y con criterios poco consistentes, pertenecientes a esta sociedad líquida que mencionábamos.

Su disponibilidad mental para atender a sus hijos, para observarles, para acompañarles, suele estar bastante limitada, entre otras razones, por la cantidad de horas que dedican al trabajo, dada la «invasión» de la vida privada por parte de la vida laboral y dada también la inseguridad de esta.

La ley les amenaza con denunciarles y quitarles a sus hijos (en Gran Bretaña y otros países ha sucedido con frecuencia) si no aceptan sus deseos de transición.

A menudo, les resulta más tolerable tener un hijo o una hija trans que uno homosexual. Lo ven como un mal menor.

¿Y la sociedad en general?

Ya hemos mencionado a los influencers y el contagio social a través de las redes.

La teoría predominante en los servicios sanitarios públicos, y cada vez más presente en los protocolos de actuación en escuelas e institutos, es la afirmativa. Es decir, la biología se obvia: lo único que cuenta es el propio sentimiento. Algunos de los profesionales sanitarios quizá estén convencidos de que esto es lo correcto, pero muchos otros temen ser cancelados, despedidos o sancionados y por ello no se atreven a ser consecuentes con sus propios criterios. El caso de la escritora J. K. Rowling, el primero de una larguísima lista, está en la mente de todo el mundo.

Los adolescentes que son acompañados familiar y profesionalmente en su petición de transición, explorando las diversas causas de sus malestares, tienen una probabilidad del 80 % de abandonar la idea transcurrido un cierto tiempo. Justo lo contrario de lo que sucede a quienes inician su transición médica: el 95 % pasa del bloqueo hormonal a la hormonación cruzada y la cirugía.

Es decir, si un adolescente consulta en un centro especializado, lo más probable es que le ofrezcan iniciar la transición médica: bloqueo hormonal, hormonación cruzada y cirugía. Concretamente, en el servicio Trànsit catalán, el 87 % de los pacientes sale ya con una receta en su mano tras la primera visita.

En el caso español, la denominada Ley Trans, aprobada en el Parlamento español en febrero de 2023, prohíbe de hecho explorar cualquier otro aspecto presente en la persona que demanda transicionar. Esta exploración global, que implica no proceder directamente a la transición médica, es calificada de «terapia de conversión», como si tuviera por objetivo no la prudencia sino «torcer» y manipular el deseo del demandante. Las sanciones por esta intervención pueden llegar a los 150.000 euros, incluyendo cinco años de inhabilitación profesional.

¿Qué son los bloqueadores hormonales?

Son medicamentos que impiden el desarrollo puberal, es decir, lo detienen. Fueron diseñados para tratar pubertades muy precoces, para el cáncer de próstata y para tratar a agresores sexuales como último recurso. Es decir, se utilizan off label, fuera de su objetivo original.

Su utilización es básicamente experimental: es el llamado protocolo holandés. Su uso se generalizó a partir de una investigación realizada en Holanda con muy pocos participantes, con errores metodológicos importantes. La investigación fue financiada por los Laboratorios Ferring, fabricantes de dichos medicamentos, de manera que esos laboratorios eran, pues, juez y parte.

Es decir, que los pacientes a los que se han recetado son cobayas, conejos de indias. Recientemente se han empezado a describir las consecuencias negativas de su utilización: anorgasmia, infertilidad, problemas cardiológicos, cerebrales, cognitivos, osteoporosis precoz… De ahí los cambios que están llevando a cabo las autoridades sanitarias de Gran Bretaña, Suecia, Dinamarca, Noruega y Finlandia, que han decidido priorizar un abordaje psicológico de estos casos en lugar de prescribir de entrada la hormonación.

Algo está cambiando

Un primer cambio, negativo desde mi punto de vista, es la ya mencionada Ley Trans, porque consagra la autoidentificación de género. Es decir, cualquiera, sin necesidad de ningún certificado o condicionante de cualquier tipo, puede ir al Registro e inscribirse como hombre o como mujer, independientemente de su sexo biológico. Lo que se cambia en el registro es el sexo, algo que no se puede modificar. Es una clara confusión entre sexo y género. El sentimiento como criterio modificador de lo legal.

Otro cambio, este positivo. En septiembre 2021 nació en España la pionera Asociación de Madres de Adolescentes y Niñas con Disforia Acelerada, más conocida como AMANDA. Está realizando una excelente labor de acompañamiento y asesoramiento a padres con esa problemática, y contribuyendo muchísimo a que se abra un debate ciudadano sobre este tema.

Aunque el espíritu cancelador y sancionador campa por sus respetos (la llamada «Inqueersición» por unos conocidos colegas), los profesionales clínicos están empezando a pronunciarse públicamente, así como bastantes Asociaciones Profesionales. Parafraseando a Shakespeare, podríamos decir: «Algo se mueve en Dinamarca…».

Ya hemos mencionado el cambio de criterio de muchas autoridades sanitarias. En Gran Bretaña, el Informe preliminar Cass (2022) calificó de deficiente la atención que los pacientes recibían en el GIDS (el centro de referencia), que cerrará sus puertas en la primavera de este año, siendo sustituido por centros regionales insertos en la red sanitaria general y vinculados a los centros de Salud Mental.

Estos cambios no son ajenos a las denuncias recibidas, la primera de las cuales fue la de Keira Bell, que adujo haber sido mal atendida al ser derivada al endocrino e intervenida quirúrgicamente tras unas pocas visitas, sin que se exploraran adecuadamente sus otras problemáticas personales. En la actualidad, un gabinete de Londres está preparando un total de 1.000 denuncias, nada menos, contra el GIDS.

En España tenemos ya la denuncia de una madre a la unidad especializada del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, y la de una joven detransicionadora a los servicios especializados de la sanidad gallega. Sin duda, les seguirán muchas más.

Los intereses económicos

Ya he mencionado la financiación del protocolo holandés por parte de los Laboratorios Ferring, fabricantes del medicamento investigado.

Los pacientes que transicionan, a pesar de la postura despatologizadora que defienden los lobbys trans, se convierten en pacientes de por vida de los laboratorios y de las intervenciones quirúrgicas. Si fuéramos detectives, intentaríamos encontrar al beneficiario de los hechos («Qui prodest?»), aunque creo que no hace falta investigar mucho… En tres años, la llamada industria del género ha experimentado un crecimiento económico exponencial, pasando de 8.000 millones de euros anuales a  tres billones de euros anuales.

Lo que está sucediendo en estos momentos con el tema trans me recuerda mucho lo que ocurrió hace algunos años con el denominado «trastorno por déficit de atención e hiperactividad» (el famoso TDAH); la medicación indicada para «curar» estos casos enriqueció enormemente a la industria farmacéutica, pero a costa de la salud de muchos niños.

Hay muchísimas más cosas para explicar. Como suele decirse: «Continuará…».

«¿A qué O(o)tro pertenece el cuerpo de los niños? (La cuestión trans en los niños)». Media jornada de estudio bilingüe, París, 25 de marzo de 2023

_____________________________

Bibliografía sucinta

Agrupación AMANDA.

https://www.amandafamilias.org

Azpilicueta, Paloma (2022). «Controversias sobre el tema trans». Disponible en la revista digital de la ACPP (Associació Catalana de Psicoteràpia Piscoanalítica), número 10, pp. 227-240.

Azpilicueta, Paloma (2022). «Niños y adolescentes trans: ser o no ser», Temas de Psicoanálisis, nº 24, julio 2022.https://www.temasdepsicoanalisis.org/2022/07/18/ninos-y-adolescentes-trans-ser-o-no-ser/

Informe Trànsit: «De hombres adultos a niñas adolescentes: cambios, tendencias e interrogantes sobre la población atendida por el Servei Trànsit en Catalunya, 2012-2020» (2022), Feministes de Catalunya.

Sundar, Vaishnavi (2021). «Dysphoric: fleeing womanhood like a house on fire».

The Trans Train I, II y III. ¿Conejillos de Indias? (2019). Documental sueco subtitulado en castellano.

SHARE IT:

Comments are closed.