Seminario Madrid – Robert Lévy – El amor bajo algoritmo

Madrid, Auditorio. 7 DE MARZO DE 2020

¿Hay algo nuevo en nuestra modernidad? ¿El amor ha aprovechado las innovaciones tecnológicas?

“Vivimos en una época en la que se dice que somos libres para muchas cosas, pero la tendencia es a estar perdidos por la presión de esta libertad y a agarrarnos a discursos o a grupos”1. Así hablaba un joven entrevistado por la necesidad de un artículo que supuestamente implementaría los “fragmentos de un nuevo discurso amoroso”…

En efecto, género fluido, poliamor, metapartenaire y otros pansexuales o intersexuales parecen haber remplazado los arcanos del discurso del amor versus el romanticismo agarrándose hoy en día a discursos y a grupos. Por cierto, la cuestión que se plantea es saber si se trata de discursos, de grupos reivindicativos o se trata más bien de otra cosa. Sea lo que sea, parece que los celos, el romanticismo y la pareja hetero “tontorrona” hayan cedido el lugar a nuevas concepciones del discurso del amor. Los celos parecen efectivamente haber durado mucho y se han convertido en un elemento de reivindicación militante en favor de su desaparición. ¿Pero podemos todavía hablar de amor en este pragmatismo cuasi-técnico?

En el fondo, la barrera que parecía restringir el encuentro entre los sexos en la diferencia anatómica parece haber cedido. Esto es, el hecho de ser mujer u hombre anatómicamente no es ya un elemento de encuentro. Algunos no solo quieren que ya no se les asigne un pronombre o una concordancia, sino que claramente quieren salir del sistema binario o anatómico de género. Algunas personas, sobre todo los jóvenes que encontramos en nuestra clínica, no quieren ser asignados a una concordancia en la palabra, es decir no quieren ser nombrados como chicos o chicas o con una definición que antes teníamos para ubicarnos en algo del reconocimiento de un otro: señor, señora… Actualmente, sobre todo los jóvenes, reivindican no ser llamado así. No está claro si se trata de una reivindicación histérica o algo más.

Una chica de 15 años, que recibo desde hace poco, decidió que ella era un varón y así exige que su entorno le siga y sobre todo con la obligación de llamarla por el nombre que ella ha decidido. Es decir, no es solamente la masculinización de su nombre sino que ella también había un nombre distinto, porque hubiera sido fácil masculinizar su nombre, pero ella había decidido que esto no era suficiente, quería más y eso de más era un nombre nuevo. Y para ella era escandaloso que su madre después de un año no le llamara por ese nuevo nombre de chico. Y de manera confusa, resulto complicado saber de dónde venía su malestar porque ella atribuía su malestar, absolutamente y de manera incuestionable a esta cuestión, como si ella pudiera estar bien en su vida si eso se resolviera.

Su madre, con quien tiene un conflicto muy importante, dice que necesita tiempo para adaptarse al hecho de que ella creía haber tenido una chica, y que ahora necesita adaptarse a la idea de que tiene un varón. Y dice que prefiere pensar que ha tenido un hijo (neutro) que no sea ni varón ni hembra. ¿De qué se trata para esta madre? Ya no hay lugar para el fantasma. Una se convierte en lo que decide sin que ninguna consideración pueda servir de mediación entre lo que se es y lo que se tiene. Es decir, introducir este real de la palabra de su hija/hijo es cerrar la posibilidad de cualquier fantasma por su parte, de la madre con respecto al lugar que este hijo tenía en su fantasma. Esto es lo problemático de cambiar, no es el cambio de nombre como tal, que no es el problema fundamental y que ella no pudo hablar del problema en el encuentro que tuvimos. Cuando ella dice “no puedo adaptarme a la nueva situación” no es tanto la nueva situación sino adaptarse a algo que no recubre más el lugar de su hijo dentro de su propio fantasma.

RH: No se puede cambiar de fantasma

RL: ¿cómo se puede cambiar de fantasma? Esa es la cuestión, no estoy seguro de que se pueda cambiar de fantasma y especialmente cuando se trata de un hijo, de una hija, del lugar que este hijo/hija tiene en el fantasma, se trata de cambiar el ideal del yo. ¿Se cambia el ideal del yo? Puede caer, cambiar es otro tema. Entonces, no hay lugar para el fantasma porque si uno se convierte en lo que ha decidido, si se tiene en adelante el sexo que se ha decidido, el hecho de nacer anatómicamente como hombre o mujer ya no tiene razón de ser….

MC: pero algo tiene que pasar en el fantasma de la madre para que esta chica se convierta en chico.

RL: Pero ¿cómo se trata eso? Lo que pasa y es bastante complicado porque esta chica está con un malestar muy importante, quiere suicidarse, se hace cortes en los brazos, etc, etc… Y vive una vida terrible de angustia. Hay algo de urgencia que no permite que haya un tiempo para que estas cosas se puedan trabajar. Estoy de acuerdo, pero eso necesita un trabajo de largo recorrido.

GK: Cuando ella cambia el nombre intenta neutralizar algo de la angustia.

RL: Por supuesto, porque dice que si la gente la llama como ella decidió, eso ya sería un reconocimiento y su angustia podría bajar. Yo no lo creo, pero es el discurso que ella mantiene para dar lugar a varias cosas. Incluso es difícil de precisar si se trata de “algo muy histérico” o psicótico en el sentido de no reconocer su propio cuerpo y también es el tema que desarrolla cuando la recibo y dice que “ese cuerpo no es suyo”. Pero más allá de este discurso, porque es una persona inteligente que lee mucho, no estoy seguro de si ese discurso no viene de algo leído para servir al otro discurso como una orientación psicopatológica. Ella reivindica también cambiar su cuerpo con medicamentos y tampoco estoy seguro de que se trate de eso porque tiene 15 años y es muy joven.

Es una manera de tomar al pie de la letra un enunciado conocido “uno no nace hombre o mujer, sino que lo deviene”. Y en este caso, en efecto se puede decidir cual será su anatomía de nacimiento.

Así nos podemos preguntar cuál es el lugar de lo real y si este real no fue modificado o más bien movido a un lugar distinto. De todas maneras lo simbólico aparece de manera inadaptada sin ninguna posibilidad de arreglar estas cuestiones fundamentales, me refiero a las cuestiones que se plantea esta chica, o más exactamente este joven, sobre quien yo también me pregunto cómo llamarle, ante la certeza que manifiesta. Es casi increíble porque he evitado llamarle como hombre o mujer y también he evitado un nombre, el nombre de inicio y el decidido, lo que es una gimnasia un poco complicada.

Recuerdo haber trabajado durante años con equipos de educadores que justamente se ocupaban de jóvenes dentro del ámbito de la prostitución, entre los cuales había personas que se definían como transexuales. Había una dificultad de estos educadores para nombrar a estas personas por su definición, es decir no podían nombrarles como hombre, si pasaban a mujeres o al revés; ocurría lo mismo hasta que la institución que les acogía decidió que se nombraría a estas personas tal y como ellas habían elegido y a partir de ese momento los educadores pudieron nombrarlas. Es interesante, porque no puede ser una decisión del uno por uno sino la decisión simbólica que es la institución, un tercero que actúa como ley, pero eso no se puede actualizar en el uno por uno. Se puede actualizar como propuesto como nueva simbolización de cierta manera por parte de un tercero.

Y aquí podemos retomar un esquema que Radjou nos había comentado en un seminario anterior, donde decía que el imaginario se abate sobre lo real como certeza y lo impensable toma el lugar de la anatomía proponiendo el deseo como verdad, verdad garantía porque ella sabe que es un varón, y los demás no tienen más que adaptarse a esta certeza.

En efecto, algo de lo imposible, de lo impensable se ha movido, porque podemos cambiar no solo las apariencias, sino también la anatomía con tratamientos adaptados a un hombre si se es una mujer y viceversa.

Efectivamente la diferencia que hubo en esta institución que acogía la prostitución, parecían mujeres porque tenían la apariencia de mujeres con la ayuda de los tratamientos que tomaban. La novedad en lo real, porque por fin se trata de esta cuestión si no hay un cambio en el amor, hay un cambio en lo real, es poder pasar de la apariencia a la anatomía, al hacer este pasaje, ahora es posible que la apariencia no recubra la anatomía. Es una novedad muy importante porque ahora además del tratamiento se añade la cirugía. Mientras que, en otros casos, personas que no están en este registro de la certeza, se necesitan nuevas palabras para construir este tercer género que no sería hombre ni tampoco mujer y que sería también otro tema.

Desde ahí se reivindica una libertad individual en nombre de G como género queer, o género extraño, o G como neutro o más bien genderfluid, la fluidez del género. Lo importante aquí es que hay una invención de palabras porque es difícil hablar de esto y se necesitan nuevas palabras para hacerlo.

Es una puesta en acto de lo que evoca Halperin en la estela de Foucault dice: “para repensar las relaciones entre los comportamientos sexuales, las identidades eróticas, las construcciones de género, las formas de saber, los regímenes de la enunciación, las lógicas de la representación, los modos de construcción de uno mismo y las prácticas comunitarias – es decir para reinventar las relaciones entre el poder, la verdad y el deseo”.2

Es decir que más allá de la cuestión anatómica tanto si es reivindicación social o psicopatológica hay un discurso político que lo sostiene. Y la cuestión es saber si la revolución de mayo del 68, sería equivalente al goce sin límite del género fluido en 2020 o al “poliamor”, en el que no se conoce al partener de la pareja, pero se sabe de su existencia. Es decir, que en el poliamor se supone que la pareja no es la finalidad del encuentro, que cualquier encuentro se puede realizar, sin que se conozca a los otros fuera de la pareja. Pero también existe el poliamor con una pequeña variación que se llama el “poliamor jerárquico”, que son los que necesitan sentirse con su pareja principal en un lugar particular y que hacen excepción en esta nueva situación de la relación amorosa, es decir es una vuelta atrás, con respecto a la cuestión del poliamor, es poliamor pero uno tiene el lugar principal.

Se escucha un retorno de los celos, que vía la exclusividad de un lugar podría permitir una cierta forma de compromiso moderno…

Pero en todo caso, en todas estas formas lo que se busca es que el partener no sea ya el que me asigne a una identidad, estable o rígida, sino que me permita afirmar una polivalencia en la renovación que me propone el encuentro con todos los otros.

Recuerdo, en los años post 68, a un paciente que llego a mi consulta destrozado, con una contradicción entre la ideología que había mantenido de una sexualidad sin barreras, que le impedía la apropiación de su pareja y el dolor que sentía para aceptar esta libertad sexual por parte de su pareja, la cual, en cambio lo podía aprovechar con mucho placer. Efectivamente, él estaba celoso y eso entraba en contradicción absoluta con su edificio ideológico y yo diría más con su ideal del yo…

En cualquier caso, se escucha en este nuevo código de amor de hoy, una necesidad de huir de la performance, de la dominación y las normas, últimos vestigios de un discurso falocéntrico que hoy no tiene ya lugar en estos nuevos intercambios amorosos.

GK: la ética falo/castrado no juega.

RL: Por supuesto, pero el tema es complicado porque efectivamente la cuestión de las diferencias de los sexos también plantea la cuestión de la castración, pero yo no estoy tan seguro que evitando este tema no haya una castración de otra forma, por ejemplo de este hombre que venía con esta situación de celos, es una manera de mostrar que dentro de la ideología del momento que era un poliamor total, eso se enfrentaba con su propia castración que no funcionaba solamente a través de la ideología, algo provocaba un punto de encuentro con la castración.

EVM: Esto que decías que pasaba en los años 60 es totalmente distinto de lo que decías del cambio de sexo. Lo que pasaba en los años 60 tenía que ver con el poder, la verdad, los celos. Era algo que implicaba que el cuerpo era propiedad y si se estaba luchando en contra de la propiedad privada eso invadía también la cuestión de la pareja.

RL: Yo estoy de acuerdo

EVM: Y creo que los celos también cambian de lugar porque los celos ya no son porque el otro tenga un rollo con alguien sino por el lugar de la verdad, que eso no caiga en el lugar del engaño. Ahí, sí que me parecía que había un intento ideológico de producir algún tipo de cambio social

ÁP: Ahora también. El discurso para mí es el mismo. Ahora está la reivindicación de su libertad que es una lucha con la generación anterior, pero ahora es sobre todo con el género. Frente a un patriarcado que ha estado subyugando a la mujer, ¿cómo construimos un mundo donde la mujer no esté subyugada? Y a partir de aquí se genera el discurso donde la mujer tiene los mismos derechos, las mismas condiciones, tener relaciones con una o con varias bajo el ideal de que los celos van a desaparecer y con la idea de que soy libre a la hora de relacionarme con el otro y lo que se están encontrando los que están en la avanzadilla, es que les pasan cosas como los celos en esta multifamilias, donde hay varios miembros viviendo juntos y en la misma cama, con el ideal de que los celos van a desaparecer. Y lo que se encuentran es que eso no es tan fácil, que las dificultades que había tenido la generación anterior, lejos de desaparecer estaban presentes. Yo creo que es una reivindicación.

MC: Y además dicen lo mismo que nosotros. Por ejemplo, el chico quiere tener muchas relaciones, la chica está enamorada y no quiere. Y le dicen a la chica “esto es porque no te has trabajado lo bastante”. Y entonces ella intenta trabajarse, pero no lo consigue y el chico sigue con muchas relaciones hasta que se enamora y es él quien tiene celos. En muchos adolescentes es así.

EVM: Interesante porque en los años 60 iba en contra de la propiedad y en este momento va en contra del patriarcado.

RH: Pero con el añadido del trastorno ocasionado por el discurso científico, tecnológico de la ciencia que todavía trastorna más la subjetividad de la gente. La ciencia ahora hace posible que puedas cambiar el cuerpo

MC: El discurso de los padres era menos potente.

RL: Me parece muy interesante, yo estoy totalmente de acuerdo y añadiría que estas maneras de repensar la cuestiones, son un efecto de la igualdad entre los sexos. A partir del momento que no solo se plantea, sino que se pone en acto la igualdad entre los sexos, los efectos son: donde ubicarse en la diferencia. ¿Cuál sería la diferencia? Si no es una diferencia anatómica, si no hay diferencia de género ¿cuál sería la diferencia? Entonces hay que poco a poco rechazar la cuestión de la diferencia y esta manera de pensar el amor, lo familiar, etc son las variaciones de los efectos de la igualdad de los sexos, incluso lo que comentabas del trabajo de las mujeres, etc, etc…

Entonces ¿qué es la diferencia? Porque es una palabra complicada. La diferencia pienso que es algo que tiene que ver con el encuentro con el falo. Y si la cuestión del falo se resuelve diciendo que el patriarcado no tiene ya lugar, y es verdad que hubo una mezcla entre falo y patriarcado, se resolvió esta mezcla diciendo que no hay ninguna razón para que esta familia patriarcal sea la forma del amor o la familia, aunque sean cosas distintas. Entonces, ¿Dónde queda el falo? O si ya no hay lugar para el encuentro con esta excepción. ¿Hay excepción hoy en día y como se manifiesta ésta? Es lo que ya sostenía Foucault cuando imaginaba una relación por fuera del falo, en la cual uno podría tener intercambios sexuales en un back room (lugar homosexual donde hay encuentros exclusivamente sexuales) donde hay encuentro falo/pene y Foucault sostenía que estos encuentros representaban la mayor igualdad posible. Uno folla con un pene y se va y cada uno se va por su camino. Esto es para Foucault la mayor realización posible de lo que sería por fuera del lazo. Porque el lazo siempre introduce el falo. Si hay lazo, hay falo: celos, diferencia, propiedad, etc..

Pero lo qué es “técnicamente” la revolución más importante son las redes sociales de encuentros, que tal como “bla bla car” para los trayectos de coche va a permitir trayectos de “amor” con un o una partener a quien se le un “like” y si acaso la persona da al “like” también, será el “match”, lo que va a permitir quizá entrar en un intercambio de palabras.

Evidentemente esto no se escucha hasta no haber ejercido su yo ideal poniendo algunas fotos bien elegidas para exponerse en Tinder o cualquier otra red social. Pero en este supermercado del celibato, hay unos que ganan y otros que pierden y mejor ser de los que ganan. Y entonces ¿cómo hacerlo? Es aquí donde la cuestión del narcisismo se juega de nuevo, porque muy rápidamente dado el gran numero de inscritos, uno puede en efecto gustar a muchos hombres y mujeres. Un estudio muestra que las mujeres utilizan más Tinder, para mejorar su imagen misma, mientras que los hombres buscan encuentros o historias de una noche3.

Sin embargo, antes de encontrar “el alma gemela” es necesario multiplicar los “dates”, encuentros que, a menudo, tienen más de entrevista de trabajo que de encuentro romántico. Y es cierto, según lo que las mujeres dicen que ahí se pone en práctica ese viejo adagio “el hombre propone y la mujer dispone”, lo que no es sino poner la partener en una posición no solo activa, sino también en un cierto tipo de ejercicio de poder que no excluye una forma de goce. Es decir, que uno se propone para amar o ser amado, según su propia propensión, pero también para follar o ser follado. Ahí es donde las cosas se complican porque una vez pasada la primera selección por la imagen y luego por la palabra; el primer encuentro se convierte, en esta entrevista de trabajo amoroso, una ocasión para volver a barajar las cartas.

En efecto, la persona a veces no se corresponde necesariamente con la imagen de las fotos anteriores, con la edad tampoco y a veces ni siquiera es la persona que apareció en la foto. Mientras que es la ocasión para rápidamente darse cuenta de la inadecuación del deseo de uno y la expectativa del otro. Aquí lo imaginario es golpeado y el narcisismo también. ¿Un polvo de una noche a cambio de la esperanza de conocer al hombre o la mujer de su vida? Hay quienes proponen follar francamente y los que adornan su discurso para lograr follar lo más rápidamente.

Sea lo que sea es una puesta a prueba del deseo y/o del fantasma de cada uno difícil, que tropieza en todos los casos con esta verdad del otro, que hasta el encuentro podía mantenerse tras un discurso del semblante, que permitía todas las esperas imaginarias, con la excepción de los que son muy avezados en este tipo de experiencia y saben leer entre líneas sobre el partener.

Pero de hecho, nos damos cuenta que esta nueva técnica del encuentro es un importante reservorio de imaginario, porque cada uno puede antes del tiempo del intercambio de palabra que a veces puede durar mucho tiempo, construir un otro totalmente imaginario al que puede prestarle todos los criterios que desearía amar o por quien uno podría desear ser amado. Obviamente más dura será la caída, porque en un momento dado será necesario encontrarse con esa persona en carne y hueso.

Hace mucho tiempo tuve la experiencia de poder escuchar a una mujer que se había enamorado de un hombre “al menos suponía que era un hombre” en una época en que no había posibilidad de fotos ni de palabra. Sus intercambios eran estrictamente escritos. Lo que me pareció notable en esta cura, fue la fuerza con la que mi paciente estaba, “diría” enganchada a este intercambio de cartas en el sentido más adictivo del término, y tuve dificultad para hablar de “relación”, porque no era una relación, sino que el otro era una sustancia tóxica.

Había percibido que este hombre de las “cartas” hacía “todo” para ella mucho más que ningún otro antes lo había hecho, y por esta causa “ese todo” amado en este hombre de los correos, no era más que la proyección ideal de lo que mi paciente había podido esperar de un hombre. Me parece qué en este exceso, obviamente pasional, está todo lo que se plantea en el enamoramiento, proyección en el otro del yo ideal de quien ama. Y en este momento yo diría qué, aunque no había relación entre ellos había “relación sexual”. Relación sexual que se escribía en cada nuevo intercambio epistolar. Cuando digo relación sexual es lo contrario de lo que plantea Lacan cuando dice “no hay relación sexual” y que quiere decir que la mitad de uno no puede ser uno con la mitad del otro. Pero justamente como no había encuentro real, había relación sexual; en el sentido, al menos del lado de ella, lo que mantenía era la relación sexual, había hecho Uno, no con la mitad de uno y la mitad de otro sino que hacía Uno consigo misma con su proyección.

MC: ¿Es autoerotismo?

RL: Es autorerotismo, pero sin cuerpo comprometido.

MC Es “auto” entonces.

RL: La cuestión era hacer relación sexual, en el sentido del UNO.

RH: Y esto es muy actual por la cantidad de sexo virtual….

EVM: Pero aparece la imagen, no en lo que tú cuentas Robert, pero en lo que dice Roque.

RL: Pero a veces no hay fotos.

RH: De todas maneras es la imagen, porque cuando tu recibes una carta la imagen está ahí, al ver la pantalla en realidad ves la imagen real también....

RL: Eso sirve para todos, no solamente para los encuentro en Tinder.. ¿Qué se ve en la imagen del otro? Es la pregunta para cualquier amor.

RH: Es la cuestión del no encuentro real y todo lo que produce.

RL: Obviamente ella no pudo encontrarse con él en la realidad y supongo que si eso hubiera sido posible hubiera bajado mucho esa perfección imaginaria en la cual ella había puesto este ideal del yo. Su análisis no había podido llegar a que ella pudiera escuchar la falsedad de esta relación con el “todo” porque ella lo quería como a la niña de sus ojos y es importante decirlo, porque esta relación imaginaria fue construida a falta de otra cosa mejor. Pero ¿quería realmente algo mejor? yo no lo creo… esto era lo mejor posible.

Evidentemente, aquí se toca la dimensión de repetición de los encuentros amorosos fallidos, lo que conduce muchas veces a nuestros pacientes a nuestra consulta. Una repetición de la cual se quejan, pero que rápidamente se rebela, en su análisis, como el punto llave de un goce ignorado. Entonces, siempre será un punto de dificultad pasar de la ignorancia a la consciencia porque todas las denegaciones están permitidas para mantener este punto de ignorancia que garantiza el goce.

Otra paciente que repetía los fracasos amorosos, que siempre encontraba hombres que no la apreciaban. Tuvo un sueño que ella presento como absurdo en el cual estaba irremediablemente atraída por un hombre muy frío y que la rechazaba, decía que había sentido en este sueño una atracción casi orgásmica que le había conmovido mucho. No tardó mucho en asociar esa “frialdad” con su propia madre, característica por la cual ella sufrió mucho en su infancia. Este goce fue nombrado en este conversión del rechazo de su madre en la atracción erótica por los hombres fríos.

En este misma linea y a la inversa, existe en los Estados Unidos una opción para salir del fracaso del encuentro. Es un servicio llamado “invisible girl friend” (novia invisible) En que se les paga a mujeres para tener conversaciones por SMS con hombres como si ellas fueran sus novias. Es una versión digital de una novia real “sin sus problemas”, dice el servicio.

Y a partir de ahí se puede crear su “falsa” novia a medida con los elementos que se quieran, pidiendo que sea descarada, tierna, inventar su reencuentro a la carta o cualquier otra cosa…4 pero tiene que pagar. Pero sobre todo “la novia invisible” tiene como característica original responder siempre a los SMS en cinco minutos.

Es cierto que la confrontación con la realidad de carne y hueso constituye siempre una prueba, tanto para quien ama como para quien es amado. Y diría que todavía más cuando hay intercambio sexual, porque esta experiencia juega como una especie de prueba del nueve de desintoxicación de esta ficción supuesta -de una mitad que completaría a la otra mitad-, para rendirse a la evidencia de que hay siempre una especie de falta en eso que se llama amor. Decimos que la relación sexual supone la prueba de que “no hay relación sexual”, que no hay posibilidad de hacer Uno. En cualquier caso, cuanto más se pone al otro en el lugar de ideal, más fallará en la prueba del encuentro de la realidad sexual.

Sin embargo, hace falta constatar que lo que parece obsceno hoy no es la sexualidad sino la sentimentalidad. Es lo que Roland Barthes evocaba ya en 1977 en una entrevista en un Canal de Francia “en la época actual, esta especie de amor-pasión, de amor romántico, no está ya de moda (…) Si se trataba de afirmar una perversión o una sexualidad, en este momento, el sujeto encontraba un lenguaje teórico, desde hace 20 años, que le ayudaba a comprenderse y afirmarse. Pero si uno se enamora tal como en la época de Werther, pues bien, en este momento no hay nadie alrededor para responder (…) Hay una inversión. Y hoy, afirmo que un sujeto, digo bien un sujeto, para no entrar en la cuestión del sexo del sujeto, es decir un sujeto enamorado tendrá mucha dificultad para vencer este tabú de la sentimentalidad, mientras que el tabú de la sexualidad se trasgrede hoy muy fácilmente”.5

Volviendo a Tinder y otras redes sociales, la disparidad entre lo que esperan los hombres y las mujeres es muy grande, empezando por el hecho de que, según un estudio reciente, una mujer busca cualquiera que sea su edad, un hombre de su edad. Los hombres, sin embargo, sea cual sea su edad buscan mujeres más jóvenes. De hecho, las que tienen más “likes” son las que tienen entre 20 y 24 años.

En consecuencia, las redes sociales no solo no resuelven la disparidad de lo esperado por cada uno, sino que esa disparidad aumenta…Entonces, como estar a la cabeza de la fila activa cuando ya no se tiene esa edad. Con eso se topan las mujeres que utilizan Tinder hoy, Tinder que tomamos como ejemplo de red social muy importante porque es la más utilizada en el mundo. Sí, hay que decirlo, la problemática de este tipo de red es que siempre hay algo mejor en el estante del supermercado y que este espejismo ocasiona muchos problemas tanto para unas como para otros. Y la famosa frase de Lacan según la cual “con la oferta se crea la demanda”, nunca fue tan bien aplicada como en Tinder. Se trata de una verdadera adicción que funciona según el concepto de “recompensa aleatoria y variable”.

Una recompensa calcada exactamente del consumo de bienes, siempre renovables, que el discurso capitalista ha sabido instaurar como modelo de relación con el objeto intercambiable. Pero no hay nada de asombroso porque el discurso capitalista se apoya sobre el objeto intercambiable, porque en efecto el objeto causa el deseo, el objeto a es cualquier objeto, intercambiable por excelencia. Recordamos que este objeto a no es especularizable y en este sentido permite cualquier construcción imaginaria.

En efecto, una vez en Tinder, se vuelve cada vez a la espera de un nuevo “like”, que podría ser el bueno esta vez y abrir entonces a un “match”, luego a un ‘date’ incluso si los encuentros precedentes han podido demostrar lo contrario. ¿De qué se trata entonces en esta situación sino de producir un encuentro imaginario en Tinder? Se trata entonces de provocar nuevas pequeñas descargas de adrenalina y de serotonina en cada “match” y eso nos incita a reproducir la misma experiencia. (la rata hace igual) En el fondo no es diferente de la adicción a las máquinas tragaperras, porque al igual que en cada reactivación de la palanca de la máquina, hay una nueva combinación que podría darnos este premio en dinero; igualmente en cada “match” de Tinder hay una convicción que habrá siempre uno o una que podría ser el/la bueno/a.

Por cierto, hasta 2016, Tinder proponía a los utilizadores que enviaran el mensaje de “continuar jugando” y después la fórmula fue reemplazada por “continuar la búsqueda”6. Hay un pequeño cambio muy importante en la cuestión del encuentro moderno en la red, porque no se trata ya de encontrar el alma gemela sino el “más 1”, que es necesariamente el siguiente y que podría ser mucho mejor que el anterior. Y esto es fundamental en la estructura imaginaria de lo que se espera, porque no se espera quién será mi compañera/o de vida sino que siempre habrá otro/a mejor.

LM: Es el “continuar jugando”

RL: Y esto es muy importante. El cambio es fundamental. Y lo que es más fuerte todavía es la idea de que en esta aprobación en dos etapas, primero el “like” y segundo el “match”, se podría terminar por evitar el desencuentro, que es el riesgo inherente a los juegos del amor y del azar y esto gracias a una pseudogarantía de poder estar seguro de comunicarse con el otro gracias a este preaprobación en dos etapas: el “like” y el “match”. Pero el problema es que funciona de otra manera, porque la realidad es otra

Lola: Se convierte en una adicción.

MC: Es eludir lo real como en la medicina

RL: Lo más importante y la mayor novedad en estos juegos del amor y del azar modernos introducidos en las redes sociales, es el hecho que esta práctica determina lo que se llama “elo score”, es decir una valoración atribuida a cada individuo en función de sus actuaciones pasadas en un dominio concreto y así “cada usuario de Tinder tiene una nota en función de su deseabilidad”7.

Este “elo score” proviene del sistema mundial de los jugadores de ajedrez, es decir una rama específica de la teoría de los juegos que intenta modelizar las elecciones de los individuos en interacción. Aquí entra la cuestión del algoritmo y esto llevado a Tinder da el resultado siguiente: si una persona tiene una valoración alta y les pone un like, ustedes ganan puntos pero si la persona tiene una valoración baja y les ignora, entonces pierden puntos.

De todas maneras, estando en Tinder, la aplicación encuentra la manera de hacerles comprender que no están en lo alto de la cúspide y que hay siempre un nivel más importante que alcanzar, tal como en un videojuego.

Pero si uno tiene prisa se puede pagar un suplemento para adquirir “gold” con una opción “boost” que cada cuatro semanas pone su perfil en “top profile” durante 30 minutos. Obviamente la cuestión se resume en saber si el algoritmo utilizado por Tinder respeta la dignidad de cada uno, pero antes de contestar a esta pregunta podemos entender ya, que este “elo score” se inscribe en un movimiento político global que no tiene otro nombre que el nombre de “capitalismo de vigilancia”8. Así este nuevo concepto algorítmico de “deseabilidad” es verdaderamente una gran novedad del discurso capitalista de nuestra sociedad liberal que solo puede contribuir a deprimir un poco más a todos los hombres y mujeres desesperados a quienes nunca se contesta.

¿No será así como estas redes nos mantienen en una búsqueda de validación? ¿Un “suplemento de alma” que un algoritmo podría por fin capturar? Así en este mercado de transacciones íntimas, los usuarios compiten entre sí para obtener una cita y transformarse a sí mismos en mercancías.

Por lo tanto, se trata de una filosofía completamente diferente entre quienes desean un amor en exclusividad y aquellos que lo esperan en cantidad. Por supuesto, más allá de esto está toda la cuestión de la inteligencia artificial, que ya está en funcionamiento a través del algoritmo y que se supone que deduce la personalidad de alguien y su comportamiento a partir de sus huellas digitales.

Las competencias lingüísticas de los algoritmos han progresado tanto gracias a las “machine learning (máquinas inteligentes que aprenden a partir de los datos que se introducen). Gracias a Internet y a los millones de datos que evocan la vida, el trabajo, etc de cada uno, los algoritmos pueden integrar poco a poco los esquemas conductuales de las personas objetivo y predecir sus propios actos aprendiendo a conocerlas9. Lo que significa que estas máquinas pueden detectar vulnerabilidades y debilidades, y ¿porque no explotarlas si fuera necesario?

Es por eso que ya “es posible, a partir de un mínimo de 68 “likes” de una persona, predecir su color de piel (con un 95%), su orientación sexual (88%), sus convicciones políticas (85%) incluso determinar si sus padres están divorciados o no”10.

Solo podemos concluir pensando que cada época inventa sus propias maneras de evitar lo que está en el fundamento del amor, a saber: que “no ha relación sexual que pueda escribirse”.

Este último punto es el punto que hemos discutido en el último seminario con Valérie Marchand, punto que produjo algunas protestas por parte de las mujeres que observaban que no habíamos podido dar cuenta del amor del lado femenino. Estas observaciones me han hecho pensar mucho, y si tenemos el mismo inconsciente en ambos lados, no es menos cierto que los goces no son idénticos.

También sería una forma de desarrollar estas preguntas a partir de la idea de que el amor generalmente apunta a un “todo” como acabamos de ver.

Pero no sería una especie de forma de segregación la de dirigirse al “todo”. De hecho, existe una segregación sexual y no es seguro que las fórmulas de la sexuación escapen de ella. ¿Qué papel juega, en tanto segregación, el lado hombre? Pero incluso si el lado femenino difiere del lado masculino, tampoco puede prescindir de él; por lo tanto, también participa en él.

Por tanto y para finalizar ¿no habría que reflexionar sobre algo que retornaría en lo real de esta segregación?; tal como nos indico Lacan, la segregación es un efecto de discurso que sale de lo fraternal en el discurso, cuando se corporeiza (encuentra la manera de incorporarse en un cuerpo) y retorna en lo real como algo que el discurso corriente excluye. (Sem. XVII Lacan)

DISCUSION JAIME GORDO

Yo he trabajado más la cuestión del amor de transferencia. Pero es verdad que el tema del año es “El amor en tiempos de…”

Lo que a mí me parece más destacable en “El amor en tiempos de …” es el amor y la exclusión de la alteridad con los ejemplos que tú planteas. Y El amor como un objeto de consumo más. De todas las cosas que has sugerido, los ideales y los sueños del 68 tienen un aire de pesadilla en este contexto de capitalismo. Yo he escuchado más el capitalismo de control, tú hablabas del capitalismo de vigilancia donde hay una evaluación permanente y una cuantificación en todos los ámbitos, lo vemos en la educación también; y hay otra cosa que me parece muy interesante es que el sujeto entra en una dinámica de autoexplotación. Creo que esto lo vemos en las consultas, es un sujeto que se angustia mucho, sufre mucho y no es capaz de ubicar este sufrimiento en un conflicto porque está metido en una dinámica de una especie de autoexplotación.

De los temas que has planteado los que más me han llamado la atención son:

1.- La libertad de elección

2.- Los cambios en la identidad sexual

3.- Lo virtual y lo imaginario.

1.- La libertad de elección

Comienzas hablando de la libertad actual que genera angustia, vemos que es paradójico porque la libertad es una especie de obligación de elección permanente. Yo he leído cosas muy parecidas a lo que has dicho en Eva Illouz (socióloga) en un libro que ha escrito: Porqué duele el amor y dice que en la coyuntura actual del ámbito económico tiene un paralelismo con lo emocional. Plantea que hay un horizonte de muchas opciones, que aparentemente hay mucha libertad de elección pero al final nos sitúan en una dinámica, donde uno elige en base al +1 y no en base a la media naranja. Ella dice que el próximo siempre puede ser el adecuado. También una cosa interesante que dice y que diferencia a los hombres y mujeres, ella insiste en la falta de compromiso de los hombres en las relaciones de pareja y lo ve casi como un problema cultural y cómo esta dinámica incide en la diferencia. Y otra cosa que señala es como, paradójicamente según Barthes, está la caída del discurso amoroso sentimental, pero ella dice que hay una situación en el que éxito o no en la pareja, se utiliza para calibrar el éxito social, por lo que hay un conflicto que hace que el sujeto esté metido en el sufrimiento.

También pensaba en una serie: Black Mirror y en como cada época se las ingenia para inscribir que “no hay relación sexual que pueda escribirse”, pensaba en la aplicación tipo Tinder como presentación de encuentro perfecto. En el cap. 4 de la Temporada 4ª plantea una aplicación como Tinder llevado a un extremo, se trataría de un Otro que sabría todo y controlaría todo y que tendría todas las combinaciones para encontrar el encuentro perfecto. Me parece interesante como lo resuelve. También está la película Her.

2.- Los cambios en la identidad sexual

En el tema de la identidad me hago más lío. Tú has dicho que vemos que hay un cambio en relación a la fluidez; un discurso y una realidad donde está la posibilidad del cambio de sexo. Y esto es un cambio importante. Y por otro lado, a nivel teórico Foucault , que orientó la teoría queer. A mí siempre me ha dado la sensación que en el psicoanálisis se plantea desde lo ideológico. He estado leyendo varias cosas de teoría queer esta semana y me resulta impactante, pero me parece interesante porque algo de lo que nos encontramos tiene que ver con lo que ellos dicen. Sé que ha habido intentos de articular teoría queer con psicoanálisis como Allouch, Jorge Alemán…

La pregunta qué me hago, aunque tú has contestado en parte con el falo, es sobre el tema de la diferencia de los sexos. Básicamente, lo que dice la teoría queer es que cualquier identificación a ese nivel sería una construcción social y que no solo es impugnable ese binario, sino cualquier otro, de tal forma que cualquier identificación a nivel social sería impugnable y que lo ideal sería esta fluidez.

Yo creo que desde el psicoanálisis se puede sostener que la diferencia entre los sexos es algo real y no solo un discurso simbólico e imaginario. Pero aquí es donde me pierdo. Tú has introducido algo con el falo y lo que yo entiendo en lo que tú has dicho, es que habría cambios en este real. Pero yo me pregunto cómo puede haber cambios en la diferencia de los sexos si esto es algo real. Y no puedo avanzar más.

3.- Lo virtual y lo imaginario.

Has dicho que efectivamente lo virtual infla lo imaginario. Estas relaciones virtuales inflan lo imaginario. Roque también señalaba algo del cuerpo porque es verdad que ciertas prácticas como el sexting (sexo de forma virtual) que de alguna manera excluye el cuerpo, tú en otro seminario hablaste de que se lleva al extremo el sexo sin amor o el amor sin sexo, en relación al sexo y al amor sin participación del cuerpo.

Lo que quería destacar es la inflación de lo imaginario y vemos a veces que en el encuentro real cae pero a veces funcionan y se construye algo. Esto me deja perplejo, pero también se ha dicho que el amor ha sido siempre así, también en parte porque la cuestión imaginaria del amor siempre ha estado ahí.

Y la última cuestión que añadiría sería la relación del narcisismo y el amor. Ya hemos dicho como decía Freud que el amor es narcisista y que Lacan lo lleva más hacía lo simbólico. Nosotros incidimos mucho en el psicoanálisis en que no hay posibilidad de Uno, en el tema de la incompletud, etc… A mí me parece muy sugerente lo que dice Alain Badiou sobre el amor, que no sé si es algo muy idealista, porque dice “el amor es la verdad de lo que es el mundo cuando se vive desde el don y desde la diferencia”. Y me pregunto qué es vivir desde la diferencia si es una frase bonita, ideal,…

Entonces siempre miramos los efectos del capitalismo sobre el amor, igual también tendríamos que mirar los efectos el amor sobre el capitalismo donde seguramente hay algo que va a contrapelo, es subversivo el amor en relación al capitalismo.

Y en relación a la transferencia ¿cómo incide el amor en estos tiempos en la transferencia?

RL: Muchas gracias Jaime. Para mí abre una pregunta que no hemos hablado y que me parece fundamental ¿en qué se convierte el amor después del análisis? O para retomar tu pregunta a propósito de la transferencia ¿en qué consiste un final de análisis en lo concerniente a la transferencia o al amor de transferencia? Son dos preguntas muy fundamentales porque si efectivamente planteamos que el amor es siempre narcisista que yo pienso que sí, la pregunta a plantear es si es posible un amor que no sea narcisista.

Yo creo que justamente es algo que el análisis aporta, no solo como concepto sino como opción posible, es decir la opción sería encontrarse con el otro como otro y no como parte de quien soy yo. Entonces lo fundamental de la cuestión “amar excluyendo la alteridad” que es lo que ocurre casi siempre. La alteridad no es soportable porque está en contradicción con mi propio narcisismo. En cierta manera, podemos pensar gracias a lo que aportas, que en la actualidad del amor trabaja y cómo retomar la posibilidad de que amar respete la alteridad del otro, pero lo que pasa y es la dificultad es que para contestar a la cuestión se necesite borrar la diferencia de los sexos.

GK: Pensaba como Jaime que a veces intento mantener cierta neutralidad como si no fuera psicoanalista para entender algunos cambios sociales, para no entrar en prejuicios por ejemplo para encontrar pareja, antes eran los bares. Pero lo que a mí me asusta es con la resurrección de personas que han muerto con los hologramas. Ahora está la propuesta con un hijo muerto y ahí no puede dejar mi neutralidad y preguntar hasta donde vamos a llegar.

RH: hay un episodio de Black Mirror que toma esta cuestión de rescatar un muerto primero virtualmente y luego en cuerpo

GK: Pero el corte, el no aceptar la muerte te coloca en una situación muy siniestra. Todo el mundo aplaudiendo una imagen virtual.

RH: Esa es la cuestión que a mí me parece que hay que nombrar, porque una cosa es el “like” que es el principio de placer pero otra cosa es la pulsión de muerte que aparece precisamente en el nombre de “black mirror” esa parte oscura, que no está ahí, que no se ve pero que está y aparece la parte siniestra.

GK: A mí también me parece como Roque algo que está más en la pulsión de muerte que en la revitalización del algo. Me parece terrible, sobre todo en el caso de los hijos. Ya hace mucho tiempo en Estados Unidos se utilizaba en los cementerios junto a la tumba un vídeo de cuando la persona estaba viva y hablaba.

EVM: Entonces no hay que hacer el duelo.

LM: Yo creo que lo que cuentas Guillermo tiene que ver también con la idea que “hay relación sexual”. Es más de lo mismo.

MC: Es un borramiento de lo real que es justamente lo que impide la relación sexual. Bueno un intento de borramiento porque no se puede borrar lo real.

RL: Pero es cierto que, no lo real, sino sus fronteras poco a poco se van yendo más lejos y este es uno de los elementos que producen las cosas que estamos hablando. No es lo real como tal porque lo real existe, sino algunas fronteras que se mueve y que empezó con la idea que para conocer el interior del cuerpo no se necesitaba abrirlo. Esto fue, yo creo uno de los más importantes avances.

GK: pero yo me pongo antianalista porque es también una investigación la que ha permitido también un avance.

EVM: El problema es que hacemos los humanos con eso, porque para la medicina está muy bien el poder abrir y ver el cerebro.

ML: Yo creo que más que los humanos es el capitalismo que antes mencionaba Robert, porque verdaderamente parece que podemos elegir y somos libres para todo y es una gran mentira.

EVM: ¿Quién invento el capitalismo?

LM: Los humanos

ML: Pero no todos los humanos están incluidos en esta cuestión de la defensa o de la manipulación a través del capitalismo

RH: Ahí es donde creo que el psicoanálisis abre cuestiones para poder pensar esta variabilidad, esta fluidez de los cambios de las épocas y es la cuestión que Lacan señala que es la función de la causa ligada al objeto a en su dimensión de causa de deseo que no tiene que ver con la positivización de cualquier objeto que se va a inventar el capitalismo, sino que es una subversión de eso. Retomando lo que señala Jaime sobre el amor como subversión. Porque el amor, dice Lacan, es lo que permite condescender el goce al deseo en la medida que el amor es inatrapable, no se puede atrapar vía narcisista. Hay algo del amor en la experiencia de cualquier época que es algo que se nos escapa constantemente -el misterio del amor- lo que sucede entre dos humanos y ahí hay algo verdaderamente, sino se reduce al “like “hay algo que va contra el capitalismo y la positivización de la cuestión de la causa.

Y ahí el objeto a en su dimensión de causa, el de sujeto que no tiene consistencia, el valor de la inconsistencia en tanto que es algo inatrapable. Y que por otro lado es cierto que a los analistas nos apremia a reinventar la clínica en la medida, en que como decíamos en el descanso, no hemos recibido los efectos de todo este cambio de época. Y se escucha en la clínica, porque la pregunta del amor es verdaderamente super actual. Se plantea la diferencia entre el goce, deseo y amor que no son lo mismo. Y eso tiene que pasar por la clínica también.

EVM: Robert, decías que en un momento el objeto a se convierte en un objeto intercambiable, entonces ¿deja de ser el objeto a?

RL: No, es la definición del objeto a

EVM: ¿El objeto a es un objeto intercambiable?

RH: Lo que Lacan dice y hay que poder escucharlo es que es un vacío ocupable por no importa que objeto. Pero es un vacío.

RL: Es eso

EVM: Pero Lacan en el Seminario de la angustia habla precisamente que este objeto a es un objeto real que no tiene que ver con el objeto imaginario, que no tiene que ver con el objeto intercambiable que sería un objeto más simbólico, sino que este objeto a no es precisamente un objeto, es un vacío.

RL: pero no es contradictorio. Si es un objeto real, lo real es impensable. Entonces ¿cómo pensar un objeto de lo real sino como vacío? Cada vez que lo nombras ya no es un objeto real.

LM: Es la diferencia entre el objeto de deseo y el objeto causa de deseo.

Transcripción Ángeles Palacio y Lola Monleón

1 Periódico Le Monde de 15 de junio de 2019. Fragmentos de un nuevo discurso amoroso

2 D. HALPERIN. Saint Foucault. ED. EPEL 2000

3 Etude citée par Judith Duportail in l’amour sous algorithme. ED goutte d’or P.14

4 OPUS P.79

5 Cité para Judith du portail opus déjà cité P.80-81

6 Opus cité P. 56

7 IDEM P.22

8 IBIDEM. P.95

9 Cathy O’Neil Algorithmes la bombe à retardement ED Les Arènes 2018 P.123

10 P.123. Judith Duportail opus déjà cité

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